VALÈNCIA. Cerca de 1.529 millones de euros. Esa es la cuantía que el Gobierno de España ha consignado en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022 para continuar con las obras del Corredor Mediterráneo. Una importante inyección para avanzar en la culminación de esta estratégica infraestructura, que permitirá la movilidad de mercancías y personas por el arco mediterráneo desde Algeciras hasta la frontera francesa.
Según los datos que maneja la oficina del Corredor Mediterráneo, para este próximo ejercicio la nueva Ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ha incluido en las cuentas del Estado cerca de 1.529 millones de euros para el conjunto de la infraestructura, de los cuales unos 420 millones se dedicarán a proyectos en la Comunitat Valenciana. A priori se trata de una cantidad inferior a la que se destinó en las presupuestos de este año, que incluían cerca de 2.000 millones de euros a esta infraestructura, aunque es cierto que grandes actuaciones ya cuentan con cuantía consignada y otras obras han finalizado.
En concreto, algunas de las partidas que el proyecto de presupuestos incluye para seguir con la actuación son 111 millones para el tramo València-Vandellós, tanto para el cambio de ancho ibérico al internacional como para el tercer hilo entre la capital del Turia y Castellón. Asimismo, recogen una importante inversión de 153 millones de euros para corredores de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T) en la que se incluye el tan ansiado tramo València-Xàtiva-La Encina, que permitirá conectar en alta velocidad las tres provincias de la Comunitat Valenciana.
Asimismo, las el proyecto de PGE para 2022, que ahora deberá pasar por trámite parlamentario y el proceso de enmiendas, también presupuesta 16 millones de euros para actuaciones de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T), esto es, para nodos y enlaces ferroviarios; otros 12 millones para el tercer hilo en el tramo València-Almussafes, que permitirá la conexión con la factoría de Ford; y otros 25 millones de euros para la estación intermodal Fuente de San Luis y para mejora de accesos en el Puerto de Castellón.
En cualquier caso, de esa asignación habrá que ver qué proyectos se incluyen dentro de los fondos europeos de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que fijan en 2026 el horizonte para ejecutar las actuaciones comprendidas en estas ayudas. Por tanto, las obras que se incluyan dentro de este plan deberán estar finalizadas en ese plazo, lo que dará un plus de garantía a su finalización.
"Creo que los más de 1.500 millones de euros que incluyen los presupuestos es una buena cantidad para entender que hay un compromiso con la infraestructura", destacó Josep Vicent Boira, comisionado del Corredor Mediterráneo en atención a los medios de comunicación tras participar en un acto para conmemorar el 160 aniversario de la concesión de la línea València-Tarragona. "Ahora se trata de ponernos manos a la obra y ejecutar todas las actuaciones. Hay buenas vibraciones", aseguró.
Pero, además, avanzó que es inminente la licitación del canal de acceso y la presentación del estudio informativo de la doble plataforma entre València y Castellón. Unas actuaciones que podrían ser anunciadas en las próximas semanas y supondrán un importante paso para seguir completando este puzzle ferroviario y desbloquear uno de los principales cuellos de botella de la ciudad de València. “Todos los planes están en marcha", subrayó el comisionado para el Corredor.
Precisamente, este miércoles 20 de octubre se conmemoraba el 160 aniversario de la concesión del tramo València-Tarragona, un aniversario que no es baladí dado que esta conexión supuso el embrión de lo que hoy en día conocemos como el Corredor Mediterráneo. "Fue la primera piedra de la infraestructura”, destacó Boira.
En 1855, con la Ley Genera de Ferrocarriles de 1855, España comenzó el crecimiento de su red ferroviaria que, por aquel entonces, constaba de poco más de 100 kilómetros de vía frente a los 10.000 kilómetros ferroviarios en países como Reino Unido. Con el espíritu de conectar dos importantes ciudades con estrechas relaciones comerciales, se otorgó la concesión de esta obra al contratista José Campo en 1861.
Pero no fue hasta siete años después cuando arrancó su funcionamiento, una puesta en marcha que generó importantes avances para la época porque no solo conectó núcleos urbanos, sino también personas. Así, fueron posibles historias como la de Desiderio quien, gracias a esta conexión ferroviaria, pudo viajar desde València a Barcelona para conocer al amor de su vida, Antolina.
A partir de ese momento las conexiones ferroviarias entre la Comunitat Valenciana y Cataluña experimentaron un importante crecimiento. Los trabajos de esta línea permitieron inaugurar solo un año más tarde la línea Valencia-Sagunto-Castelló. Posteriormente, se fueron completando los tramos hasta la construcción final del puente de Tortosa en 1868, año en el que también se se consiguió conectar la capital del Turia con Barcelona en "menos de 20 horas", como reflejan los diarios de la época.
Así, con la llegada de esta línea el viajero podía llegar a la ciudad condal desde el cap i casal "invirtiendo solo 16 ó 20 horas", señalan algunas de las crónicas. 160 años después de aquella concesión mucho ha cambiado, pero también queda un largo camino por recorrer para que el Corredor Mediterráneo sea finalmente una realidad.