VALÈNCIA. En los primeros días del confinamiento de marzo de 2020, uno de los primeros colectivos en movilizarse para generar una batería de medidas de entretenimiento y solidaridad fueron los músicos. La extensa red de melómanos y profesionales de la música lo convierten en una disciplina capaz de conectar con la sociedad en tiempo récord, y por qué no, de cambiar el mundo.
La trágica Dana que ha asolado hasta 69 municipios de la provincia de Valencia no ha sido una excepción. Cada escena musical, cada fenómeno social, cada tejido, se ha adaptado dentro de sus circunstancias para dar una respuesta a este contexto tan concreto.
Tal vez lo primero que venga a la mente sea, precisamente, la oleada de cancelaciones que ha paralizado -paradójicamente- la actividad musical (especialmente en espacios públicos como el Palau de la Música o el Palau de Les Arts), al igual que el ámbito docente (desde los conservatorios hasta Berklee). Pero nada más lejos de la realidad, la música se ha transformado estos días.
Desde la FSMCV (Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana) informan que por los efectos de la Dana se han visto afectadas unas 30 asociaciones musicales. Desde el primer análisis que contempla su presidenta, Daniela González, hay 3.5000 músicos afectados, unos 4.000 alumnos y 340 profesores “que hayan podido contabilizar hasta el momento”. Sus mayores pérdidas se centran en el local de ensayo y los instrumentos grandes que se quedan en estos, como pueden ser los pianos de cola, los timbales, las marimbas e instrumentos de cuerda como los violonchelos y los contrabajos: “Son instrumentos que siempre se quedan en los locales y que se han visto enormemente afectados, es parte de la vida de los músicos que en el local encuentran un lugar de encuentro. Para ellos este es su segundo hogar y se ha visto derruido”.
Bajo el fango también ha quedado el archivo de las bandas de música, como algunas partituras que son parte de su patrimonio y fotografías grupales y de eventos. Gracias a su llamamiento en redes sociales cuentan ya con algunas ayudas para restaurar tanto las partituras como los instrumentos: “Las bandas han perdido una gran parte de su historia. Los instrumentos y las partituras no son solo materiales, forman parte de su vida como artistas y de su historia cultural”, apunta González, quien destaca que ahora la prioridad son las familias que lo han perdido todo y que hay que poner el foco central en esa necesidad. “Tenemos claro que esa es la prioridad y que las bandas de música van mucho después. A nivel de federación lo que hacemos por los músicos es abrir nuestras puertas para dar clases y ensayos si hace falta, pero mientras nuestro corazón está con los afectados”.
Su iniciativa ahora es “comunicar” su historia a través de los medios y las redes sociales e instar a las sociedades musicales de la Comunitat, siempre y cuando se vean dispuestas, a que realicen el concierto de Santa Cecilia y que se haga de forma benéfica para las sociedades musicales afectadas. De momento, y para paliar daños, han abierto un número de cuenta y un Bizum para poder recibir los donativos: ““Estamos emocionados con toda la ayuda que estamos recibiendo, dentro de tanta desgracia vemos un gran halo de solidaridad. Nos entusiasma ver a gente que tiene muchas ganas de ayudar y vienen de todas las partes del mundo, dentro de todas las historias desoladoras que estamos viviendo”.
Desbordados por los mensajes solidarios que están recibiendo, aseguran que muchas empresas se han prestado a donar instrumentos, pero de momento para ellos lo importante es organizar la solidaridad y el nivel de donaciones: “Estas propuestas son olas de agradecimiento, pero ahora no nos ayuda recibir 50 clarinetes. Cuando sepamos la necesidad real de cada músico iremos al punto de ayuda más efectivo para que esta ayuda se organice”.
Los colectivos y músicos de la escena de músicas populares (pop, rock y electrónica) han aprovechado que su práctica musical no depende de grandes infraestructuras —y por tanto, no ha estado tan expuesta a la tragedia— precisamente para arrimar el hombro y echar una mano con diferentes iniciativas solidarias. Todas las iniciativas de las que Culturplaza se hace eco han demostrado compromisos de transparencia y rendición de cuentas, de una manera u otra.
Por ejemplo, el sello discográfico valenciano Gordo Trax lanzó Germanor, un recopilatorio benéfico que reúne a varios artistas de la escena local. Con más de 8.000 euros recaudados a lo largo de esta semana, los ingresos de esta iniciativa se van destinando a asociaciones vecinales y de rescate animal conforme van surgiendo las necesidades y siempre en conexión con las personas que están trabajando sobre el terreno. El productor valenciano Pépe también lanzó un proyecto propio de recaudación llamado Valencia Relief a través de la plataforma Bandcamp, con el mismo objetivo, y con el que ha recaudado 1.200 euros.
Sin salir de la electrónica, el movimiento Més que música surgió de forma espontánea en redes sociales. Promovido por el DJ Juanjo García y con el apoyo de otros artistas nacionales, lanzaron un recopilatorio de 400 temas y ya han recaudado 12.000 euros en donaciones. Los fondos han sido empleados en la compra de material de limpieza, agua potable y medicamentos, que ya están siendo distribuidos en las zonas más afectadas. La campaña, abierta en la plataforma GoFundMe, tiene como objetivo recaudar 20.000 euros.
Artists for València busca, por su parte, reunir a toda la noche valenciano apostando por un modelo de ayuda directa, sin intermediarios, en el que cada contribución va directamente a asociaciones vecinales. Las principales discotecas y artistas de la ciudad han participado. Spook, por ejemplo, donará todos los beneficios de este sábado (con un cartel conformado por artistas locales) también para paliar las consecuencias de la Dana.
A nivel estatal, la iniciativa Som València ha agrupado en un tiempo récord a más de 300 artistas en un ciclo de conciertos solidarios que se extenderá por distintas ciudades de España. Desde lugares como Madrid, Zaragoza, Murcia y Girona, entre otros, las presentaciones tendrán entradas con precios de 15 a 20 euros, y todos los fondos recaudados serán dirigidos a la Fundación Horta Sud para una distribución equitativa en las zonas afectadas. Artistas de renombre como Alba Reche, Zahara y Villano Antillano han confirmado su participación en esta serie de conciertos.
También en este ámbito, la promotora The Music Republic organizan el concierto Música desde el corazón con un cartel estelar encabezado por Amaral, Arde Bogotá, David Bisbal o Raphael en el Wizink Center. Los beneficios, en este caso, irán destinados a la cuenta de solidaridad que ha habilitado la Generalitat Valenciana. Finalmente, la fundación valenciana Músicos por la Salud ha impulsado una subasta solidaria en la que músicos reconocidos, como Ruth Lorenzo, Dani Fernández y David Otero, han donado instrumentos para ser subastados, con el objetivo de recaudar fondos.
Pero los proyectos de captación de fondos para los afectados no han sido la única manera de ayudar de la música popular. El colectivo Sedajazz ha sido una de las empresas que ha sufrido importantes daños materiales en su sede y escuela tras las inundaciones. Con su espacio anegado por el agua y el fango, lanzó una campaña de recaudación de fondos, en la que han recogido más de 27.000 euros en donaciones. "La respuesta de familias, amigos y voluntarios ha sido abrumadora", comentaba Juan Tamarit, profesor de Sedajazz a EFE. Además de ayudar a reconstruir su sede, el colectivo ha anunciado que compartirá parte de las donaciones con otras entidades sociales vecinas igualmente afectadas.
En la escasez de estos primeros días, también muchos espacios musicales sirvieron como punto de recogida de materiales y alimentos, como Loco Club o la discoteca Oven.