VALENCIA. Damián Frontera ha tenido que enfrentarse a la etapa más convulsa de unos institutos tenológicos, ahogados por los impagos de la Generalitat Valenciana. Exdirector general de Oscar Mayer y presidente del Instituto Tecnológico Agroalimentario (Ainia), también lidia con los problemas del resto de centros por estar al frente de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (Redit).
También miembro de la Junta Directiva de la CEV y presidente de su Comisión de Industria e Innovación, además de presidente de la Comisión Económica del Consejo Social de la Universidad Politécnica de Valencia, miembro de AVE y del Comité Ejecutivo de Fedacova. Frontera sigue tan comprometido con la defensa de los institutos como el primer día, y con el pleno convecimiento de que hacen una importante labor por la competitividad de las empresas.
Ahora, se enfrenta a la decisión de la Generalitat de querer reducir el número de institutos hasta cino, algo que él no comparte. Defensor acérrimo de la inversión pública en los centros, no duda en manifestar que renombrados institutos como el MIT obtienen gran parte sus ingresos de origen público. Pero ahora, Frontera tendrá que encabezar con Redit una renovación de mentalidad y presentar un proyecto alternativo al que tienen para demostrar su viabilidad económica.
-¿Cree que la fusión de los institutos tecnológicos que fue propuesta por la Generalitat ayudará a generar una red más fuerte?
-La propuesta del Ivace está siendo analizada ahora mismo por los Consejos Rectores de los institutos tecnológicos, es decir, por los representantes de las empresas a los que los centros dan apoyo en sus actividades de I+D+i. Es un tema sobre el que cada instituto debe valorar sus opciones y, por lo tanto, lo razonable es que yo no me manifieste al respecto: no creo que haya una respuesta única y general.
Cierto es que, al margen de la "fórmula" bajo la que se ampare la cooperación entre institutos y más allá de que la misma pueda llegar hasta la integración entre distintos centros, la colaboración entre nuestros institutos no es nada nuevo y abarca desde hace años todos nuestros ámbitos de actuación, desde los proyectos de I+D+i, infraestructuras compartidas, ensayos de laboratorio, formación, la gestión, los proyectos internacionales, etc.
En todo caso, parece contradictorio defender la voluntad de generar una red de institutos tecnológicos más fuerte y, al mismo tiempo, reducir el presupuesto del Ivace para los institutos drásticamente. El presupuesto en 2010 fue de 47 millones de euros frente a 30 millones de euros en 2013. Y, lo que es peor, en 2014 todo parece indicar que rondará los 20 millones de euros. Es decir, un 60% de disminución en 4 años.
El menor apoyo de la Generalitat a la innovación tendrá su efecto en nuestras pymes y ningún cambio de organización en los Centros podría justificar semejante sangría presupuestaria. La apuesta de una Administración por una materia siempre tiene una contrapartida presupuestaria, el resto sólo son buenas intenciones.
-¿Cree que los institutos tecnológicos han mostrado dejadez a la hora de vender sus servicios y muestran dependencia de los fondos públicos? ¿Qué pasaría si estos se terminaran?
-Sin duda cualquier indicador es mejorable, pero los datos demuestran que las empresas siguen confiando en nosotros año tras año. De hecho, durante el ejercicio 2012 prestamos servicios de I+D+i de todo tipo a más de 12.000 empresas cliente.
Ciertamente, los institutos tecnológicos y la propia asociación Redit deben redoblar sus esfuerzos por llegar a más empresas y "convencer" a más empresarios del efecto positivo de la apuesta por la innovación en los resultados económicos de sus organizaciones.

Hay un dato interesante respecto a este tema. Según el último informe de Cotec, entre 2008 y 2011 el número de empresas innovadoras en España se redujo en un 43%. En ese mismo periodo, el número de empresas que eligió a un Instituto Tecnológico de Redit como socio de cooperación preferente para sus proyectos de innovación, creció en un 113%. Creo que las cosas se están haciendo bien, tal y como muestra este dato, aunque siempre hay que insistir y llegar a más empresas.
En este apoyo a la empresa el papel de la Administración es también fundamental. En los últimos años han disminuido las ayudas para la I+D+i empresarial y, además, se ha producido una importante morosidad en el pago de los proyectos concedidos. Si la Administración "inyecta" menos dinero en el sistema de innovación, especialmente en momentos de enorme dificultad económica como los actuales, la consecuencia directa es la contracción de la actividad de innovación empresarial.
Volviendo a los institutos y a su dependencia de lo público, opino que éste es un tema sobre el que hay que aclarar algunos conceptos de base. Cualquier sistema de apoyo a la innovación, tanto a nivel nacional como internacional, cuenta con fondos públicos. El equilibrio en el mix de ingresos de los Institutos Tecnológicos debe mantenerse: los apoyos públicos hacen que los centros generen conocimiento transferible a la empresa y vayan un paso por delante en determinadas tecnologías y ámbitos de conocimiento. Por su parte, los ingresos privados dan cercanía a la empresa y agilidad de respuesta a sus necesidades.
-Ustedes recurren frecuentemente, para defender el gasto público en sus institutos, al argumento de que el MIT cuenta con mucho apoyo institucional...
-Para juzgar si nuestros Centros cuentan con mucho apoyo público, lo lógico es buscar puntos de comparación. Por ejemplo, si analizamos diferentes referencias a nivel internacional, resulta que mientras nosotros recibimos el año pasado un 47% de fondos públicos competitivos, con un 33% de origen regional, en Alemania, la corporación Fraunhofer tuvo en 2011 un 66,2% de sus ingresos de origen público. Por su parte, el prestigioso y renombrado (MIT), obtuvo un 88,7% de sus ingresos de I+D+i de origen público.
Por otro lado, si tenemos en cuenta la inversión pública regional en los Institutos Tecnológicos, en 2012 el presupuesto del Ivace fue de 36 millones de euros mientras que nuestros Institutos captaron ese año 79 millones de euros de fondos nacionales y europeos para ellos y sus empresas cliente. Esto supone que por cada euro de financiación pública regional, los institutos tecnológicos contribuyeron a atraer 2,2 euros de financiación a la Comunidad Valenciana. Cuando hablamos de nuestros institutos tecnológicos, el apoyo de la Administración debe llamarse por su nombre: inversión.
-¿Coincide con el informe de BDO en que algunos de los institutos han perdido su sentido y que es necesaria una profunda reestructuración de la red?
-El papel de los Institutos Tecnológicos está más vigente que nunca. Las agendas políticas de las regiones más desarrolladas del mundo sitúan de forma sistemática la I+D+i como una prioridad al más alto nivel. Todos los recortes en I+D+i tendrán su efecto negativo en el corto, medio y largo plazo y la coyuntura económica no puede justificarlos: los recortes en innovación de hoy impedirán pagar las prestaciones sociales de mañana.
Nuestros Institutos han demostrado ser, a lo largo de estos años, eficaces, eficientes y perfectamente sostenibles. Los problemas que arrastramos en los últimos meses han tenido mucho más que ver con los problemas de pago de la Administración que con la viabilidad, en términos generales, de los Centros.
El pasado mes de julio presentamos en Cierval un interesantísimo estudio elaborado por la Universidad Carlos III de Madrid sobre el impacto de nuestros Institutos en los resultados de las empresas y en la economía regional. El estudio demuestra con datos objetivos que las empresas que colaboran con Redit tienen un 9% más de productividad, exportan más (con un valor de exportaciones fuera de la UE un 17,2% superior), desarrollan más innovación de producto y son más activas en proyectos de I+D interna, por citar algunos de los indicadores más llamativos.
Pero es que, además, nuestros Institutos Tecnológicos son el primer agente de cooperación para la I+D+i de las empresas de la Comunidad Valenciana y, comparándonos con otras regiones españolas, resulta que en ninguna otra Comunidad Autónoma las empresas confían tanto en sus Centros Tecnológicos. Creo que estos datos son un nuevo espaldarazo al modelo valenciano de Instituto Tecnológico, como modelo de organización eficaz y eficiente en el apoyo a la innovación empresarial y, por lo tanto, no comparto en absoluto el que la red necesite de una profunda restructuración. Los ajustes siempre son necesarios, pero estos ya los vienen haciendo los Centros desde su creación.
-¿Cuáles han sido todas las opciones que han barajado con la Generalitat desde los Institutos Tecnológicos para subsanar la deuda?
-En los últimos dos años se nos han propuesto distintos mecanismos de pago y, aunque sabemos del empeño que la Conselleria de Economía e Industria ha puesto por solventar nuestra situación, hasta ahora no se ha podido solucionar el problema.
En este periodo, ha habido diferentes opciones sobre la mesa, desde los Hispanobonos, Eurobonos, el FLA de 2012, el primer plan de pago a proveedores, el ingreso de fondos FEDER retenidos... Ahora parece que la inclusión por parte del Ministerio de Hacienda de los Centros Tecnológicos como beneficiarios del último plan de pago a proveedores solventará en gran medida el problema de la deuda.
-¿Es suficiente, de momento, con los pagos de 2010 y 2011?
-Aún no está cerrado este tema y confiamos en que el plan de pagos pueda incluir también los expedientes de 2012, puesto que están ejecutados y justificados por parte de los Institutos. En todo caso, aunque esperamos que toda la deuda se pueda saldar cuanto antes, nuestra entrada en el plan de pago a proveedores es una gran noticia.
-¿Quien debería asentar la innovación permanente en las empresas?
-Todos los agentes del sistema de innovación tenemos un papel que cumplir. El sector privado debe introducir de forma sistemática la innovación como parte de la estrategia de la empresa, sencillamente porque, tal y como demuestran los datos, es una inversión rentable. En esa apuesta, la empresa debe sentirse acompañada por agentes intermedios como los institutos tecnológicos, que le apoyan como socios en sus retos de innovación y tecnología.
Ayudan a la empresa en sus proyectos de I+D+i desde una perspectiva tanto técnica como administrativa, dándoles soporte también en la obtención de financiación nacional e internacional, así como en la búsqueda de socios y mercados. Pero además, la Administración tiene que arropar a las empresas, con ayudas que constituyan un verdadero incentivo a los proyectos innovadores, disminuyendo al máximo la burocracia y mejorando los plazos de resolución y, sobre todo, de pago de las ayudas comprometidas con las empresas.
-¿Echa de menos un verdadero plan estratégico en la Comunitat Valenciana?
-El pasado 31 de julio se presentó la nueva versión de la Estrategia de Política Industrial de la Comunitat Valenciana con el horizonte en 2020. Entiendo que es un punto de partida interesante puesto que ha contado con el consenso de los principales agentes económicos de la región. Ahora queda lo más difícil e importante, que siempre es llevar a término los planes estratégicos que se diseñan y conseguir los objetivos marcados. No hay tiempo que perder.
-¿Qué papel juegan los institutos tecnológicos en la estrategia de política industrial valenciana?
-Hay que pensar que un papel fundamental, puesto que uno de los seis ejes de actuación prioritaria de dicha estrategia es el de "Innovación: I+D+i empresarial". Revisando las líneas de acción definidas en este eje, vemos que gran parte de ellas están perfectamente alineadas con la misión y la actividad propia de nuestros Institutos. Pero es que además, desde su creación y como ejemplo reconocido de cooperación público-privada, los Institutos siempre han sido concebidos como el brazo tecnológico de la Generalitat, impulsores de sus políticas de innovación empresarial.
Pero no hay que olvidar que para que cualquier plan se materialice es imprescindible un presupuesto que haga posible poner en marcha las líneas marcadas. Desde Redit estamos convencidos de que es más necesaria que nunca una dotación presupuestaria adicional para la innovación, que sitúe a la Comunidad Valenciana entre las regiones españolas de referencia, y que permita competir a nuestras empresas con las mayores garantías, en un contexto europeo cada vez más complicado. Sin embargo, la evolución de los presupuestos de la Administración en los últimos años no está yendo en esta dirección.
-Uno de los institutos tecnológicos de la red ha decidido salir de ésta. ¿Qué servicios se presta desde Redit al resto de los institutos? ¿Compensa pagar 9.500 euros al año?
-En primer lugar es importante señalar que el valor de la asociación debe ser defendido por sus miembros y no por la propia organización. Como Presidente de ainia, creo que la labor de REDIT es importantísima para cada uno de sus asociados, como estructura que aglutina a los Centros de la región en la defensa del modelo valenciano de instituto tecnológico, poniendo en valor nuestro protagonismo en el sistema de Ciencia-Tecnología-Empresa.
Esta misión de "lobby" ante los diferentes agentes públicos y privados en el ámbito de la innovación empresarial es la esencia de Redit y su principal razón de ser. En esta línea se llevan a cabo cada año diferente proyectos e iniciativas, como el mencionado estudio de impacto, que los institutos tecnológicos no podrían abordar a título individual.
En torno a esta función principal de lobby, desde la Red se han ido desarrollando otras actividades de interés general para los Centros, fomentando los proyectos colaborativos, las actividades de "benchmarking" entre Institutos o las acciones basadas en la búsqueda de economías de escala, entre otras actividades a nivel corporativo.
La existencia de una organización como Redit que aglutina al conjunto de Institutos Tecnológicos es fundamental para éstos, sobre todo en épocas de dificultad como la actual. Entiendo que los 13 miembros de la asociación Redit, que estuvieron en la génesis y creación de la Asociación, comparten conmigo el enorme valor de la Red y por eso ven como una interesante inversión la cuota anual.
-¿Le ha desgastado personalmente la tensión vivida entre los institutos que usted representa y la Generalitat por los impagos?
-Estos últimos meses están siendo difíciles para todas las organizaciones y eso, sin duda, hace que las personas que estamos al frente de las mismas vivamos situaciones menos agradables que en otras épocas. Yo siempre he entendido mi papel como Presidente al servicio de la organización a la que represento, con independencia de la coyuntura.
Sigo tan comprometido con mi actividad como Presidente de Redit como el primer día, porque estoy convencido de la importante labor que hacen los institutos tecnológicos por la competitividad de las empresas. Es momento de seguir trabajando todos juntos. El día que no lo crea así, me dedicaré a otra cosa.