BRUSELAS. La razón se ha impuesto. En una declaración de apenas un minuto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen anunciaba antes de la una de la tarde del domingo la continuidad de las negociaciones con el Reino Unido para una salida ordenada de la Unión Europea con un acuerdo de asociación para las comerciales a partir del 1 de enero de 2021. Casi un año de negociaciones y tres días de ultimátum, han dado un resultado positivo.
“Seguimos negociando”, ha dicho la presidenta en una escueta declaración ante los medios. Ursula von der Leyen ha descrito brevemente cómo han llegado a esta conclusión. “Tuvimos una llamada telefónica útil esta mañana y discutimos los principales temas pendientes”. A continuación ha explicado: “Nuestros equipos negociadores han estado trabajando día y noche durante los últimos días. Y a pesar del agotamiento después de casi un año de negociaciones, a pesar de que los plazos se han incumplido una y otra vez, creemos que es responsable en este momento hacer un esfuerzo adicional”.
Von der Leyen ha finalizando su comunicado declarando la intención de ambas partes de seguir negociando hasta el final del plazo, que se cumple el 31 de diciembre. En consecuencia, ha dicho, “hemos encomendado a nuestros negociadores que continúen las conversaciones y vean si se puede llegar a un acuerdo incluso en esta última etapa”.
Una llamada telefónica entre la presidenta von der Leyen y el Primer Ministro británico, Boris Johnson, han sido el detonante para alcanzar un acuerdo después de que las negociaciones se hubieran suspendido a las 9 de la mañana. Durante 24 horas seguidas, los equipos negociaciones de ambas partes habían llegado a un punto de encuentro. Previamente, habían estado negociando los puntos de fricción que se pusieron sobre la mesa el miércoles, en una cena entre ambos mandatarios celebrada en Bruselas, ante la invitación de von der Leyen.
Los británicos no iban a ceder su soberanía sobre las aguas territoriales para el tema de la pesca, unos de los temas de la discordia que se había vendido como innegociable por ambos lados, con Francia tensando la cuerda desde este lado. El derecho de la competencia, con las ayudas estatales a empresas, y la jurisdicción sobre las relaciones comerciales eran lo otros dos puntos infranqueables, después de que el lunes se llegara a un acuerdo con el backstop en la frontera con Irlanda del Norte.
Las estrechas relaciones creadas durante más de 45 años como socios, desde que el Reino Unido entró en el Mercado Común, han hecho aflorar el sentido común al presidente Boris Johnson que ha enarbolado la bandera del Brexit para llegar al número 10 de Downing Street. Desde la Unión Europea, la reticencia a perder a la cuarta economía europea ha empujado a insistir en unas negociaciones que estaban estancadas desde septiembre, cuando el gobierno Británico y su parlamento aprobaron la Ley de mercado interior, que contradecía el Acuerdo de Retirada firmado hace una año por el mismo Johnson.