VALÈNCIA (EP). El exgerente de Divalterra Víctor Sahuquillo trasladó en un informe que envió por correo al expresidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, investigado junto a otras cinco personas en el 'caso Alquería', que "la dirección de la empresa construyó una dirección, basada en contratos de alta dirección de libre designación", sobre lo que advirtió que "en cualquier momento" podía "estallar".
Así consta en uno de los correos -fechado el 3 de junio de 2016- incluidos en el sumario del conocido como 'caso Alqueria', al que ha tenido acceso Europa Press, titulado 'contratos alta dirección', que Sahuquillo envió a Rodríguez, que anoche anunció que abandona las filas del PSPV para "quitar presión" tras las revelaciones del 'caso Alquería'.
Bajo el epígrafe 'Situación en Divalterra', Sahuquillo -se da la circunstancia de que él mismo acabó dimitiendo tras conocerse un informe de un auditor interno que cuestionaba fraccionamiento de contratos y la inclusión de bebidas alcohólicas, gin tonics, como dietas que abonó posteriormente- le expone a Rodríguez, en un marco de disputa política entre los partidos que dirigían Divalterra, la necesidad de crear "nuevas plazas 'técnicas'" para que se "conviertan" en su "ejército para alcanzar los objetivos políticos que necesita el presidente".
Además, agrega: "No nos preocupe tanto crear indefinidos como crear proyectos con presupuestos nuestros (del PSPV) y para cuya ejecución se necesite de personal que se gane al entrar".
En este documento, el exgerente sugiere a Rodríguez: "Bajemos la tensión, hagamos que la división caiga en la parte de Compromís, paremos la fortaleza del Bloc en la empresa y desmontemos a Vera --jefe de los Servicios Jurídicos de Divalterra-- quitándole al máximo sus competencias y sus expectativas. Y una vez arranque la reforma de brigadas, la modernización del Servicio de Información Territorial y las Oficinas Comarcales, el rédito político será nuestro".
En otro escrito incluido en el mismo correo, sobre la 'Situación actual y posibles acciones estratégicas' de Divalterra, el exgerente expone que "la dirección de la empresa construyó una dirección, basada en contratos de alta dirección de libre designación, que en cualquier momento puede estallar". "En estos momentos, EPSAR (Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales) está todos los días en los medios de comunicación por un tema parecido", alerta.
También advierte, sobre las brigadas forestales que gestiona la empresa pública, que "los socios --el equipo de Gobierno de la Diputación está formado por PSPV, Compromís, València en Comú y Esquerra Unida-- están dispuestos a que todo continúe igual en tanto que están haciendo la misma política que estuvo haciendo el PP pero ahora reconvirtiéndolos a sus filas ideológicas".
En un correo del 4 de octubre de 2016, titulado 'Reflexiones previas al jueves', Sahuquillo le adjunta un PDF al expresidente ('para que reflexionemos') en el que le informa: "Os paso unas reflexiones sobre qué podemos hacer en Divalterra. Parto de la premisa que mi situación de angustia y soledad interna me condiciona. Pero creo que debemos cambiar el tablero de juego. Eso es lo que Agus (Agustina Brines, entonces directora-gerente de Divalterra por parte de Compromís) y los del Bloc están preparando. Intentemos presentar otro y como mínimo ganar tiempo".
Más adelante, Sahuquillo describe que "Agus utiliza la empresa como instrumento político para ganar posiciones en el interior de su fuerza política". Los investigadores concluyen del relato del exgerente que "pudiera indicar el uso de Divalterra como una herramienta política de colocación de una serie de 'peones' necesarios para poder llevar a cabo las aspiraciones políticas de cada uno de los partidos políticos instalados en el poder de la Diputación".
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