VALÈNCIA. Atitlan cumple este año la mayoría de edad desde que arrancara el proyecto en 2005, con una visión meramente financiera. No obstante, su filosofía ha cambiado a lo largo de estos años y ahora es un grupo empresarial con diferentes verticales que van desde el sector de las energías renovables, pasando por el agroalimentario hasta el inmobiliario. Un conglomerado industrial que conjuga empresas 100% propias y participaciones minoritarias en otras firmas.
Así, la compañía, propiedad de Roberto Centeno y Aritza Rodero, lleva invertidos 1.500 millones desde 2005 y suma activos que superan los 1.000 millones. Además, de acuerdo con sus últimas cuentas anuales de 2022, su cifra de negocio se sitúa en los 190,2 millones, un 13% menos, pero con un ebitda de 90 millones de euros y un beneficio que en el último año se disparó hasta los 73,1 millones tras la venta de su negocio de almendros y olivos. Una operación que le permitió reducir sus gastos financieros y su deuda.
"Somos capital permanente, responsable y paciente, sin horizonte obligatorio de desinversión. Nos gustan los modelos de negocio de crecimiento y cultivamos relaciones de largo plazo", exponen Centeno y Rodero en la memoria corporativa de 2022. "De momento, mantenemos nuestro balance con un endeudamiento moderado. Seguiremos reinvirtiendo nuestros beneficios en empresas líderes y bien gestionadas y conservaremos una visión a largo plazo", señalan.
En concreto, Atitlan cuenta con diferentes áreas de negocio. Por un lado está en el sector agroalimentario con las empresas Elaia, Guillem Export y Sea Eight; en energía, a través de Helios; en inmobiliario con Ares; así como ha invertido en firmas industriales y de servicios como Padel Galis, Imex Products y The Bridge. También, cuenta con una cartera de inversiones financieras de más de 125 millones, entre las que destaca la participación en el fondo de deuda alternativa Terram Capital.
En el ejercicio 2022, la firma acometió una reestructuración en varias patas de su negocio. Algunos de esos cambios fueron la concentración de toda su actividad inmobiliaria bajo una misma sociedad (Ares) o la venta de su negocio de olivos y gran parte de los almendros para reenfocar sus esfuerzos en otros cultivos como el pistacho y el aguacate. También, transformaron parte de su hectáreas de cítricos, mientras que en su plataforma de acuicultura construyen una nueva plata en Asturias.
Su último movimiento ha sido entrar en el transporte, un salto que, eso sí, han dado este 2023. También, han pujado por la adquisición de Tastia Group, dueños de cadenas como Muerde La pasta. De acuerdo con su memoria anual, su cartera de inversiones financieras aglutina el 36,41% de la valoración total del grupo, seguida del inmobiliario (30,66%); Agroalimentación (17,10%); Industrial y Servicios (11,86%) y Energía (3,99%).
En concreto, en este sector Atitlan empezó a través de la marca Elaia con la producción de más de 20.000 hectáreas de olivo y almendro en España, Portugal y Marruecos. No obstante, en 2022 vendió esos cultivos al grupo andaluz De Prado para reorientar su estrategia hacia otros productos que en este momento presentan más demanda en el mercado como son el pistacho y el aguacate.
Así, en la actualidad, Elaia opera más de 2.000 hectáreas de pistacho en diferentes localizaciones de la Península Ibérica, aunque su hoja de ruta pasa por ampliar la superficie hasta las 4.000 hectáreas tras una inversión de 100 millones de euros. Adicionalmente, la estrategia incluye, no solo la plantación de pistacho, sino la fase industrial de secado, pelado y calibrado de la producción.
Además, a finales de 2019, Atitlan compró Frutas Romu, dedicada al cultivo de cítricos, que en estos momentos opera más de 1.500 hectáreas y que también está en pleno proceso de transformación. Y es que el grupo ha decido acometer un plan de reconversión varietal con el foco puesto en productos de mayor valor añadido como las royalty, así como en referencias más ligadas a tendencias de consumo creciente como el pomelo y el aguacate, sustituyendo aquellas variedades comercialmente obsoletas y con márgenes negativos o muy bajos.
Así, en este momento, el 62% del total de sus hectáreas están dedicada al pistacho; el 18% a la clementina; el 16% son naranjas; el 3%, aguacate; y solo el 1% es cultivo de pomelo. Ahora, según apunta en su memoria anual, exploran otro tipo de frutos como los arándanos.
Por otro lado, el grupo cuenta Sea Eight, que opera su negocio de acuicultura, concretamente de cría de lenguado. Es una división que van a potenciar y, para ello, han inyectado en la firma 30 millones de euros con el fin de construir una nueva piscifactoría en Asturias y modernizar sus actuales instalaciones, y, por otro, abrir nuevos mercados de venta en Europa.
Con esta operación, Atitlan podrá acelerar su plan de expansión en este segmento y superar en 2025 las 1.500 toneladas de capacidad instalada. Y todo ello con el objetivo de alcanzar las 7.000 toneladas de producción antes de 2030. En 2022, la compañía incrementó un 30% su producción hasta superar las 470 toneladas respecto a los ejercicios anteriores, recuperando los niveles previos a la pandemia gracias a las mejoras operativas implantadas. Además, comenzó a vender lenguado en Italia, Grecia y Francia.
En la actualidad, Sea Eight cuenta con tres centros productivos: un criadero en Povoa de Varzim (Portugal), donde se inicia la producción; y dos unidades de engorde, donde finaliza el proceso, y que están en Cambados (Pontevedra) y Murtosa (Portugal). A ellos se unirá en 2024 el nuevo espacio en Gijón.
Lo cierto es que el grupo ha estado muy centrado en los últimos años en las renovables tras el 'boom' inversor en España. Un negocio que ha ido creciendo de forma vertiginosa con la promoción de varios proyectos. Por ello, en 2019 se creó el holding Atitlan Helios SL para agrupar su negocio energético. En un principio se centró en la fotovoltaica, pero poco a poco ha ido ampliando tecnologías y geografía a través de acuerdos con partners que les han permitido tener mayor capilaridad.
Así, ahora su actividad aglutina diferentes tecnologías sostenibles como la fotovoltaica, eólica, almacenamiento, hidroeléctrica, gases renovables, así como comunidades energéticas. Solo en 2022 se avanzó en el desarrollo de 400 MW fotovoltaicos y se lanzaron los primeros proyectos eólicos en el norte de España. Entre sus hitos está la construcción de un parque fotovoltaico de 116 MW en Monòver con 53 millones de euros de inversión. También tienen luz verde para la megaplanta fotovoltaica de 84 MW instalados que proyecta entre Villena y Salinas.
Con todo, Helios cuenta con un pipeline de más de 3GW en ejecución con desarrollos tanto en España como en América Latina. De hecho, uno de sus hitos ha sido su entrada en el mercado chileno hace un año, un primer paso para su expansión internacional. En su punto de mira también está Perú, Colombia o Canadá.
El sector inmobiliario ha estado desde el principio ligado al grupo empresarial. Su plataforma de inversión y gestión de este tipo de proyectos es Ares, que está centrada en desarrollos urbanísticos, promociones y activos en renta. En 2022, su inversión total ascendió a los 14 millones en superficies terciarias y 4 millones en residencial.
En concreto, en su pata de desarrollos urbanísticos tiene una cartera que incluye más de 300.000 metros cuadrados techados, situados en Madrid y Valencia, con un valor de los activos que asciende a los 100 millones de euros. Por otro lado, su cartera patrimonial cuenta con 175.000 metros cuadrados de techo y un valor de 428 millones, con presencia en Sevilla, Madrid y Valencia. Está diversificada en diferentes sectores, donde predomina el industrial y el hotelero. De hecho, en 2023 Ares se alió con Improving Logistics, operador logísticos valenciano, para crecer en este segmento.
En la pata de promociones, en residencial lleva más de 100 viviendas entregadas y se encuentra en pleno desarrollo de dos promociones: una en Lisboa y otra en Valencia con más de 160 viviendas. En logístico, ha desarrollado más de 50.000 metros cuadrados de techo y está acometiendo tres proyectos en Valencia y Madrid, mientras que en el segmento hotelero ha levantado más de 3.000 habitaciones. En la actualidad, Ares desarrolla dos residencias de estudiantes en Valencia. Una de ellas de 250 camas en la avenida de Tarongers, que vendió al fondo británico Round Hill Capital. La operación rondó los 25 millones de euros.
En esta división, Atitlan actúa de forma muy diversa a través de empresas de diferente índole. Por un lado, está Imex Products, dedicada a la venta de grifería; Padel Galis, fabricación, comercialización e instalación de pistas de pádel; y The Bridge, una plataforma que facilita el acceso a una carrera profesional en el ámbito digital.
En concreto, Padel Galis es una firma especializada en el diseño y construcción de pistas de pádel. La firma es proveedora oficial del circuito profesional 'World Padel Tour' y sus pistas han estado presentes en grandes eventos como el Máster Series de Tenis en Italia y el Máster Series de Tenis Sony Open de Miami, entre otros. Y es que, tras casi dos décadas de experiencias, ha instalado más de 10.000 cubiertas en 70 países.
En 2022, facturó 20,6 millones de euros e inauguró una nueva planta en Picassent, en donde se acometen labores de corte, taladro y soldadura de los tubos de hierro y mallazo para a construcción de las estructuras metálicas, mientras que los acabados de pintura se completan en su fábrica en Silla. Una nueva instalación que permitirá incrementar su capacidad productiva con el objetivo de llegar en 2024 a las 6.000 pistas anuales. En estos momentos, su principal mercado es Europa, que representa el 27,6% de sus ventas; seguido de España, un 20,5%; la zona de Oriente medio, 18,5%; Escandinavia, 14%; América, 11%; África, 4,75; y Asia y Oceanía; 3,7%.
Su segunda empresa en esta división es Imex Productos, de fabricación y comercialización de grifos y espejos LED de diseño. Ubicada en Torrent, comenzó su actividad en 2001, pero no fue hasta 2020 cuando Atitlan se hico su control, aunque al frente sigue su fundador, David Mestre. Su estrategia se basa en ofrecer productos innovadores y de alta calidad, pero a precios competitivos.
La compañía opera sobre cuatro categorías -duchas, lavabos, cocina y espejos- y cuenta casi con mil referencias, de las que el 70% se comercializan en el mercado nacional y el otro 30% se exporta, siendo Portugal, Francia y Grecia los principales destinos internacionales. En 2022, cerró con una facturación de 40 millones de euros.
Por su parte, The Bridge es una empresa educativa en el ámbito digital cuya misión es formar perfiles profesionales que cubran las nuevas demandas del mercado laboral. Su campus princiapl está en Madrid, pero tiene presencia en otras provincias a través de socios locales como, por ejemplo, EDEM en València, la Fundación BBK en Bilbao o la Cámara de Comercio en Sevilla. También, ofrece la posibilidad de estudiar en remoto. En 2022, recibió 685 alumnos.
"El viaje ha estado plagado de vivencias muy diversas desde 2005. En general, hemos sido afortunados y compartimos más éxitos que fracasos. Continuaremos con vocación de aprender y afrontar retos futuros con humildad, pero también con determinación y confianza", recalcan sus fundadores en su memoria corporativa.
