MADRID (EP). Un equipo de investigadores ha descubierto que una enzima llamada SIRT3 que se encuentra en las mitocondrias –central eléctrica de las células– puede proteger los cerebros de los ratones contra los tipos de tensiones que se cree que contribuyen a la pérdida de energía. Además, los ratones que hacían ejercicio en una rueda elevaron sus niveles de esta enzima protectora.
A medida que las personas envejecen o desarrollan enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, sus células cerebrales no pueden producir energía suficiente para seguir siendo totalmente funcionales. Científicos dirigidos por Mark Mattson, del Programa de Investigación Intramural del Instituto Nacional sobre Envejecimiento y la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, usaron un modelo animal para ver si podían ayudar a las neuronas a resistir la tensión que agota la energía causada por neurotoxionas y otras factores.
Estos investigadores encontraron que modelos de ratones que no producen SIRT3 se volvieron altamente sensibles al estrés cuando se les expuso a neurotoxinas que causan neurodegeneración y ataques epilépticos. Hacer ejercicio en una rueda de correr incrementó la cantidad de SIRT3 en las neuronas de los ratones normales y los protegió contra la degeneración; en los que carecían de la enzima, el ejercicio no protegió las neuronas.
Las neuronas podrían ser protegidas contra el estrés mediante el uso de una tecnología de terapia génica para aumentar los niveles de SIRT3 en las neuronas. Estos hallazgos, publicados en la edición digital de Cell Metabolism, sugieren que el fortalecimiento de la función mitocondrial y la resistencia al estrés mediante el aumento de los niveles de SIRT3 puede ser un objetivo terapéutico prometedor para la protección contra las enfermedades cerebrales y de declive cognitivo relacionadas con la edad.