VALÈNCIA. El director general de Consum, Juan Luis Durich, lo tiene claro: si con la compra online no salen los números habrá que cobrar. Así lo señalaba este martes en la presentación de resultados de la cooperativa valenciana, que facturó 2.731 millones de euros en 2018, un 8,45% más. De todo este montante, actualmente la compañía ingresa 20 millones de euros a través de su ecommerce, lo que ha supuesto prácticamente triplicar la cifra de 2017, que se situaba en 7,5 millones.
A pesar del crecimiento, los números de la venta online siguen siendo poco representativos. Tanto en Consum como en el resto de distribuidores de alimentación en ningún caso son superiores al 2%. Sin embargo, el coste del servicio es más alto que el ofrecido en tienda lo que supone que, si aumenta el porcentaje de presencia en el total del resultado, tendrán que hacer porque salgan los números.
Desde 2016, la compañía ha puesto en marcha su servicio de ecommerce de forma escalonada y lo ha integrado en sus tiendas, donde preparan los pedidos online para distribuir a la zona. De momento no han seguido fórmulas como la de Mercadona, que actualmente está probando la centralización las ventas a través de internet con su modelo de 'colmena', almacén desde donde distribuyen los pedidos.
Actualmente, la cooperativa ofrece tienda online a un centenar de poblaciones de las provincias de València, Alicante y Barcelona, así como Almería y Castellón capital. Además, como en la mayoría de empresas de distribución de alimentación, también permiten seleccionar los horarios en los que recibir el pedido.
Durich reconocía que, tal y como está planteada actualmente, la compra online es deficitaria. "Si no aparecen nuevas técnicas, habrá que cobrar", señalaba. A día de hoy, la compañía tiene pedidos sin coste para las compras superiores a 60 euros. "El día que sea mucho más importante habrá que ajustar los precios", avisaba, reconociendo que actualmente la utilización de esta vía no es significativa. "Con el tiempo irá creciendo y entonces habrá que tomar medidas", insistía. "Está clarísimo, o lo paga uno o lo paga otro".
El director general de Consum se atrevió a dar cifras del coste extra que supone hacer frente a un pedido online respecto a una compra en tienda. "Sabemos que la compra por internet es entre un 5 y un 6% más cara que la compra en el supermercado", recalcaba. "Es de cajón. No es lo mismo que usted vaya a la tienda y haga la compra que la hagan por usted", insistía. "La compra de autoservicio se inventó por eso".
No es la primera vez que Durich habla de las dificultades del modelo online. "En mi opinión es una opción de futuro que hay que tener, porque es impredecible lo que puede pasar y puede suponer una disrupción para la que hay que estar preparado", afirmaba en la presentación de resultados de 2017, donde también calificó la rentabilidad como "muy mal". A pesar de todo, también sacó pecho de que Consum obtuviera en 2018 el reconocimiento como segunda mejor empresa en Experiencia de compra online en el sector de la alimentación por IMEX.
Lo que es evidente es la incertidumbre que existe todavía sobre los modelos de venta en internet en cuanto al coste, una cuestión que también quedó reflejada en la presentación de resultados de Mercadona. "Es un gran cambio mental. En online aún tenemos que mejorar mucho", señalaba el presidente de Mercadona, Juan Roig, quien apuntaba a un incremento del 120% en las ventas desde la colmena de València con su nuevo modelo.
Sin embargo, sobre la rentabilidad de este modelo de venta Roig también admitía que ganar dinero "ya es otra cosa". No obstante, opinaba que los canales online y físico convivirán en el futuro inmediato, pero no pronosticó durante cuánto tiempo. En el caso de Mercadona, el precio del servicio es de siete euros para todos los pedidos.