Compromís dio la espalda a Podemos en las últimas elecciones para ir a las urnas de la mano de Más País. Al final, desde 2016, ha perdido tres diputados y a uno de sus dos senadores (otro se ha salvado por ser de designación territorial): el electorado parece que no lo ve útil en Madrid
VALÈNCIA. De las elecciones de abril de 2019 salimos con la impresión de que Vox (24 escaños) no era para tanto. Tras las elecciones de noviembre de 2019, da la sensación de que Vox (52 escaños) va a comerse el mundo. En ese mismo periodo de tiempo, Ciudadanos ha pasado de 57 a diez escaños. La política española se ha vuelto extraordinariamente volátil. Muchos electores se suman a nuevos partidos y opciones, atraídos por la novedad, y luego los abandonan con tanta celeridad como llegaron, una vez comprueban que el partido no es lo que pensaban, no saca tan buenos resultados como indicaban las expectativas, o sencillamente se les pasa el entusiasmo inicial con el nuevo amor político.
Sucedió con Podemos (69 escaños en 2015, solo 71 en 2016 a pesar de sumar a Izquierda Unida, y ahora 42 y 35 en abril y noviembre, respectivamente), sucedió con Ciudadanos (de forma harto más espectacular, como hemos visto) y previsiblemente sucederá con Vox, que ahora concita toda la atención mediática y recibe el voto de la derecha del PP y también de desencantados con el sistema político. Ya veremos cuánto aguanta el electorado las patochadas que parecen consustanciar la acción política de este partido.
En este contexto volátil, Compromís parece haberse quedado estancado. La coalición valencianista antecedió, en muchos aspectos, la revolución de los nuevos partidos en la escena política española. Lo hizo, sin duda, en la Comunitat Valenciana, anegada por la corrupción. Surgida en 2007 como mezcla del Bloc y una escisión de Esquerra Unida, Compromís contribuyó a revitalizar a la oposición de izquierdas frente al PP, hegemónico desde hacía varias legislaturas. Un nuevo partido (coalición, más bien), con una líder carismática (Mónica Oltra), que consiguió buenos resultados en las elecciones autonómicas de 2011 (entró en Les Corts), refrendados en las elecciones generales de noviembre del mismo año, donde lograron un acta de diputado.
Ambos resultados, en 2011, se lograron por sorpresa pues las encuestas, en su mayoría, no auguraban que superasen el 5% en mayo ni consiguieran un diputado en noviembre. Una tónica que se repetiría, corregida y aumentada, en mayo de 2015, cuando Compromís obtuvo diecinueve diputados y estuvo a punto de superar en votos al PSPV como principal referente de la izquierda. Ninguna encuesta lo supo ver, ni tampoco el espectacular resultado de Joan Ribó en la ciudad de València, que le daría acceso a la alcaldía. En diciembre, en las elecciones generales, el sorpasso al PSPV se logró merced a una coalición con Podemos (también partido en ascenso) que obtuvo el 25% de los votos, cinco puntos más que los socialistas. Lo mismo sucedería en la repetición electoral de 2016
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