Hoy es 14 de octubre
VALÈNCIA. El año 2021 se antoja un ejercicio decisivo para el futuro de la política valenciana. Los movimientos en la derecha se suceden a nivel nacional y de la Comunidad de Madrid y su factura en territorio valenciano parece inevitable. Pero también en las fuerzas que gobiernan la Generalitat Valenciana aprovechan este período de cierta calma electoral para llevar a cabo sus procesos internos y, a más largo plazo, reflexionar sobre cómo afrontar la segunda parte de la legislatura.
Compromís parece nadar en estas aguas, en su proceso -inherente, al parecer- de examinación continua. Una de sus patas, la más numerosa, el Bloc Nacionalista Valencià, afronta su octavo Congreso Nacional el próximo mes de junio, con aires de renovación y de cambio de denominación. Constituirá uno de los pasos más importantes en la formación nacionalista y no hay duda de que el resultado de esta cita marcará los futuros pasos de la coalición que integra junto con Iniciativa del Poble Valencià y VerdsEquo.
Pero a nivel de la coalición, uno de los procesos que, entre otros, centrará el proceso de revisión interna será el de las primarias para elegir a los candidatos de las listas electorales. En principio, esta selección tendrá lugar de cara a los comicios municipales y autonómicos de 2023, salvo que se pulsara el botón rojo del adelanto electoral en la Generalitat Valenciana. Pese al período de año y medio que previsiblemente resta para que los dirigentes políticos centren sus esfuerzos y atención en estos procedimientos, lo cierto es que ya empiezan a desvelarse algunas intenciones en el magma electoral todavía frío de Compromís.
No son pocos dentro de la coalición valencianista los que abogan por que las primarias para la selección de las candidaturas electorales sufran algunas modificaciones, sino una reforma radical en algunos casos respecto a las que se hicieron en 2019. Son diferentes razones las que motivan este giro de timón. Por un lado, los resultados de los últimos procesos de selección no resultaron satisfactorios para ciertas corrientes de la fuerza del guiño; por otro, se busca mejorar un sistema que, pese a ser abierto y reforzar la participación, revela algunas disfunciones en la confección de los equipos.
En la ciudad de València, aunque todavía no se quiere afrontar esta cuestión, la tendencia renovadora no se esconde. Sin ir más lejos, el propio ganador de las últimas primarias, el edil de Administración Digital, Pere Fuset, explicaba en una entrevista de Valencia Plaza que "todos los escenarios tienen sus pros y sus contras", que Compromís "hizo una apuesta muy fuerte por las primarias" pero que "hay cosas que mejorar".
A juicio del edil, sería necesario configurar "equipos pluridisciplinares", que puedan "ganar un campeonato de trivial y gestionar un ayuntamiento". Algo que ahora mismo el proceso de primarias empleado en la coalición no parece conseguir a su juicio: "El resultado puede ser bueno, pero siendo sinceros, el proceso no busca personas con X capacidades, sino una elección democrática lo más abierta posible". Y por eso, planteaba la necesidad de introducir "factores correctores" en las primarias. Pero esto de Fuset no es una sensación aislada.
Diferentes fuentes de la coalición valencianista consultadas por este diario manifiestan una opinión similar: las primarias son una herramienta de "apertura democrática" y generan un "sentimiento de pertinencia" e incluso según algunas voces movilizan voto en los comicios, pero por otro lado, alimentan el individualismo y la competitividad y dificultan la creación de grupos cohesionados. Pero no sólo eso. "Siendo honestos, aunque siempre se establecen redes de apoyos e influencias, el control sobre los resultados es mucho menor que en otro tipo de procesos más cerrados", resaltan otras voces de la coalición. Y en este sentido, ya se habla de diferentes vías para mejorar los procesos de selección.
Una de las alternativas que se plantea en algunos círculos de Compromís es continuar con las primarias conjuntas entre los tres partidos y los adheridos, pero emplear el método de las listas cerradas desbloqueadas. Esto es, los participantes podrían dar su voto a candidaturas prediseñadas, dentro de las cuales podrían ordenarse los candidatos. Un sistema que podría asegurar una elección de "equipos pluridisciplinares", pero que en términos internos supondría cierto control por parte de los dirigentes de cada partido, además de conllevar una vuelta de tuerca más en la ordenación de los candidatos por partidos, como se hizo en las pasadas primarias.
Hay quien incluso vislumbra no celebrar unas primarias conjuntas y que, tras acordar qué puestos de la lista corresponden a cada partido, cada pata elija de manera independiente a sus representantes. Un método que por un lado impediría la injerencia externa en los equilibrios de cada una de las fuerzas, tanto de otros partidos de la coalición como de personas ajenas a Compromís que pudieran desestabilizar la coalición desde fuera.
Lo cierto es que la decisión sobre cómo diseñar las primarias de cara a 2023 guarda cierta relación con otros movimientos de la coalición. Por ejemplo, en València ciudad, la elección del candidato a la Alcaldía podría ser clave en determinar el proceso de selección de candidatos para la lista electoral. La continuidad de Joan Ribó, la posible llegada de otra aspirante como pudiera ser Mónica Oltra, la postulación a la lista de dirigentes como Enric Morera, y batallas internas de Compromís en València ciudad, serán determinantes en este sentido.