VALÈNCIA. Tras más de dos años de instrucción, la causa que afecta a Mónica Oltra entra en su recta final salvo sorpresas o contratiempos. Esperado y temido el momento a partes iguales, los investigados aguardan la decisión clave por parte del juez: archivo de las actuaciones o apertura de juicio oral. La resolución tardará previsiblemente unos meses y no sólo viene acompañada de consecuencias personales o profesionales para cada uno de los que figuran en este caso, sino también políticas. La más evidente, si la exvicepresidenta de la Generalitat quiere seguir teniendo un futuro dentro de Compromís y si la propia coalición así lo desea también.
Las indagaciones se centran en la posible obstaculización, por parte de cargos de la Conselleria de Igualdad que Oltra dirigía, de la investigación judicial relativa a los abusos sexuales de su exmarido a una menor tutelada, con sospechas de ocultación y encubrimiento de lo ocurrido. Han pasado casi dos años desde que la causa iniciara la fase de investigación que derivó en un vuelco total en el panorama político valenciano. Aunque el juzgado de Instrucción número 15 de Valencia comenzó antes las indagaciones –que en aquel momento únicamente salpicaban a dos cargos, una funcionaria de la conselleria de Igualdad y la directora del centro de menores–, decidió sobreseerlas provisionalmente.
Pero en diciembre de 2021 la Audiencia de Valencia ordenó continuar la instrucción tras admitir un recurso de la víctima contra el archivo. Fue entonces cuando las indagaciones se centraron en averiguar todas las responsabilidades relacionadas con el expediente abierto en la Conselleria de Igualdad supuestamente destinado a revisar la gestión que desde el propio departamento se había hecho de los abusos sexuales. Iniciado cuando ya estaba en marcha la investigación judicial sobre los hechos, es considerado paralelo a ésta y en él se incluyeron los informes del Instituto Espill que otorgaron poca credibilidad a la víctima.
Una parte de las sospechas de posibles conductas delictivas se han basado en este informe, por lo que el juez amplió el número de investigados de Igualdad para averiguar de qué manera se elaboró y con qué fin. También por qué se trato de desacreditar a la menor. Después de los interrogatorios, llegó un momento en el que Oltra debía ser llamada a declarar como investigada para "ser oída". Dada su condición de aforada, el juez elevó una exposición razonada al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) porque entendía que existían "hechos presuntamente delictivos" atribuidos a ella y al resto de funcionarios.
El TSJCV la citó como imputada, pero antes de la fecha prevista de declaración la exvicepresidenta de la Generalitat dimitió. Era junio de 2022. Al perder el aforamiento, la causa volvió al juzgado y Oltra fue citada de nuevo. Tras esa comparecencia, que resultó de suma importancia, quedaba pendiente el resultado de la intervención de los correos de todos los investigados acordada por el juez y que se encontraban en piezas secretas y separadas.
Una vez conocido el contenido, restan varias declaraciones que tendrán lugar entre noviembre y diciembre: la de Miquel Real, el ex jefe de gabinete de Oltra; la del exsubsecretario de esa Conselleria Francesc Gamero; la de la víctima; y la de tres testigos. Después, en función de esas comparecencias, el juez deberá decidir si ordena más diligencias o no, aunque todo parece indicar que serán de las últimas. Cuándo llegue el final de la instrucción dependerá entonces de las acusaciones y de cuestiones como, por ejemplo, la presentación de recursos.
El primer trimestre de 2024 podría ser aquel en el que se conozca el desenlace de toda esta investigación. Y si acaba con una apertura de juicio a Oltra o con un sobreseimiento. En este último escenario, en Compromís se abrirá un debate interno sobre el futuro y sobre qué se pretende hacer con la figura de la exvicepresidenta después de su abrupto adiós.
Pero, en primer lugar, todo depende de ella misma. Oltra se encuentra en este momento rehaciendo su vida laboral y siempre consideró su salida como una cuestión más política que judicial. Hasta la fecha, ha guardado silencio. Un silencio que, destacan fuentes de Compromís, dentro de la coalición se ha de saber valorar. A la interna no ha querido generar ningún incendio. Si habla, lo hará cuando considere.
En el caso de que la causa acabe archivada para ella, habrá que comprobar si se plantea un retorno o si se trata de algo que descarta. También qué espera de Compromís. Dentro de la coalición, interrogantes similares. Si habrá algún gesto hacia la exvicepresidenta y si pretenden volver a contar con ella.
Las opiniones son diversas, y actualmente Compromís no pasa por su mejor momento. Iniciativa, el partido de Oltra, vive una crisis interna con varias bajas que puede determinar el futuro de toda la coalición, donde Més –el antiguo Bloc– trata de hacerse con el dominio total. La exvicepresidenta era el gran referente a todos los niveles y el empuje a nivel electoral por su grado de conocimiento. Pero tras su salida, Més ha sido partidario de tratar de recomponer Compromís sin ella con nuevos liderazgos. Desde Joan Baldoví a nivel autonómico a Papi Robles en la ciudad de València o Àgueda Micó en el Congreso. Y esa estrategia es difícil que tenga marcha atrás.
Algunas fuentes señalan que no existe sensación general "ni mucho menos" de cerrarle las puertas. Pero sí de que hay mucha menos dependencia de ella en comparación con cuando dimitió y de que se puede funcionar electoralmente "con cierta dignidad" sin la exvicepresidenta de la Generalitat. Conforme más pasa el tiempo, hay quien más difícil ve una vuelta de Oltra como primera espada, aunque aseguran que "siempre" puede haber sitio para ella... si quiere.
El debate interno anda en esas y no se encuentra condicionado exclusivamente al razonamiento simple de archivo-retorno, sino a la propia situación dentro del partido y a las clásicas disputas de control político. Pero todo dependerá, en definitiva, de los deseos de Oltra.