Alberto de Rosa (EVA MÁÑEZ)La empresa recuerda que la iniciativa la impulsa un gobierno socialista y carga contra el ejecutivo valenciano: "Le guste o no al actual Consell, no pueden evitar que este modelo de gestión sanitaria sea un referente internacional"
VALENCIA. El Consell no dudó este viernes a la hora de elegir entre su programa político y el apoyo a una firma valenciana en el exterior. Preguntada por Valencia Plaza en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell, la vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra, se decantó sin contemplaciones por lo primero, de modo que Ribera Salud no contará con el apoyo de la administración valenciana en su objetivo de construir, dotar y gestionar el Hospital de Bratislava, un jugoso contrato de 30 años que ascendería -aproximadamente- a una significativa facturación total de 6.000 millones de euros.
Como informó este viernes este diario, en vista de que todos los rivales de Ribera Salud en el proceso cuentan con el apoyo de sus respectivas administraciones, la firma valenciana se disponía a pedir ayuda a la Generalitat, todo ello pese a la vorágine contra la gestión privada focalizada en la propia empresa, que todavía no ha sido recibida por la consellera del ramo, Carmen Montón.
Preguntadas sobre el impacto que tendría en la Comunitat la adjudicación de la infraestructura, que requerirá una inversión de alrededor de 250 millones y dispondrá de 94.000 metros cuadrados y 945 camas -el Hospital La Fe tiene un millar-, fuentes de Ribera Salud subrayaron que "para las empresas concesionarias y su entorno local es una oportunidad de desarrollo económico".
La adjudicación repercutiría en la Comunitat en aspectos como la adquisición de los equipamientos y la contratación personal, según ribera salud
"El proyecto supondría un fuerte impulso a la economía de la Comunitat Valenciana porque la construcción del hospital permitiría crear alianzas con constructoras locales y empresas de ingeniería, a los que habría que sumarle la adquisición de los equipamientos y la contratación de todos los recursos humanos necesarios para la puesta en marcha del hospital en materia de asesoramiento, formación, etc.", enumeró la firma, que recordó que la colaboración público privada para el hospital eslovaco ha sido impulsada por un gobierno "socialista".
A juzgar por la respuesta de la mercantil, a Ribera Salud no le sentaron nada bien las declaraciones de Oltra. "Le guste o no al actual Consell, no pueden evitar que este modelo de gestión sanitaria sea un referente internacional. Los hospitales de La Ribera, Torrevieja y Vinalopó reciben continuamente visitas de comitivas internacionales. Incluso, prestigiosas universidades, como Harvard o Berckeley, lo están estudiando", subraya la empresa, que recuerda que las concesiones de los hospitales concluyen, respectivamente, en 2018, 2021 y 2025, respectivamente.
Por su parte, la concesión del Hospital de Dénia, que gestiona al 35%, concluye en 2024. Fue precisamente este centro el más cuestionado por la vicepresidenta tras el pleno del Consell, que afirmó que la sanidad privada ha generado conflictos en cuestiones como las cifras en listas de espera, "como en el caso de Marina Salud, en Dénia".
"No vamos a recomendarle a otro país lo que no queremos para la Comunitat", aseveró una rotunda Mónica Oltra, que recurrió a un rezo para zanjar el asunto: "Como dice una máxima de vigilia, 'no le hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti'".
Respecto al anuncio de la Conselleria de Sanidad de crear una Dirección de Alta Inspección para controlar la gestión privada de la sanidad, Ribera Salud recoge el guante, celebra la medida e incluso cuestiona los controles del Ejecutivo anterior. "Aplaudimos esta decisión. Desde siempre hemos defendido que hubiera un organismo que facilitara las relaciones con el sector privado. Nos parece magnífico que por parte de la Generalitat Valenciana, -de un modo más formal a cómo se estaba haciendo hasta ahora-, se haya creado una dirección general que evalúe permanentemente los resultados de gestión", afirman.
