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De diapositivas locutadas  a pizarras digitales, así forma online la Facultat d’ Economia de la UV

25/03/2020 - 

VALÈNCIA. Desde el pasado lunes 23 de marzo la Facultat d’Economia de la Universitat de València comenzó a impartir la docencia no presencial, adaptándose así a las circunstancias actuales derivadas de la crisis del COVID-19. En este sentido, casi 8.000 estudiantes y más de 400 docentes estarán conectados de forma virtual a lo largo de las próximas semanas.

Este contratiempo supone una oportunidad y un reto para que profesorado y estudiantes puedan incorporar a su docencia las diferentes herramientas vinculadas a las TIC que la Universitat de València, encabezada por su equipo rectoral y con el pleno apoyo de decanos y directores, ha puesto a disposición de toda la comunidad universitaria. Con ello se persigue que el alumnado continúe recibiendo las clases sin perder un ápice de calidad, en una universidad pública comprometida en acompañar al estudiante en su formación académica, ahora de forma online.

El proceso de adaptación se ha producido en un tiempo récord, pues recordemos que ha trascurrido apenas una semana desde que el Gobierno de España estableciese el Estado de Alarma. Durante todo el período no lectivo que correspondía a los días falleros, el profesorado ha estado trabajando duro en esta dirección. El día 19 de marzo, San José, había 180 profesores conectados a un tutorial online sobre la plataforma virtual Blackboard Collaborate, que posibilita ofrecer videoconferencias en directo a un alto número de asistentes, quienes pueden interactuar con el  moderador a través de un chat, interviniendo con su micrófono y cámara, o mostrando su satisfacción o su desagrado con unos sencillos emoticonos, gracias a los que el profesor percibe la calidez humana que está detrás de la pantalla.

Más interacción con los alumnos

El lunes, una rápida consulta identificó que alrededor de la mitad de las clases se habían impartido en directo mediante este sistema de videoconferencia. Andrés Alfonso, tras su clase de Contabilidad Financiera en el Grado de Economía, expresaba “me han dado las gracias más de 50 estudiantes por el chat, y la sensación ha sido de optimizar el tiempo y la agilidad en la comunicación”. Más efusivo si cabe se expresaba el profesor de Investigación de Mercados Antonio Carlos Cuenca en cuanto a la capacidad de interaccionar con sus estudiantes del Doble Grado ADE+Derecho, “he hablado más con los alumnos que cuando los tengo delante”, afirmaba. En la asignatura de Estrategias Corporativas, del Grado en Administración y Dirección de Empresas, el profesor Joan Ramón Sanchís valoraba especialmente la oportunidad que le brinda el chat al permitir que los estudiantes vayan formulando ahí las preguntas durante la exposición, de manera que él puede ir adaptándola en función de lo que lee que más les preocupa. El alumnado de Comportamiento del Consumidor, alentado por su profesor Víctor Martínez, también ha interactuado básicamente por el chat, pues el micro les daba más vergüenza o, como expresaban los estudiantes de Patrimonio Cultural del Doble Grado de Turismo y ADE, no han querido conectar sus webcams “porque no estaban presentables”.

Este formato de clase online sirve para prácticamente todo tipo de materias. Por ejemplo, para la clase de Estadística en el Grado de Finanzas y Contabilidad la profesora ha conectado una especie de pizarra, Microsoft Whiteboard, que permite instalarla en una Tablet/iPad donde con un lápiz digital se sincroniza en tiempo real y los estudiantes pueden ver cómo desarrolla las fórmulas en sus pantallas desde casa. José Vila, en su clase de Microeconomía del Doble Grado de Turismo y ADE, ha recurrido a usar una surface con pantalla táctil y lápiz que tiene muy buenas funcionalidades de escritura, dibujo e introducción de expresiones matemáticas desde texto, que dice ha sido incluso más cómodo y más claro que la pizarra convencional.

Locución de dipositivas

No todo han sido videoconferencias. Muchos profesores han recurrido también a locutar las presentaciones de diapositivas que, en circunstancias normales, explicarían verbalmente en sus clases. Otros han optado por rediseñar sus materiales de apoyo para que faciliten el aprendizaje autónomo y han completado la oferta con el uso de chats o de foros en la plataforma docente que utiliza la Universitat de València, el Aula Virtual, que puntualmente se ha visto saturada y ha llevado a algunos momentos de desesperación. Precisamente esta ha sido la queja más repetida, pues el incremento del tráfico ha sido significativo, como también ha podido comprobar el alumnado de primaria y secundaria con las plataformas habilitadas por la Conselleria de Educación. 

Lo cierto es que cuesta adaptarse de la docencia presencial a la virtual de la noche a la mañana. Es necesario superar inconvenientes derivados no solo de las condiciones técnicas de capacidad de las plataformas o velocidades de conexión, sino de otras cuestiones más mundanas, como el estar asumiendo que todos los estudiantes disponen de un ordenador en su casa. Si bien los teléfonos móviles actuales permiten acceder a los vídeos, entrar a los salones de videoconferencias o descargarse los materiales, no es menos cierto que, para realizar tareas y enviarlas online es preferible trabajar con ordenador. Por ello, la Facultat d’Economia ha ofrecido a los estudiantes que lo necesitasen el préstamo de un portátil durante el período de docencia no presencial, servicio al que han optado 11 personas que ayer martes recogieron los ordenadores.

Al final, lo importante es el compromiso de docentes y estudiantes de la Facultat d’Economia de la Universitat de València por continuar con el aprendizaje. Como expone un profesor de Historia Económica, que ha recurrido a completar sus materiales de estudio, sin entrar en otro tipo de desarrollos tecnológicos más sofisticados, “mi opción es la misma que hubiera adoptado Keynes: reduce la incertidumbre y harás una buena inversión. Las nuevas herramientas pueden ser útiles, pero el valor no sólo depende de la utilidad marginal, sino de la escasez de recursos, y esto es algo que ningún economista debería olvidar en situaciones como la que estamos viviendo”. 

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