Puntos calientes donde las plazas y las terrazas se funden
Puntos calientes donde las plazas y las terrazas se funden. En ésta, a las espaldas de Primado Reig, como en los bajos de una comunidad en abierto, El Aprendiz ha vuelto a clase. Su terraza -¡vade retro semana lluviosa!- ha vuelto a cristalizar, aún con esa sensación de orfandad de cuando dos mitades irrenunciables se desdoblan.
Lo de Noemi López e Ignacio y Jesús Toledo ya es una propuesta asentada después de siete años y una trashumancia continuada por los sabores del mundo, pero sin renunciar a esa cierta inocencia sencilla que se enseña desde el propio nombre: “Le llamamos El Aprendiz porque surgió en un momento donde la cocina estaba en auge, los programas de televisión, los restaurantes bistro de los grande chefs... nosotros partíamos desde cero y queríamos transmitir que se empieza desde abajo, que cada día se aprenden cosas nuevas y que en cierto modo, todos somos aprendices en la vida... en este caso en la cocina”.
Ese aprendizaje se ha acelerado en los últimos meses. Y la moraleja de El Aprendiz no es la que hemos escuchado machaconamente: “nos ha reafirmado que la salud emocional del negocio es más importante que la financiera. Nos ha puesto los pies en el tiesto en cierto modo. Nos ha demostrado que si cuidas al cliente y al equipo de trabajo, no sólo te repercute económicamente, sino que el apoyo y la energía que nos transmiten en los malos momentos triplica a la parte económica”.
Dicho todo eso, la fiesta: El Aprendiz ha vuelto -un fragmento de su territorio- con la mochila cargada de sus ceviches calientes y dimsums pero también de “bocatitas de patio de colegio”. “Tras la iniciativa ‘Buscando a Paquito’ nos dimos cuenta de que el formato bocata nos transportaba un poco a nuestra infancia y los bocatas de la escuela”. Desde allí han sacado del horno el Porkimchi: bocadillo de panceta y kimchi.
Suena la campana. La hora del patio. Todos a las terrazas.