El Ayuntamiento comprime en un contrato de 30.000 euros la parte técnica de Nochevieja

VALENCIA. La Nochevieja de 2016 fue todo en hito en la ciudad, un festejo inédito en la plaza del Ayuntamiento que, sin embargo, cerró con dos claras polémicas: por una parte, la fragmentación en siete contratos menores, una fórmula denunciada por Renovación Política que, a la postre, acabó siendo archivada por la Fiscalía provincial; por otra, la imposibilidad de llevar a cabo el espectáculo pirotécnico, prohibido por Delegación de Gobierno días antes de su celebración y que, desde el gobierno local, se interpretó como un “veto político”. Este año la plaza volverá a acoger, por segundo año consecutivo, la celebración de una fiesta de fin de año que, aunque su forma será muy similar a la de 2015, quiere recuperar los fuegos artificiales frustrados y para la que se ha optado en esta ocasión por generar un solo contrato de la parte técnica, que se adjudicará a través del proceso de negociado sin publicidad y que incluirá en un solo acuerdo los servicios que el pasado año se encargaron a distintas empresas.

De esta forma, se consultará a varias empresas, una fórmula intermedia entre la contratación directa –que se aplica en contratos menores- y el concurso público –que se lleva a cabo en contratos de mayor cuantía económica-. En este caso, el gasto previsto es de algo más de 30.000 euros, mientras que el coste total de la pasada fiesta fue de 29.583,57 euros, siendo la oferta de este año sensible de ser reducida por la empresa contratada. “La fórmula que deseamos siempre es esta pero no siempre los tiempos son los adecuados. Las acusaciones eran absurdas: el año pasado fue una fórmula legal y este también. Sigue siendo el espectáculo más barato de los que organizamos desde la concejalía de Cultura Festiva”, explica el portavoz de Compromís Pere Fuset.

Así pues, y en comparación con otros eventos como, por ejemplo, la Crida, para cuya celebración tiene asignada una partida de 68.000 euros, sí es sensiblemente inferior. En este caso, el contrato ‘único’ –que, aún así, no incluye la parte artística- incluye la instalación del equipo de sonido, de iluminación, máquina de confeti y humo, pantalla led, elementos ornamentales, tarimas, generador eléctrico, sanitarios, limpieza y vigilancia para el proceso de montaje y de celebración, que se coordinará con la Policía Local. “Con esta fórmula se puede economizar más y ganamos en coordinación técnica, se reduce a un solo interlocutor”.

La asistencia a las campanadas de la plaza del Ayuntamiento se situó en 15.000 personas, una celebración que contó con la actuación desde el propio balcón del Consistorio de los dj’s Paco Plaza, ElyElla DJ’s y Ley DJ. “Volveremos a apostar por Nochevieja porque estamos muy satisfechos con el resultado del año pasado. Esto entra dentro de la estrategia de turismo para Navidad, para la que queremos potenciar diferentes atractivos, como puede ser Expojove. Nuestra intención es que la gente se quede y, también, que venga de otros lugares”, indica Fuset. 

De igual forma este año se mantendrá el horario con respecto a 2015, que comenzó a las 23 horas y se alargó hasta la 1.30 horas aproximadamente, con el fin de “no competir con las salas comerciales”. Aunque efectivamente el formato no será muy diferente al del pasado año, la intención es que el cartel artístico –todavía por definir- pase a dos sets en lugar de los tres de 2015 y ampliar el anillo central de la plaza, un espacio acotado en el que no se permitía la entrada de botellas de vidrio frente al balcón.  

La incógnita: ¿habrá pirotecnia?  

El uso de fuegos artificiales es una de las cuestiones a tratar de cara al próximo 31 de diciembre, una prohibición que ha enfrentado al concejal de Cultura Festiva y al delegado de Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues. Si bien este último justificaba la decisión en una serie de “informes técnicos negativos” emitidos por el área de Industria y Energía de la Delegación y por Armas y Explosivos de la Guardia Civil, el futuro es todavía  una incógnita. "La legislación vigente señala que el disparo del espectáculo debe estar a diez metros de distancia de cualquier edificio y a 25 metros del público", mientras que "en este caso, al lanzarse desde la terraza del Ayuntamiento, la distancia es de cero metros", declaró entonces Moragues.

La sensación en el Ayuntamiento de Valencia, tal y como hicieron público, es que no se trataba de una cuestión exclusivamente de seguridad, pues espectáculos similares se lanzan desde edificios públicos, entre otros lugares, en Madrid o Barcelona. Sin embargo, un año después, las sensaciones son distintas. Aunque no ha habido una conversación formal al respecto entre Ayuntamiento y Delegación de Gobierno, el primero está ya trabajando en el encargo de lo que será el espectáculo de 2016, dando por hecho que sí se celebrará, especialmente después de que se permitiera el disparo del piromusical en la Gran Fira de València.