VALÈNCIA. Loriguilla puede convertirse en paradigma de pacto enrevesado. El PP ganó las pasadas elecciones y obtuvo cinco concejales de un total de 11 que configuran el pleno. Los restantes seis quedan divididos entre los tres de la alcaldesa, Montse Cervera, que se presentaba por Unión de Ciudadanos Independientes (Ucin); los dos del exalcalde durante seis meses y candidato del PSPV, Carlos Rodado, y uno de Vox, que personaliza Javier Cervera, ex presidente local del PP y también ex primer edil.
En una lógica generalista podría entenderse que Vox respaldaría al alcaldable del Partido Popular, Sergio Alfaro, y le daría el escaño que le hace falta. En cambio, en el contexto local esto parece muy improbable. La candidata de Ucin (portavoz hasta junio de 2022 del PP) firmó una moción de censura con el PSPV contra Alfaro, hasta hace algo menos de un año alcalde de Ciudadanos.
En febrero de este 2023, este último -Alfaro- fue proclamado candidato del Partido Popular, lo que provocó que su presidente en Loriguilla, Javier Cervera, y numerosos otros militantes abandonaran la formación, lo que ha constituido el germen de Vox. En toda esta compleja historia que resulta casi tan difícil de explicar como de entender, los pactos responderán más a circunstancias locales.
El escenario más probable, en este contexto tan peculiar, sería el que aglutinara a Ucin y PSPV, que ya han gobernado juntos casi un año, con el voto del edil voxista. El acuerdo final decantará la alcaldía y, de paso, influirá en la próxima composición de la Mancomunitat de Camp de Túria.
La entidad mancomunal está compuesta por 17 municipios: Benaguasil, Benissanó, Bétera, Casinos, Domeño, L´Eliana, Gátova, Llíria, Loriguilla, Marines, Náquera, Olocau, La Pobla de Vallbona, Riba-roja, Serra, San Antonio de Benagéber y Vilamarxant.
En la actualidad la Mancomunitat está configurada por 34 mandatarios, dos por consistorio. No obstante, si se aplica la nueva normativa comarcal tendría cada ayuntamiento un representante fijo (puesto que en la actualidad recae en su alcalde) y sumaría uno, dos, tres o hasta cuatro más si tiene un censo de hasta 2.000 habitantes, de 2.001 a 5.000, de 5.001 a 15.000 o de 15.001 a 30.000, respectivamente.
La entidad se halla presidida por la socialista Lola Celda, que será diputada provincial por la comarca en el próximo mandato y que no repetirá en aquel cargo supramunicipal. En la actualidad ha dirigido la entidad con un acuerdo que derivó en una vicepresidencia para Ciudadanos y otra para Compromís, además de integrar a grupos locales. El PP ha quedado en la oposición.
En la nueva composición del pleno mancomunal que surja tras la configuración de ayuntamientos la situación puede variar. El Partido Popular ha mejorado resultados y ha alcanzado casi el 37% de los votos en la comarca, frente a algo más del 23% del PSPV.
La formación que preside Carlos Mazón en la Comunidad Valenciana ha revalidado sus mayorías absolutas en Benaguasil y Domeño y previsiblemente, también al mejorar resultados, lograría las alcaldías de Bétera o Vilamarxant. Incluso podría conseguir la de Gátova (otra localidad que contrae méritos para entrar en ese grupo de pactos enrevesados) y, con su apoyo a Vox -la candidatura más votada-, obtener los votos de Náquera para la Mancomunitat.
El PSPV, por su parte, gobernará de nuevo con mayoría absoluta Riba-roja y hará lo propio en Olocau y Benissanó, además de contar con serias posibilidades de mantener la vara de mando en L´Eliana o Serra. Junto a Compromís se alternará en Llíria. Esta última formación aportará los votos de Casinos, donde ha logrado un holgado triunfo.
No obstante, además de Loriguilla, quedan otras tres poblaciones donde no resulta ni mucho menos claro avanzar un pronóstico. En San Antonio de Benagéber, por ejemplo, ha vuelto a ganar Enrique Santafosta, de la Agrupación Independiente de San Antonio de Benagéber (Aisab).
Su problema consiste en que ha conseguido cinco concejales de un pleno de 13 muy atomizado y en el que la mayoría de partidos no lo quiere al frente. Completarán el salón plenario tres concejales del PP, dos de Compromís, dos de Vox y uno de Ucin.
Para que no saliera elegido Santafosta tendrían que ponerse de acuerdo la coalición compromisaria y el partido voxista. Deberían de respaldar a la misma persona. En la lógica general a la que aludíamos antes esta variable resulta imposible; en el caso de política local, donde intervienen otros factores personales, no lo es tanto. Todo queda abierto.
Incluso en Marines, la población en la que ostenta la alcaldía la propia presidenta de la Mancomunitat, Lola Celda, no está la vara de mando decantada, aunque se presupone como el municipio menos enrevesado del cuarteto. PP y PSPV han empatado precisamente con cuatro ediles y Compromís ha logrado uno. Si retomáramos la ya obsoleta lógica -pese a los recientes intentos de retomarla- del Botànic, esta última formación habría de votar al PSPV.
En el escenario municipal de Marines esa opción constituye una posibilidad que no puede darse por incuestionable debido también a desavenencias locales. Si no se cierra, el PP, como formación más votada, gobernaría en minoría y podría representar a Marines en el pleno de la Mancomunitat que ahora preside su alcaldesa.
Como cuarto término municipal -aunque primero por número de habitantes- más impredecible en su configuración emerge La Pobla de Vallbona. El PP ha ganado, con Abel Martí de cabeza de lista relevando a la ex primer edil y ex diputada provincial Mari-Carmen Contelles. Ha obtenido siete concejales por cinco de la coalición de Josep Vicent García, el actual alcalde, que ha encabezado de nuevo la lista de Compromís. Vox ha logrado munícipes; y PSPV, dos.
No obstante, quienes inclinarán la vara de mando serán dos fuerzas locales: Centrats en La Pobla y el partido de las urbanizaciones CUPO. Han decidido aunar escaños (tienen dos cada una) y ceder el próximo sábado 17 sus cuatro o al PP o a la suma de Compromís y PSPV. Cualquiera de los dos opciones alcanzaría las 11 actas con sus aportaciones. Andan en las negociaciones al respecto.
Como en el resto de municipios antes citados, el resultado que culmine los pactos locales no solo decantará las respectivas varas de mando, sino que tendrá una influencia importante en la igualada pugna por presidir la Mancomunitat de Camp de Túria en el próximo mandato.