VALÈNCIA. El Institut Valencià de Cultura (IVC) encara un curso en el que se enfrenta a una de sus mayores transformaciones, aunque quizá no sea la más visible: la reconfiguración de su sistema de ayudas. El cambio de caras en los últimos meses tanto en la dirección general del organismo, ahora liderado por Álvaro López-Jamar, como en las direcciones adjuntas dibuja un futuro inmediato de reestructuraciones y puesta en marcha de un nuevo modelo, un proceso en el que la cuestión de las subvenciones se sitúa como el punto caliente a tratar. Pero, ¿en qué punto está y cuáles son las claves de esta nueva configuración? “Las ayudas van a salir antes que otros años, pero en ese proceso de gestión nos hemos encontrado con problemas”, expresó el director general del IVC, preguntado tras la presentación de la nueva edición de la Filmoteca d’Estiu.
Entre las dificultades de la 'hornada' de 2024 señala algunas “deficiencias” de la “etapa anterior” que necesitaban ser “subsanadas”, como una prórroga por lo que respecta a fondos europeos que no había sido tramitada y cuya resolución fue notificada el pasado viernes. Por una parte esta la resolución de las ayudas de este curso pero, en paralelo, se está llevando a cabo el proceso de redefinición de las mismas, un proceso de transición que pretende cambiar el sistema hasta ahora planteado con una nueva redacción de las bases. Este nuevo planteamiento, que, subraya López-Jamar, se está realizando en comunicación con las asociaciones profesionales, espera contar con las bases listas entre finales de agosto y la primera semana de septiembre, con la mirada puesta en una convocatoria en el primer trimestre de 2025.
Las ayudas han sido, en los últimos años, un problema enquistado y el gran punto de conflicto del sector profesional cultural con la institución (provocaron, de hecho, la mayor movilización contra el exdirector general Abel Guarinos). En 2023 y hasta hace unos meses, el asunto aún empeoró tras el traslado y bajas de una parte importante de la sección de Ayudas, lo que dejó al IVC sin personal para tramitar unas convocatorias que ya de por sí habían salido tarde. Lo primero, por tanto, ha sido reforzar la plantilla: “El IVC ha impulsado un plan de choque para subsanar las deficiencias de personal del departamento de ayudas: se han provisto las plazas de jefatura de Servicio y las dos jefaturas de Sección, dando una mayor estabilidad en la gestión y dirección del Departamento. Así mismo, se ha reforzado el departamento de ayudas con dos técnicos medios de gestión cultural y un auxiliar administrativo”, informa la institución.
Aún quedaría la cobertura de una plaza de técnico de administración general para completar esta transición. Y la nueva RPT, que está ahora elaborándose, podría también traer cambios en este departamento. El refuerzo de personal ha permitido acabar de resolver las líneas de 2023 que aún quedaban pendientes y sacar las de 2024, que para poder cumplir con el calendario han salido con una condición: no tocar ni una coma de la convocatoria anterior para no tener que pasar el trámite burocrático de revisión jurídica de un nuevo texto. Las asociaciones profesionales han estado de acuerdo con el plan y están a la espera del inicio de las conversaciones para las nuevas bases.
Tanto la Dirección Adjunta de Artes Escénicas como la de Audiovisuales han confirmado el trabajo conjunto para consensuar los cambios. La Dirección Adjunta de Música y Cultura Popular también ha admitido que en 2025 cambiarán sustancialmente las suyas: “Para el año que viene sí que vamos a hacer unos cambios que quieren evitar que sean farragosas. El INAEM, que es el modelo que estamos tomando, tiene unas ayudas lógicas, más fáciles y más equitativas. Aquí se intentó ser muy objetivo, y esa misma objetividad lo que ha hecho es que ha convertido todo en un proceso muy condicionado”, explicó Joan Cerveró en una entrevista con Culturplaza.
Otro de los puntos calientes de esta transición en el IVC es el cambio de modelo del Circuit Cultural Valencià (CCV), que estrena un nueva fórmula tras la firma del convenio con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), por el que el IVC se encargará de la programación, contratación, liquidación y pago del 100 % del caché de los artistas de cada una de las actuaciones, que los municipios adheridos seleccionarán de una catálogo de nueva creación. Este modelo toma forma tras el tirón de orejas de Hacienda por la gestión del antiguo Circuit, unos cambios que han traído consigo numerosas críticas por parte de las asociaciones de artes escénicas, que hablan de falta de “consenso” y piden un aumento del presupuesto ante la previsión de sumar más municipios al programa.
Sobre este último punto, el director general del IVC avanza que de cara a la aplicación del nuevo modelo la previsión es aumentar la partida destinada al CCV. Con todo, cabe destacar que fue precisamente este lunes cuando el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) publicó el convenio entre el IVC y la FVMP, que detalla las bases sobre las que se regirá y da veinte días naturales desde la publicación a las entidades locales para su adhesión. Según indica López-Jamar, el nuevo modelo es menos “exigente” en cuanto a los requisitos que deben cumplir lo municipios para participar –tener un auditorio, por ejemplo-, lo que provocará que, en principio, aumente la participación. La programación, por su parte, saldrá de un nuevo catálogo que se definirá próximamente mediante tres comisiones de expertos de “reconocido prestigio”, tal y como ha explicado, y se definirá con “vocación de cierta permeabilidad”.