VALÈNCIA.- Diego Mir (València, 1979) desarrolla su trabajo entre dos aguas: el diseño gráfico y la ilustración. Mir, a quien no le importa ser etiquetado por un labor muy vinculada con movimientos sociales, apuesta en su día a día por la inclusión del humor como herramienta básica para generar empatía con el lector.
— Tu trabajo se basa en la eficiencia y economía de recursos. ¿Se trata de un proceso consciente de reduccionismo?
— Llegar a soluciones donde deseas contar lo máximo con un mínimo de recursos no es algo intencionado. Surge por mi formación, por los referentes profesionales y por mi paso por Estudio Ibán Ramón. No tengo nada en contra de los profesionales que realizan proyectos muy ornamentados pero yo soy incapaz de tomar ese camino.
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— El humor es un componente habitual en tu trabajo. ¿Es un elemento presente en tu vida personal que trasladas al ámbito profesional? ¿Qué aporta?
— Siempre que el proyecto lo permita intento incluirlo. No hay un arma más poderosa que el humor, que al mismo tiempo me parece una actividad extremadamente intelectual. Además, hay pocas cosas que generen más empatía que el humor, y que sirvan al mismo tiempo para agitar mentes.
* Lea el artículo completo en el número de agosto de la revista Plaza