VALÈNCIA. El mar es fuente de vida. Sin él no podríamos vivir, es más, no existiríamos. Hace tiempo que el debate está centrado en el cambio climático, pero nadie hace caso de las conclusiones a las que se llega. Desde hace muy poco tiempo los esfuerzos mediáticos se están centrando en la salud del mar. Se ha puesto de moda y las grandes empresas comienzan a dotar de presupuesto las partidas de medio ambiente. ¿Quiénes son los culpables de la agonía del mar?
Echar las culpas es muy fácil. Está muy claro que la sociedad es la máxima responsable, sí, pero con muchos matices. Este verano hemos tenido cerradas varias playas del Mediterráneo porque el agua estaba contaminada de aguas fecales, que terminan en el mar sin pasar por ninguna depuradora. De eso, la sociedad es menos responsable. A este respecto la ley es muy ambigua y no se centra en lo verdaderamente importante.
Hay muchos pueblos de España y alguna capital importante que linda con el mar y que todavía no cuenta con depuradoras que hagan ese trabajo. Estamos en el siglo XXI y cuando se hacen los presupuestos generales del estado no hay ninguna partida específica para que no haya ninguna localidad sin tratamiento de aguas. Tampoco las comunidades autónomas y los municipios se ocupan de todo lo que deberían ocuparse.
* Lea el artículo completo en el número 59 de la revista Plaza
Estos son los retos que esperan a Marisa Arlandis, la nueva presidenta del Real Club Náutico de Valencia