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tribuna libre / OPINIÓN

Cuando más vale prevenir que curar: radiografía del descontento

21/12/2018 - 

El pasado 5 de diciembre, coincidiendo con el día internacional del Voluntariado, conseguimos aprobar casi por unanimidad (un único voto en contra) en el Comité de las Regiones, un dictamen del Comité en el que hemos estado trabajando desde el ámbito del impulso del cambio productivo con el único fin de transformar el Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización, en un Fondo más dinámico, flexible, previsor y adecuado a la nueva realidad económica.

El FEAG nació en 2007 con el único objeto de paliar los devastadores efectos de la crisis en el ámbito laboral, impulsando actuaciones dirigidas a trabajadoras y trabajadores afectados por despidos masivos, como consecuencia de la globalización de los mercados.

Durante 10 años, por suerte, o más bien por desgracia, la Comunitat Valenciana ha sido la región de la Unión Europea más beneficiada por este fondo dadas las consecuencias de la crisis en los sectores como la Cerámica, el Textil, la Construcción, el Calzado o el Metal, algo que demuestra lo duro, sobre todo en términos de ajustes laborales, que la crisis ha impactado en nuestra economía y población activa.

Esta fue una de las principales causas que nos llevó, en el actual contexto de actualización de los diferentes fondos y programas presupuestarios con vistas al nuevo Marco Financiero Plurianual, a optar como región responsable de presentar un dictamen que adecuara el reglamento del FEAG a una nueva realidad tratando, a la vez, de mejorar la propuesta que se hacía por parte de la Comisión Europea. Y como ponente nuestro President, Ximo Puig.

El reto era importante porque cuando entramos en materia entendimos que la propuesta debía suponer darle sentido y utilidad a un fondo que, de origen, era algo paliativo puesto que entraba a actuar una vez habían sido consumados los despidos masivos, algo que entendíamos que era un contrasentido no sólo porque no hacía honor a su propio nombre, que incluía el término “Adaptación” sino que no perseguía el espíritu que pretendíamos perseguir en un contexto de “Globalización” y “Vertebración territorial”.

Así pues, una de las principales modificaciones propuestas ha sido la de tratar de anticiparnos y evitar llegar al extremo del despido mediante actuaciones que, en ese contexto de adaptación a la globalización, promuevan una mejor competitividad de las empresas a través de actuaciones que ayuden a mejorar la cualificación del personal, especialmente en habilidades digitales, de los trabajadores y trabajadoras en empresas en riesgo de crisis, para ayudar a evitar que la situación de su empresa se agrave o, en el caso de que definitivamente no sea posible, esté mejor preparado para su reincorporación a un nuevo empleo.

También proponemos una atención prioritaria a los nuevos retos que han de afrontar empresas y trabajadores en el actual contexto de transformación del modelo productivo, esto es la digitalización, la transición tecnológica y medioambiental vinculada al cambio climático. Los cambios propuestos en el dictamen incluyen dedicar mucha más atención a colectivos más vulnerables de la ciudadanía, como son personas mayores de 54 años o menores de 30 años, mujeres con personas en situación de dependencia a su cargo o personas que sufran algún tipo de discapacidad o trastorno mental. También proponemos intensificar la actuación en personas pertenecientes a minorías étnicas o a personas sin ningún tipo de cualificación profesional.

En definitiva, con este dictamen hemos intentado aportar nuestro granito de arena para ampliar la misión del Fondo, incluyendo incluso un cambio en su denominación, que pasaría a llamarse Fondo Europeo de Apoyo a las Transiciones, en consonancia con los cambios que hemos planteado.

Pero con la defensa del dictamen sobre este fondo nuestro objetivo iba más allá del cambio en las reglas del juego. Pretendíamos frenar la “geografía del descontento” de ciudadanos y ciudadanas. En definitiva, la desilusión provocada por la crisis económica y, especialmente, la crisis social con el ánimo de recuperar de alguna forma esa desafección o pérdida de confianza en las instituciones públicas.

Con estos cambios también hemos buscado, de alguna forma, poder garantizar la continuidad, a la vez que su adecuación, de un fondo en estos momentos en que la consolidación de la Europa moderna se tambalea con cierto incremento de posiciones populistas y anti-europeistas. En esa labor, desde la Comunitat Valenciana queremos jugar un papel clave, convencidos de que sólo en el marco de una Europa fuerte y unida seremos capaces de afrontar los actuales y futuros retos.

Mako Mira es secretaria autonómica de Modelo Económico y Financiación y Juan Ángel Poyatos es subsecretario de la Conselleria de Sanidad.

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