Bar Billy (Moraira)

El chiringuito de carretera del Baret de Miquel

El Café Bar Billy de Moraira pasa desapercibido, pero es que Adrián Ruiz, hijo de Miquel Ruiz, también. Y no debería. 

| 08/07/2022 | 3 min, 13 seg

Si pasas por delante, quizá ni te plantees parar. El Bar Billy, en Moraira, es uno de esos lugares que alguien tiene que recomendarte. Nosotros, por ejemplo. Spoiler: aquí puedes probar el mismo figatell de sepia o la tarta de manzana de El Baret de Miquel de Dénia, así como otros de sus clásicos que hace tiempo estuvieron en su carta. Pero también invenciones propias de Adrián Ruiz. ¡Ojo a sus bravas!

“Todo surgió porque quise dar un cambio a este barecito turístico de mi suegra para intentar imitar el proyecto de mis padres, que funciona muy bien. Aunque el Baret de Miquel está cinco pasos por delante de esto”. Su suegra, Billiana (de ahí el nombre del negocio), sigue en la cocina pero él salió: Adrián está en sala, como su madre en El Baret. Todos hablan de su padre, pero él también la menciona a ella con frecuencia. Se nota que ha creado algo en lo que cree y que esto es lo suyo, porque está en su salsa. “Me gusta hablar, estar en contacto con el cliente y crear esos vínculos”. 

Adrián Ruiz abrió su Bar Billy en abril de 2021 con un modelo muy similar al del Baret de Miquel, cuyas mesas están tan codiciadas. Para aquellos a los que no les suene de qué va esta historia, allí puedes tardar meses en reservar. O algo menos si eres flexible y puedes ir un martes o un miércoles. 


Aquí, en el Bar Billy, llamas y reservas para hoy. O para mañana. De momento. Porque Adrián, más allá de un padrino de excepción (su padre, Miquel Ruiz), tiene ganas y talento, así como un marcado concepto de familia. Se apoya mucho en ella. Y, como reconoce, se ha criado entre manteles. “Estar al lado de mis padres es un aprendizaje continuo”. Adrián no tiene reparos en contarnos que es su padre Miquel quien diseña la propuesta gastronómica del Bar Billy y ellos quienes la ejecutan. “Todo nace de la mente creativa de mi padre”, confiesa

En su carta encontrarás platos que te sonarán si has estado en el Baret de Miquel como el figatell, las berenjenas con queso de cabra o la tarta de manzana. Pero también otros que Adrián se inventa, como el de sardinas con higos y crema de anchoas. No preguntes: pídelo. Las alcachofas con papada ibérica o el sashimi de caballa con crema de gilda son otras de sus obras. “Vamos jugando para que la gente no se aburra”, nos explica. Todo, en forma de tapas mediterráneas al centro de la mesa y para compartir. En el Bar Billy también huele a especias porque su mujer y su suegra son turcas, por lo que la cocina otomana se cuela en algunos platos.


Adrián reconoce que Moraira no es una plaza fácil, porque el 70% son extranjeros y no tienen tanta predilección por la cocina creativa como nosotros. “Lo más bonito es el boca a boca, es la mejor publicidad”. No tienen clientela de paso: todos saben a lo que vienen. Y lo hacen desde todos los pueblos de la comarca pero también de otras zonas de la Comunidad Valenciana. “El nombre de mi padre también tira mucho”, reconoce. Adrián no hace alardes de nada, todo lo demuestra con hechos. Nos cuenta que antes mucha gente le preguntaba dónde podía comer en Moraira y le costaba contestar. Ahora, la respuesta está clara. 

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