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crónica de los iii premis de l'audiovisual valencià

El audiovisual valenciano reivindica su progreso en unos premios muy repartidos

22/11/2020 - 

VALÈNCIA. Ni en el año en el que todo ha parado, y habiendo parado, el audiovisual valenciano pisa el freno de un camino que tiene solera pero que en los últimos años, ha encontrado un atajo. Esta es la conclusión acelerada que se puede sacar al ver cómo ha cambiado el palmarés durante las tres ediciones de los Premis de l'Audiovisual Valencià, que ayer celebró su gala en el Auditori del Palau de Les Arts ante centenares de personas, entre las que se encontraba Vicent Marzà (Conseller de Cultura), Raquel Tamarit (Secretaria Autonómica de Cultura), Abel Guarinos (Director del Institut Valencià de Cultura), Jose Luis Moreno (Director Adjunto de Audiovisuales i Cinematografía del IVC) o Alfred Costa (Director General de À Punt).

No hubo un film claramente ganador (en las anteriores ediciones, hubo films que acumularon hasta seis galardones), y tal vez esa sea la mejor noticia para un sector que se está esforzando por llevar sus historias más allá de un par de pases en una sala de cine local o por la televisión. Si en plena pandemia, desde la propia Acadèmia Valenciana de l'Audiovisual se confesaba a este diario que ponía todo de su parte para que hubiera suficientes candidatas para hacer una gala con normalidad; Pep Llopis, presidente de la AVAV, anoche pudo decir con orgullo que "el nivel del audiovisual valenciano es inmejorable". No es una afirmación baladí, pero eso también lo demuestra el palmarés.

Gloria March, de 'La mort de Guillem'. Foto: EVA MÁÑEZ

La mort de Guillem de Carlos Marqués-Marcet partía como favorita y, finalmente, consiguió tres galardones, entre ellos el de mejor largometraje. El triunfo del film también lo es de una reparación histórica de la narrativa del crimen al joven antifascista, un sombra alargada que ocupó una parte importante de los discursos de agradecimiento. Carme Salvador y Guillem Agulló (padre) estaban presentes y se pudo decir en una gala televisada "Guillem Agulló, ni oblit ni perdó". La película ha hecho, en muy poco tiempo, una labor pedagógica sobre el odio en general y el propio caso en particular, que ha sido respaldado por el sector. Ha conseguido dos galardones más: uno para Glòria March, como mejor actriz protagonista; y el otro para Alfred Pérez-Fargas y Roger Danés por el mejor guion.

The Mystery of Pink Flamingo de Javier Polo, que se hizo con el premio a mejor documental, además del de mejor dirección artística para Carla Fuentes; y el premio a mejor sonido para Leticia Argudo, se impuso en una carrera de fondo a Lobster Soup, que finalmente tan solo se llevó el premio a mejor montaje y posproducción. El documental ficcionado de los Polo es todo un ejercicio de extravangancia y barroquismo que consigue ser diferencial en muchísimos aspectos, algo que a muchos otros documentales valencianos se les había olvidado.

En numero de galardones, sin embargo, la triunfadora es Coses a fer abans de morir, primer largometraje de Cristina Fernández Pintado y Miguel Llorens, que se pudo llevar hasta cuatro reconocimientos: Sergio Caballero como mejor actor principal; Cristina Fernández Pintado y Ángel Fígols han ganado los premios a mejor actriz y mejor actor de reparto; y Jose Zapater y Noelia Pérez se han llevado el premio a la mejor música original. El reconocimiento a esta película, al igual que los dos premios a Un cercle en l'aigua (mejor vestuario y mejor maquillaje y peluquería), tienen una segunda lectura que los propios premiados y premiadas supieron destacar: esa brecha de presupuesto y de "valencianía" del equipo que es difícilmente salvable a medio plazo y que en las nominaciones quedó más en evidencia de lo que finalmente han sido los resultados. Films rodados íntegramente en valenciano, con equipos pequeños, con presupuestos muy modestos, consiguen un reconocimiento necesario para el audiovisual de base autonómico.

Sergio Caballero, de 'Coses a fer abans de morir'. Foto: EVA MÁÑEZ

En este sentido, la gran penalizada por este reparto fue La boda de rosa, que partía como otra gran favorita y finalmente se llevó dos premios: mejor dirección para Icíar Bollaín y el premio a mejor dirección de producción para Cristian Guijarro. El palmarés lo completan Celia Riera, galardonada a mejor dirección de fotografía e iluminación por su trabajo en La receta del equilibrio, Parany, mejor serie; La memòria rescatada, mejor serie documental; Stanbrook, Apache y Rutina. La prohibición, mejor cortometraje de ficción, documental y de animación, respectivamente; y Summer in Mara, mejor videojuego.

Pistoletazo de salida al Año Berlanga

La gala, de dos horas de duración, fue conducida por Nuria Roca y amenizada por La Fúmiga y Peter Gun & The Paper Hats. También tuvo espacio el primer acto de celebración del Año Berlanga, en una pieza en la que actores y actrices valencianas rindieron homenaje al director con algunas de sus frases celebres. Un pistoletazo de salida inminente, que empezará en 2021 y que culminará con la gala de los Premios Goya en 2022.

El otro gran homenaje recayó en la actriz Empar Ferrer, la primera mujer en recibir este reconocimiento, con una importante trayectoria en el audiovisual valenciano y estatal. Ferrer, en un emotivo discurso, quiso poner en valor a las personas que intentaron sacar adelante el cine valenciano durante los 70 y los 80, y pidió a la Academia que uno de los galardones llevara el nombre de Carles Mira en justo reconocimiento.

Además de celebración, también hubo espacio en los discursos para la reivindicación. La primera, obviamente, una mayor protección a la cultura en un momento muy complicado para todas las industrias culturales. La práctica totalidad de los films presentados estaban rodados antes de la pandemia pero, ¿se notará el parón en la gala del año que viene?. En todo caso, tanto Llopis, como Roca, como Rafa Molés, director de Lobster Soup, aprovecharon el micrófono para pedir más financiación a las administraciones, y poner en valor el papel fundamental del IVC y À Punt para dinamizar el sector. "La maquinaria de producción está totalmente engrasada, con un poco más, sabremos aprovechar y hacer cosas aún mejores", aseveró el presidente de la AVAV. También se reivindicó el papel de la mujer en el audiovisual, un asunto sin duda pendiente en el ecosistema valenciano, o a las organizaciones que protegen a la personas sin hogar.

Con todo esto, la gala deja -sin duda- un buen sabor de boca al sector. El talento se concreta en el palmarés, los premios se han consolidado en poco más de dos años, el audiovisual valenciano funciona y mira con seguridad hacia afuera. Contra viento y marea, sacar todo esto adelante es un impulso moral muy importante, pero lo esencial serán siempre las propias producciones. El año que viene, siguiente examen.

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