VALÈNCIA. Cuando el río suena, agua lleva. Esta semana saltaban todas las alarmas en torno al certamen musical Sona la Dipu, cuyo futuro inmediato estaba supeditado a un reconfiguración en la que la Diputación de Valencia trabaja de manera silenciosa desde hace casi un año. Tal y como avanzaba este diario ayer jueves, los cambios en el certamen estaban más cerca que lejos. Y así ha sido. Fue por la tarde cuando el Institut Valencià de Cultura (IVC) confirmaba a través de una nota de prensa el secreto a voces: Sona la Dipu pasaría a ser gestionada por la Generalitat Valenciana, haciendo del evento un certamen autonómico. El cambio tenía como primera ‘víctima’ la inminente nueva edición del proyecto, que no se llevará a cabo.
“Esta reconversión de Sona la Dipu se producirá a lo largo del presente año, y por ello no se convocará una nueva edición del certamen durante estos meses de transición”, informaban desde la Generalitat a través del comunicado. Con esto, el certamen dirigido por Quique Borrás, contratado por la administración provincial en 2017 para dirigirlo (un cargo de nueva creación), queda paralizado aunque, si bien es cierto, los trabajos de cara a la edición de 2019 estaban por arrancar. Con todo, la reconfiguración del certamen provocará un año de relativa parálisis, pues la administración ha aclarado que sí se ejecutarán los “compromisos adquiridos con personas ganadoras de la última edición en clave provincial”, incluido el triunfador de 2018, Yo Diablo.
Este año servirá así para finiquitar el viejo modelo a la espera de crear uno nuevo al que el apellido de ‘Dipu’ le quedará pequeño. Un nuevo modelo “sin deudas” y “sin lastre”. Así lo explica el director general del IVC, Abel Guarinos, a este diario. Esta ha sido una de las exigencias del gobierno autonómico al provincial a la hora de hacer el ‘traspaso de poderes’, un inicio de trabajos que no se espera hasta antes de verano -cuando se inicia el trabajo de cara a los presupuestos del siguiente ejercicio-. La petición no es baladí, pues esta última etapa del certamen ha estado marcada por la polémica de los impagos a artistas. Fue en septiembre cuando numerosas bandas participantes se aglutinaron en la plataforma Debe la Dipu para denunciar las deudas de la administración, a la que acusaban de una “nefasta gestión”.
Si bien, tras hacerse pública la problemática, Sona la Dipu y las bandas acercaban posturas, con el compromiso de los primeros de solventar la situación antes del mes de marzo, el incumplimiento de los plazos encendió de nuevo la mecha, llevando a las bandas a realizar denunciar de nuevo la situación. Si bien Borrás apuntaba a algunas inexactitudes en el texto, sí reconocía el retraso de una parte de la deuda y no ponía fecha a su solución. Si solventar esta situación es una de las condiciones, otra es tener la libertad para adaptar el certamen a su nueva realidad, un programa de ámbito autonómico cuya primera edición en 2020 mantendrá la esencia “de fomentar la creatividad y el impulso de nuevos talentos musicales”, aunque no tiene porque parecerse al Sona que conocemos.
Sobre la arquitectura interna del festival, apunta Guarinos, todavía es “precipitado” hablar, esto es, quién se encargará de impulsar el festival, pues actualmente está organizado por trabajadores de la Diputación, uno de los puntos a resolver en los próximos meses. De igual forma, el director del IVC apunta que la recepción de Sona la Dipu se enmarca dentro de su estrategia por acercarse a “todos los tipos de música”, incluyendo ahora el certamen en un ‘circuito’ de actividades públicas que tienen como máximo exponente la feria de la música valenciana Trovam! o los premios de la música Carles Santos, creados por el gobierno valenciano el pasado ejercicio, junto a los del audiovisual o los recuperados premios de las artes escénicas. Por supuesto, el futuro de Sona la Dipu está supeditado a las elecciones electorales. De esta forma, la Diputación dice adiós a Sona la Dipu tal y como la conocemos, un certamen en ocasiones cuestionado, pero que también ha servido para catapultar a numerosas bandas de València en la escena musical.
El Institut Valencià de Cultura sigue sin desvelar el nuevo funcionamiento. Esta será la segunda edición consecutiva que no se celebre