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El 31 de marzo se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Colon

La detección precoz del cáncer colorrectal aumenta considerablemente las posibilidades de curación

31/03/2022 - 

VALÈNCIA. El cáncer colorrectal fue el más frecuente en España en 2021, con algo más de 40.000 casos diagnosticados, si tenemos en cuenta a ambos sexos. Entre los factores que aumentan el riesgo de desarrollar un cáncer colorrectal está la edad, siendo más frecuente en personas mayores de 50 años. También se ha demostrado una relación con el consumo de carnes rojas y procesadas, la baja ingesta de frutas y vegetales, la obesidad, el sedentarismo, el tabaco y el alcohol.

De ahí que sea clave la prevención, modificando el estilo de vida y apostando por una dieta rica en fibra, en frutas, verduras, legumbres, en leche y productos lácteos que podrían actuar como factor protector. Y también la detección precoz, «cuyo objetivo es diagnosticar pólipos “precancerosos” o cánceres en fases muy tempranas, antes de que aparezcan síntomas, y así aumentar las posibilidades de curación», señala la doctora Carmen Martínez Lapiedra, jefa clínica de la Unidad de Digestivo del Instituto Valenciano de Oncología (IVO).

De hecho, tal y como apunta el doctor Marcos Melián Sosa, médico adjunto del Servicio de Oncología Médica del IVO, «la mejor arma para aumentar la supervivencia es la detección precoz de la enfermedad, ya que en estadio iniciales el porcentaje de curación aumenta considerablemente».

En este sentido, los programas de cribado poblacional o de diagnóstico precoz van dirigidos a personas entre 50 y 69 años. Actualmente en España, el método empleado para la detección es el test inmunológico de sangre oculta en heces, y se lleva a cabo cada dos años. «Es una prueba sencilla que realiza el paciente en su domicilio y que permite identificar pequeñas cantidades de sangre, no visibles a simple vista, que podrían indicar la presencia de pólipos o de un cáncer colorrectal. Un test positivo también puede ser debido a una causa benigna como, por ejemplo, unas hemorroides, pero se debe realizar una colonoscopia para descartar un origen tumoral del sangrado. Durante ese procedimiento, el médico puede tomar pequeñas muestras de tejido (biopsias) para luego analizarlos, o también extirpar pólipos para evitar que se conviertan en un cáncer», explica la doctora Martínez Lapiedra.

Aunque la edad es un factor de riesgo, un estudio publicado recientemente en Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention alerta de que cada vez los cánceres colorrectales se diagnostican en población cada vez más joven y en estadios cada vez más avanzados. «Es cierto que existe un aumento en la incidencia en la población comprendida entre los 30-50 años. Se especula que el principal problema podrían ser los hábitos de vida (dieta, alcohol y tabaco). No obstante, lo más importante es concienciar a la población que ante los síntomas de alarma consulten al médico de forma precoz. De momento, no existe una recomendación sobre la disminución de la edad en los programas de cribado, pero es una situación que se está estudiando y que podría cambiar en los próximos años», explica el doctor Melián Sosa.

¿Y cuáles son esos síntomas de alarma? «El cáncer colorrectal no tiene una clínica exclusiva, ya que comparte síntomas con otras enfermedades digestivas benignas. Aun así, es recomendable consultar con el médico siempre que aparezca un sangrado anal tanto de sangre fresca como de sangre oscura, un cambio del hábito intestinal, un bulto en el abdomen palpable o una fatiga excesiva», afirma la doctora Martínez Lapiedra.

Ante un diagnóstico de cáncer colorrectal, el doctor Melián destaca la importancia de individualizar el tratamiento. Esto se realiza gracias a los comités multidisciplinares donde participan diferentes especialistas del IVO (cirujanos, oncólogos médicos, oncólogos radioterápicos, radiólogos, médicos nucleares, patólogos, médicos digestivos y biólogos moleculares), se exponen los casos y se toman las decisiones de forma unificada para establecer una estrategia de tratamiento individualizada. «En los últimos años, el tratamiento del cáncer colorrectal ha evolucionado satisfactoriamente. En relación al tratamiento médico, la investigación se centra en lo que conocemos como medicina de precisión. En definitiva, conocer molecularmente la enfermedad para así individualizar el tratamiento de cada paciente. Además, los grandes avances vienen de la mano en la mejoría tanto de las técnicas quirúrgicas, con la instauración cada vez más frecuente de la cirugía robótica y laparoscópica, como de las mejores técnicas de radioterapia».

El papel de la cirugía

El IVO cuenta con el robot Da Vinci, la tecnología más sofisticada e innovadora de cirugía mínimamente invasiva disponible, que supone un gran avance para la cirugía oncológica. «La cirugía robótica, al igual que la cirugía laparoscópica, se considera una cirugía mínimamente invasiva lo que supone ya per se una recuperación postoperatoria más ágil, con menos dolor postoperatorio y una vuelta más rápida a la vida normal. Pero, además, la cirugía robótica nos aporta una mayor calidad técnica, con cirugías mucho más precisas, mayor rango en los movimientos que puede realizar el cirujano lo que se traduce en menores secuelas postoperatorias», comenta el doctor Alfonso García Fadrique, jefe clínico del servicio de Cirugía General y Digestiva del IVO.

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¿Cómo es el postoperatorio y qué secuelas puede tener? Tal y como señala el doctor García Fadrique en el postoperatorio de la cirugía del cáncer de colon es muy importante contar con un paciente bien informado, que entienda todo el proceso y que sea partícipe de su recuperación. «Por eso consideramos que es fundamental la información previa y diaria que damos a los pacientes. A grandes rasgos, el mismo día de la intervención ya se da de beber y en algunos casos ya se pueden sentar. En los siguientes 2-3 días se progresa a la dieta oral si es posible y el paciente ya permanece levantado la mayor parte del día, realizando algún paseo por la habitación. Si no hay ningún problema, se suelen dar de alta a los 3-5 días de tras la intervención. Obviamente el postoperatorio se adapta a cada paciente y la presencia de alguna desviación del curso postoperatorio normal».

En cuanto a las secuelas, si todo ha ido de manera normal, son leves y limitadas en el tiempo. «Las principales son las derivadas de la propia resección intestinal ya que al principio sí que puede haber alteraciones en el ritmo deposicional, consistencia y composición de las heces. Sin embargo, con el paso del tiempo, estos problemas iniciales vuelven a la normalidad. En algunos casos se pueden producir hernias en las incisiones que hemos empleado durante la cirugía. Pero, como comentábamos anteriormente, el empleo cada vez mayor de cirugía mínimamente invasiva con cicatrices cada vez menores, hace que este problema sea cada vez menor».

El doctor García Fadrique también resuelve una de las principales dudas que surgen ante esta intervención: ¿es verdad que la cirugía de colon siempre acaba en una colostomía? «Un estoma es un asa intestinal, ya sea de intestino delgado (ileostomía) o de intestino grueso (colostomía) se aboca a la piel del paciente (ano contranatura) donde se acoplará una bolsa para recoger las heces de manera temporal o definitiva. En cirugía de colon no es cierto que siempre se acabe con un estoma, ni mucho menos. De hecho, el número de pacientes en los que realizamos estos estomas es bajo y casi siempre secundariamente a algún tipo de complicación en el postoperatorio. El paciente estará en todo momento tutorizado por enfermería especializada (estomaterpaeuta), para resolver dudas y garantizar una vida lo más normal posible».

La radioterapia, una técnica muy efectiva

Y si la cirugía es la pieza clave en el manejo de los pacientes con cáncer de colorrectal, no menos fundamental es la radioterapia. La radioterapia es una técnica efectiva, no invasiva con posibilidad de escalada de dosis para poder incrementar resultados clínicos, la calidad de vida y la supervivencia, «genera beneficios clínicos como facilitar a la cirugía una resección clara de márgenes quirúrgicos; también, tras la cirugía, si hay márgenes afectos por células tumorales o muy próximos ayuda a conseguir infraestadiajes del tumor, respuestas clínicas completas, preservación de órganos (protocolos Observar y Mirar), a reducir el riesgo de recaídas locales y de enfermedad a distancia con la consiguiente obtención de mayores tasas de curación y con el objetivo, además, de minimizar toxicidad con las nuevas técnicas de radioterapia», asegura el doctor José Luis Mengual Cloquell, jefe clínico del servicio de Oncología Radioterápica del IVO.

Existen dos tipos de radioterapia, de ciclo corto (cinco días) y de ciclo largo (25-28 días) y su indicación es individualizada para cada paciente como parte del tratamiento multimodal a aplicar dentro de la óptima secuenciación decidida en el Comité de Tumores.

En oncología radioterápica se han producido grandes avances, principalmente en la evolución tecnológica de los aceleradores lineales y en el manejo de la imagen, con el empleo de Imagen guiada (IGRT) tanto en la simulación, planificación, verificación y durante el tratamiento. «Debemos seguir avanzando, intensificando el tratamiento neoadyuvante para que nuestro objetivo sea conseguir mayores tasas de respuesta en la conservación de órganos», subraya el doctor José Luis Mengual.

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