VALÈNCIA. La relocalización, la innovación y la diferenciación son algunas de las claves para tejer una industria influyente en la Comunitat Valenciana. Así lo señalaron este viernes en el desayuno 'Ingeniería al servicio de la empresa', organizado por Valencia Plaza y Esfera Ingenería. Un encuentro al que asistieron José Vicente Herrero, director general de Velarte, Manel Mogollon, gerente de fabricación de la planta de Valencia de Coca Cola, Carlos Ledó, fundador y CEO de Idai Nature, Jose María Lagarón, fundador y presidente de Bioinicia, Ángela Pérez, CEO de Imegen y José Cabanes, subdirector General SPB.
También acudieron Vicent Sisternes, director de Operaciones de Ubesol, Cristian Serra, responsable de Proyectos de Ingeniería de Envasado de Vicky Foods, Iván Lozano, jefe del Área Industrial de Frusa, Juan Ramón Granell, director General de Esfera Ingeniería y Alejandro Sevilla, director de Operaciones y socio fundador de Esfera Ingeniería.
Desde las compañías asistentes, abordaron las acciones realizadas para adaptarse a la producción en época de pandemia, desde el desabastecimiento de materias primas a la sobreproducción o la readaptación de su productos. En este sentido, Carlos Ledó, CEO de Idai Nature, recordaba cómo, durante estos meses, les habían confinando productos primarios como alcoholes. "Ibas a importar y no podías sacarlo de China", recordaba, mientras valoraba la capacidad de resiliencia de la industria valenciana y la creatividad. "En un ambiente turbulento y complicado hemos conseguido crear historias de éxito", recordaba.
José María Lagarón, fundador y presidente de Bioinicia, explicaba que, durante los meses de pandemia, se les empezaron a congelar proyectos en su actividad dedicada electro-hidrodinámico y a los nanomateriales. Sin embargo, buscaron cómo dar una nueva utilidad a sus plantas de producción. "Veíamos que faltaban EPIs y que nuestra tecnología se podía aplicar en ese área, así que decidimos desarrollar tecnología para hacer EPIs de FPP2 que ni siquiera estaban disponibles en el mercado español", explicaba. Un material que empezarán a comercializar esta misma semana y que ha supuesto un proceso de expansión para la compañía.
"A mitad del año la facturación se ha multiplicado por dos, vamos a poner en marcha una planta nueva con tres líneas y para noviembre pensamos estar produciendo 11 millones de mascarillas a la semana", aseguraba.
Ángela Pérez, CEO de Imegen, recordaba que recibieron una llamada de la Agencia Española del Medicamento a mediados de marzo, en el que pararon de realizar análisis clínicos tras cerrarse las consultas. Fue entonces cuando redireccionaron a sus empleados a la realización de kits PCR para la detección de la covid-19. "Comprar la materia prima era salir a bolsa y pujar con media Europa todos los días por los reactivos que necesitabas para conformar tus productos", recordaba Pérez.
Ante esto, recuerda que el Gobierno no contribuyó demasiado y no tuvo en cuenta su producción a pesar de pedir ayuda. "Yo vendo más en Italia que en España", explicaba, y reconocía que el acuerdo marco que sacó el Ministerio de Sanidad -y que anuló- para comprar material sanitario fue el remate, ya que favorecía a las multinacionales a pesar del esfuerzo de la industria local. "Hemos fabricado producto tan buenos o mejores que los que existen en otros países y luego te encuentras con algo así", lamentaba.
"Hemos trabajado como descosidos", señalaba Cristian Serra, responsable de Proyectos de Ingeniería de Envasado Vicky Foods. "La industria agroalimentaria de la Comunitat Valenciana ha hecho un esfuerzo titánico para abastecer a España y Europa". Vicent Sisternes, director de Operaciones de Ubesol, explicaba que, durante la pandemia, han aparecido oportunidades de nuevos productos y nuevas necesidades de los clientes. "Dentro de la incertidumbre de la planificación, había que dar respuesta", recalcaba.
Iván Lozano, jefe del Área Industrial de Frusa, explicaba que en su caso les bajó la demanda al vender mucho para la producción de refrescos y cerrar en el mes de marzo el canal horeca. Sin embargo, el cliente pasó de repente a darle más importancia a la vitamina C y desapareció la materia prima. "Hemos combinado el desconocimiento, la incertidumbre y el trabajar", apuntaba.
Una de las cuestiones más tratadas durante estos meses, ante el desabastecimiento de material de protección sanitario, ha sido la necesidad de relocalizar al menos la industria básica y necesaria para garantizar el bienestar de la población. "Como país deberíamos cambiar hacia una autosuficiencia alimentaria y sanitaria porque se había dejado muy de lado", señalaba Ledó. "Hay ciertos mínimos y poder cuidar a tu población es uno de ellos".
En este sentido, Lagarón reconocía la necesidad de que estas industrias se encuentren dentro del país. "Nosotros hemos apostado por relocalizar con productos de una calidad superior, pero nos hemos encontrado con un gap terrible entre empresas tecnológicas con soluciones innovadoras y el tejido tradicional textil de toda la vida, que tiene muchas dificultades para interaccionar en un ámbito de innovación y que necesitan mucha seguridad".
Por este motivo, se han tenido que ir a Alemania para obtener la capacidad de reacción que aseguran no haber encontrado en España. Mientras, destacaba que una relocalización de la industria no tiene que ser endogamia. "Se trata de tener la ambición de hacer un producto bueno con la intención de servir a la comunidad vecina pero también exportarlo", insistía.
José Cabanes, subdirector General SPB, destacaba que, durante estos años, se han tejido redes logísticas que ahora se han visto que son frágiles. "La capacidad de negociación con el proveedor Chino ha disminuido y ahora es necesario plantearse una relocalización con productos que tengan un valor añadido. "Competir por mano de obra nos hacen más pobres", recalcaba.
Alejandro Sevilla, director de Operaciones y Socio Fundador de Esfera Ingeniería, aseguraba que España está por encima de Alemania en procesos como la automatización. "Puede ser una oportunidad para la relocalización", recordaba.
Juan Ramón Granell, director general de Esfera Ingenería, recordaba que, antes de la crisis, ya se venía hablando del nuevo modelo productivo. Recordaba que, a día de hoy, la Comunitat Valenciana supone un 12% de Producto Interior Bruto y tiene menos renta per capita que la media española. "El modelo productivo está basado en el servicio del turismo, la temporalidad y el tejido es pyme y micropyme", señalaba. En este sentido, invitaba a potenciar la industria.
"La relocalización nunca la tendremos que liderar desde un punto de vista de costes, debemos diferenciarnos en algo, ya sea porque tenemos una materia prima cercana, de calidad, un talento especial, una idiosincrasia que podamos defender y la innovación debería ser un driver importante de ello", señalaba.
La necesidad de apoyo del Gobierno
En este sentido, Sisternes señalaba que, en este proceso, el Gobierno no tiene que ser el motor pero tiene que ser el engrase para que todo funcione mejor. "Lo que sí que es importante es el producto de calidad y diferenciado. Desde el momento en el que somos capaces de dar un producto de calidad toda la cadena de suministro vendrá hacia ti y el Gobierno vendrá a ayudar", apuntaba.
Serra apuntaba a que las empresas que se relocalicen deben apostar por un modelo sostenible y basado en la innovación y, para ello, el Gobierno tendría que echar una mano y facilitar las infraestructuras para que sea un hecho. "Los modelos productivos no pueden ser rígidos, estar apalancados y el Gobierno debería facilitar esa transición y que empresas extranjeras incluso invirtieran en el país", señalaba.
Mientras, José Vicente Herrero, director general de Velarte, aseguraba que lo que falta es creación de marca. "Fuera de España piensan en toro, playas y paella cuando se habla de España. No tenemos marca de empresas industriales ni ingenierías y no se ponen en valor las universidades", aseguraba. Además, también hacía hincapié en la innovación. "En Velarte un 4% de los ingresos va a I+D+i y el de marketing se reduce al 1%. Lo otro es generar una marca ficticia".
Otra de las cuestiones tratadas fue la formación de los ingenieros y la necesidad de una formación más práctica. Serra destacaba que, en el modelo educativo español, se arrastra un déficit de la formación práctica de los contenidos. "Estudiamos ingenierías, hacemos operaciones, pero difícilmente le ves la aplicación práctica o desconoces cómo hacerlo", apuntaba. "En eso envidio a países como Alemania, en los que una parte importante de la carrera compagina el trabajo real y el estudio".
Manel Mogollon, gerente de fabricación de la planta Valencia de Coca Cola, hacía referencia a sus procesos para formar ingenieros. "Hemos importado de los alemanes un programa de trainning y es una inversión. Mandas al recién licenciado a Francia o Inglaterra y tú estás invirtiendo. Hay riesgo de que se vaya pero tenemos que colaborar con las universidades en este sentido".
Mientras, Sevilla recalcaba la falta de especialización. "Hay que orientar de alguna manera pero es verdad que la capacidad de nuestros ingenieros es alta porque entre seis meses y un año los ingenieros son autónomos".