Mi relación con el deporte nunca ha sido una relación estrecha ni como espectadora ni como practicante. Mi relación con el deporte ha sido siempre una relación alejada, una relación fría y una relación distante. Por suerte he tenido deportistas cerca que me han enseñado y demostrado la otra cara del deporte
No seré yo quien destaque los beneficios de practicar deporte. De sobra es conocido por todos y todas, lo importante que es y lo que supone el deporte en la vida de muchas personas. Además de las variantes relacionadas con la salud, el deporte ayuda a desarrollar valores como la disciplina, la puntualidad, la entereza, el tesón o el sacrificio que se ha de tener para entrenar en cualquier deporte cada día, año tras año.
Cuando yo era una niña, mis padres lo intentaron con todos los deportes , balonmano, tenis, baloncesto, ballet, etc. y nunca consiguieron despertar en mi esa ilusión que se necesita para implicarse con un deporte. Mi hermana , por el contrario, lo consiguió. Llegó a ser federada en Tenis de Mesa y durante años y años, entrenaba, la concentraban, viajaba los fines de semana y competía… con la dureza que eso supone, con sus victorias y sus derrotas. No se si será causa o consecuencia, practicar deporte de manera casi profesional, pero con los años, mi hermana es una persona ordenada, disciplinada y puntual y yo no lo soy.
Mi hermana compitió en tenis de mesa más de 10 años y consiguió medallas y retos que nunca fueron noticia, que nunca aparecían en ningún medio de comunicación y que si no fuera porque los guardamos en la memoria, parece que nunca existieron.
El problema de no aparecer en los grandes medios de comunicación convencionales, además de suponer un desgaste a nivel personal y deportivo para los deportistas porque generalmente les gusta que se reconozca el esfuerzo, supone un problema económico por la ausencia de inversión publicitaria. Me explico.
Los grandes y potentes medios de comunicación hacen pocas veces referencia a los deportes minoritarios, a los deportistas con alguna discapacidad, a las competiciones que no concentran grandes masas por muchos éxitos que hayan logrado, y si no que se lo digan a David Casinos, con una carrera deportiva brillante y poco impacto mediático.
Cualquier deportista que veamos en las portadas de los grandes medios de comunicación, están apoyados por empresas, inversores económicos y campañas que les ayudan y soportan económicamente para sufragar los gastos con os que cuentan y que cubren cada una de los desplazamientos, competiciones y material que se necesita para entrar en una rueda y en circuito de deportes mediáticos y de élite.
Los grandes y potentes medios de comunicación hacen pocas veces referencia a los deportes minoritarios
El problema de este silencio mediático, de vivir apartados, de quedar relegados a ningún plano mediático supone un problema para poder seguir creciendo y desarrollándose deportivamente hablando. Cuando no hay visibilidad mediática, las empresas que se necesitan para apoyar económicamente este tipo de deportes y deportistas minoritarios, brillan por su ausencia. Cuando no hay presencia mediática, no se consiguen inversores que financien los gastos que supone competir a escala mayor y, por tanto, las posibilidades de crecer desaparecen.
Cuando no hay visibilidad mediática, las empresas necesarias para apoyar económicamente este tipo de deportes y deportistas minoritarios, brillan por su ausencia.
Es la pescadilla que se muerde la cola, sin inversión económica los deportistas no pueden desarrollar sus carreras y están destinados a no salir en medios de comunicación ; y si no salen en medios, no consiguen ser esponsorizados por empresas y marcas y por tanto no pueden conseguir cubrir los gastos o tener salarios dignos por el trabajo que realizan.
Una realidad dura y difícil de cambiar aunque se van abriendo ventanas de esperanza. Hoy día las redes sociales y la comunicación digital ha cambiado este panorama.
En febrero de 2015 nace un portal que pretende cubrir este tipo de silencios deportivos. Un portal donde descubres historias humanas, historias que nos enseñan los valores de la vida, historias para admirar. Historias como la de Laura, la de Sara, la de Iván o la de Carles.
Cuando Laura era muy pequeñita sufrió un retinoblastoma, un tumor en la retina, que le arrebató la visión en un ojo. Laura no tiene la tercera dimensión en su visión al perder la visión del ojo por culpa del cáncer. Sin embargo, es la actual subcampeona comarcal de cross de la Marina Alta.
Cuando no hay visibilidad mediática, las empresas brillan por su ausencia.
Sara es una ilicitana, deportista y que tiene Síndrome de Down. Ya ha sido nueve veces campeona de su categoría. Sara Marín arrasa con cinco oros en la I Olimpiada para personas con Síndrome de Down en las disciplinas de cinta, mazas, aro, pelota y categoría general. Se convierte así en la mejor deportista de estos Juegos Olímpicos donde la joven de 20 años ha confirmado que es una de las deportistas más laureadas de España. Pero detrás, y fuera de los focos, hay un gran esfuerzo diario desde que tenía 11 años de edad.
Iván Penalba ha logrado superar los 850 kilómetros que separan Alfafar de Aviñón. Han sido 5 duros días en los que Iván se ha puesto al límite y ha experimentado sensaciones únicas. Una autentica hazaña que comenzó acompañado de su madre, quien corrió junto a él los primeros kilómetros.
El ciclista de ultrafondo, Carles, natural de Sueca, consiguió batir el récord del mundo en Máster 50 de kilómetros hechos en 24 horas: un total de 681. El logro se lo dedicó a la sobrina de una amiga americana que estaba en coma. Cuando le pusieron el vídeo, despertó milagrosamente del coma. Es una historia de película de Hollywood. El último mensaje que le había mandado a su madre el día antes era para decirle que quería ser ciclista como su tía. Por eso pidió que si conseguía el récord tenía que dedicárselo. Tenía la intuición de que esa dedicatoria le iba a sacar del coma. Y así fue.
La semana que viene… más!
* Estas historias serán reconocidas en la Gala del Deporte yosoynoticia.es de la Comunitat Valenciana el lunes 23 de enero en el Palau de les Arts.