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tribuna libre / OPINIÓN

Educando para el futuro

Foto: KIKE TABERNER
22/04/2019 - 

Uno de los objetivos de la educación, es que los estudiantes desarrollen un pensamiento crítico, reflexivo y participativo. La docencia requiere cambios para responder a las necesidades actuales que demanda la sociedad del conocimiento. Hoy en día es necesaria la aplicación de una nueva metodología, en la cual el estudiante sea el principal actor y de esta manera participe activamente en el proceso de enseñanza aprendizaje; sin embargo, en muchos lugares del mundo, aún se aplican las metodologías tradicionales, que no benefician del todo al estudiante y muchas veces han sido las responsables del bajo rendimiento académico y posteriormente profesional.

Para aplicar pedagogías activas en el aula de clase, es necesario que los docentes se preparen o actualicen con todas aquellas estrategias, métodos, herramientas, recursos, técnicas y actividades que le faciliten la tarea educativa y hagan, al mismo tiempo, que el aprendizaje sea agradable al estudiante. Este es un tema en el que se debe prestar mucha atención, puesto que el tipo de metodología empleado en el proceso formativo es de vital importancia para poder impartir los conocimientos de una manera clara, sencilla y concisa, de tal manera que se deben implementar y siempre actualizar para un buen aprendizaje. 

Centrar el aprendizaje en el estudiante, requiere una actividad docente con enfoque en la comprensión en lugar de la enseñanza. El profesor adquiere las competencias para crear y dirigir ambientes de aprendizaje complejos, incorporando a los alumnos en actividades donde puedan construir el conocimiento en un contexto de interacción social y personal; fomentando la colaboración, el análisis, la reflexión y la crítica con capacidad para beneficiar a los diferentes espacios en donde se produce el conocimiento.

Para los que aún no tienen del todo claro lo que son metodologías activas, entendemos que son aquellos métodos, técnicas y estrategias que utiliza el docente para transformar el proceso de enseñanza en actividades que fomenten la participación activa del estudiante y lleven a su aprendizaje. Corresponde a aquellas metodologías que materializan ese cambio en la forma de entender el aprendizaje, que se centran en las actividades más que en los contenidos, lo que implica cambios profundos en el actuar de profesores y estudiantes. El aprendizaje centrado en el alumno exige un mayor nivel de compromiso y trabajo del estudiante, lo que le entrega un rol protagonista, favoreciendo el aprendizaje colaborativo y autónomo, lo que le rentabilizará su proceso de formación.

Para el desarrollo de un proceso formativo centrado en la actividad por encima del contenido, se han diseñado e implementado una amplia variedad de metodologías activas, dentro de ellas se encuentran: análisis de casos, aula invertida, aprendizaje basado en problemas, aprendizaje basado en equipos, dramatización, aprendizaje y servicio, debates, juego de roles, entre muchas otras. En este tipo de pedagogía, las tecnologías de la información y comunicación TIC, se conciben como instrumentos de apoyo y mejora de las formas de ayuda educativa a los estudiantes, por lo tanto, existe una serie de técnicas que facilitan la implementación de metodologías activas a través del uso de las TIC, que en el mundo actual han adquirido y continuarán adquiriendo gran auge.

Foto: EVA MÁÑEZ

Las demandas del mercado laboral, así como la dinamización de los puestos laborales, requieren competencias asociadas al trabajo en equipo, colaborativo, resolver problemas y un compromiso con la sociedad. En este escenario las metodologías activas están llamadas a mostrar un camino de innovación, una oportunidad para alinear la docencia universitaria a las demandas de los nuevos estudiantes y del campo de trabajo, debido a que las mismas logran potenciar la actividad en equipo, la discusión de ideas, y la argumentación y evaluación constante de lo que se aprende.

Está entendido que el estudiante asumirá un rol protagonista, pero ¿y el profesor? En la docencia, las metodologías activas requieren mayor esfuerzo por parte del profesor, porque este necesita realizar una buena planificación y definición de los objetivos, y los estudiantes requerirán saber de antemano lo que se les va a pedir, cómo lo van a desarrollar y, cómo les van a evaluar. Es una propuesta de modelo bastante interesante, que requiere pasar por una fase de implementación y evaluación, que permita contar con la información necesaria para realizar las adaptaciones y mejoras.

El aprendizaje cooperativo y el auto aprendizaje, que son promovidos por este tipo de nuevas metodologías, inciden de forma directa y significativa en la metodología tradicional, aquella bajo la cual muchos fuimos formados y que promueve la exposición del profesor. Esta metodología tradicional no fue incorrecta, de hecho, presenta como aspecto positivo el estimular el interés y satisfacción personal del alumno por aprender, y requiere menor cantidad de tiempo por parte de estudiantes y profesores para abordar las temáticas en comparación con las metodologías activas, pero como aspectos negativos se encuentran la poca conectividad del docente con los estudiantes y el fracaso al que se puede llegar en caso de que las explicaciones del docente no sean comprendidas.

En vista a esas limitaciones, y las nuevas exigencias del mundo actual, es necesario implementar cambios metodológicos en la enseñanza, y no solo a nivel de educación superior, como se ha venido implementando y valorando en algunos lugares, sino empezar en los primeros años de formación, que es cuando el niño está aprendiendo la forma de aprender, es más receptivo a los cambios y por lo tanto se puede empezar a desarrollar toda su creatividad e incentivar el trabajo colaborativo.

En el proceso de enseñanza aprendizaje, el éxito se alcanza cuando las metodologías utilizadas se han diseñado adecuadamente, se han adaptado al grupo de estudiantes al que van dirigidas y se aplican asertivamente. La enseñanza basada en metodologías activas estará centrada en el alumno, y en la adquisición y potenciación de sus competencias, por lo que definitivamente es un proceso innovador dentro del campo educativo, pues se estará educando para el saber, para la vida y para el futuro.

Pedro Adalid es doctor en educación y profesor universitario de Políticas de Calidad Educativa y Planes de Mejora.

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