El Almudín, a la espera de recuperar el pulso como sala de exposiciones

VALÈNCIA. La reapertura del Palau de la Música de València, que esta temporada ha vuelto a recibir público tras años de rehabilitación, ha obligado a una recomposición de su programación por lo que respecta al ámbito espacial. En estos años su programación no ha parado, pero se ha desarrollado salpicando distintos espacios de la ciudad, lugares de paso que ahora va dejando atrás. Entre ellos se encuentra el Almudín, que desde hace años acoge parte de la programación expositiva impulsada por el Ayuntamiento de València y que, en este tiempo, se ha convertido en escenario forzoso del auditorio tras su cierre, siendo sede de los ciclos Música de Cambra o Menut Palau. 

El regreso al Palau de la Música está más que en marcha y, de hecho, hace apenas unas semanas se anunció la vuelta del Ciclo de Cámara a la Sala Rodrigo. “Esta vuelta es especial, hablamos de que la música de cámara vuelva a sonar en un espacio totalmente preparado para acogerla”, expresó el director del Palau de la Música, Vicente Llimerà, en su presentación. El recuperado impulso de las estancias propias del auditorio devuelven a espacios como el Almudín a la normalidad, pero, ¿cuál es el plan para este espacio tras años como sede accidental del Palau de la Música?

A este respecto, el grupo socialista ha interpelado al concejal de Cultura, José Luis Moreno, en el pleno del Ayuntamiento por el uso y programa de actividades que tendrá el Almudín a partir de ahora, una transición que no será tan inmediata como se podría pensar. “Se tiene previsto revertir el uso del Almudín como sala de conciertos a su situación previa”, reza la respuesta remitida por el área Cultura, en la que, en cualquier caso, se especifica que este año “todavía se harán algunas actividades musicales, para retirar posteriormente el escenario y las equipaciones instaladas por el Palau de la Música, y pasar a realizar algunas exposiciones”. 

De esta forma, en los próximos meses se llevarán a cabo actividades musicales derivadas del festival Músicas Religiosas del Mundo a cargo de Ali Dogan Ensemble y Schola Antiqua, así como alguna actividad vinculada a Dansa València todavía por concretar. Más adelante, ya en septiembre, tendrá lugar el festival Valencia Photo, al tiempo que “se están valorando otras propuestas expositivas que igualmente pueden tener cabida en el Almudín”.

Por su parte, la concejala socialista Maite Ibáñez ha criticado lo que considera una falta de “relato” en la política cultural de la ciudad. “El Almudín se convierte en un cajón de sastre, un contenedor que acoge diferentes proyectos que pasan por aquí, pero sin orden ni identidad. Después de 9 meses de gobierno, ha habido tiempo suficiente para preparar un programa de exposiciones y actividades para un edificio tan emblemático”, ha lamentado Ibáñez, quien señala como caso similar el de las Atarazanas, “que tampoco tienen un modelo de gestión”. 

El Almudín es un edificio singular que desde 1996 alberga exposiciones temporales gestionadas por el Ayuntamiento de València. En los últimos años se han visto proyectos como la VIII Bienal Iberoamericana de Diseño y Paisaje, los trabajos de Geles Mit, La voz del paisaje en 2017 y de Josep Albert Ibáñez en 2018, así como la última exposición colectiva Whatever o lo que sea en 2019, muestra que daba paso a su nueva etapa musical tras el cierre del Palau de la Música.