VALENCIA. El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Valencia, en el que se sigue el proceso de subasta del grupo industrial Ros Casares, ha recibido media docena de ofertas de inversores interesados por adquirir alguna de las unidades productivas en las que se ha dividido el grupo tras iniciarse el proceso de liquidación. Una vez cerrado este jueves el proceso de recepción de propuestas, el próximo lunes es el día fijado para la apertura de los sobres en el juzgado, recuerdan fuentes del proceso.
Una de las condiciones que el juez impuso para la adjudicación de los activos del grupo fue la exigencia de un depósito de medio millón de euros para optar a alguna de las veinte unidades productivas en las que estructuró el grupo para facilitar su venta. Esta exigencia pretende garantizar la viabilidad financiera de los aspirantes y despejar propuestas sin un interés real, destacan desde el entorno de la firma cuyos activos salen a subasta.
Otros de los elementos que el titular del juzgado tendrá en cuenta a la hora de valorar las ofertas es la propuesta para la continuidad de los centros de trabajo y, por ende, el mantenimiento de la plantilla. Tras comprobar las ofertas, no se descarta que el titular del juzgado de lo Mercantil 1 pueda abrir una segunda vuelta si se plantean propuesta similares.
El grupo industrial valenciano fue dividido por el juzgado en veinte lotes, con el propósito de facilitar la venta. Las ofertas se podían plantear por uno o varios de las unidades productivas, aunque tendrán prioridad las que opten a un mayor número de partes, mantengan más empleos y presenten un plan sólido de negocio.
Aunque la subasta contempla unidades productivas de varios tipos, las que desde el principio han despertado mayor interés han sido las vinculadas al suministro de planos (chapa) para automoción debido a la pujanza la industria del automóvil en España. Se trata de las plantas de Thyssen Ros Casares en El Puig y Puerto de Sagunto, donde la compañía valenciana comparte propiedad con el grupo alemán Thyssen Krupp con el que mantiene un enfrentamiento judicial.
No sucede lo mismo con los centros de fabricación de acero para la construcción, donde el interés por adquirir las unidades productivas ha sido menor.
EL JUEZ PUEDE ABRIR UNA SEGUNDA RONDA SI SE PRESENTAN OFERTAS SIMILARES
Aunque la identidad de los aspirantes no se conocerá hasta el lunes, hasta ahora ha trascendido el interés de los socios alemanes de Ros Casares en las dos plantas mencionadas. También se baraja la posibilidad de que plantee oferta el fondo norteamericano JZ International (JZI) -filial internacional de The Jordan Company LP-, que pujaría por las plantas de planos para automoción junto a sus socios de la empresa valenciana Gedesco, dedicada al descuento de pagarés.
El origen de Ros Casares es un almacén familiar de hierros abierto en 1954 en Valencia. El crecimiento posterior le llevó a contar con más de medio centenar de centros de producción distribuidos por toda España.
El juzgado decretó hace un año el concurso de quince sociedades del grupo, que había solicitado acogerse a este proceso a finales de julio al no poder refinanciar una deuda de unos 250 millones de euros.
Las empresas que desde entonces han estado bajo administración concursal son Brava Steel, Almacenes Generales del Acero Algesa, Oxicorte Francisco Ros Casares, Corporación Ros Casares, Abal Distribución y Transformación de Productos Siderúrgicos, Augescon, Procesos Logísticos Integrales, Zurbarán Seis, Corporación F. 23, Ros y Costa, AN 01, Gerosgar, Construcciones y Estructuras Campollano, Grupo Ros Casares y Brava Steel.
La sede de Mota del Cuervo no estaba incluida en el plan de liquidación inicial de la herencia del magnate valenciano Francisco Ros Casares