El primer instituto tecnológico resultante de las fusiones que auspicia el Consell reclama a la administración autonómica un reparto de fondos públicos "más acorde a la realidad"
VALENCIA. Ni se reducirán las plantillas ni se prescindirá delas sedes de los institutos Aimme y Aidima. Esta es, al menos, la hoja de ruta del consejo rector provisional de la entidad resultante de la fusión de ambos centros: el Instituto Tecnológico Metalmecánico, Madera, Mueble, Embalaje y Afines -el largo nombre escogido para la nueva entidad, que todavía no dispone de acrónimo-.
Así lo explican Juan Carlos Mena, hasta ahora presidente del consejo rector del Instituto Tecnológico Metalmecánico (Aimme) -y en adelante presidente del centro de nueva creación-; y Francisco Javier García, que dejará de ser presidente del Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalaje y Afines (Aidima) para ocupar la vicepresidencia de la nueva entidad.
La alianza, sugida a instancias del Consell, persigue "aprovechar infraestructuras y sinergias para potenciar el servicio". El nuevo instituto, "en principio, mantendrá las sedes de Aimme y Aidima". "Creemos que de momento no debemos despreciar y renunciar a los pocos espacios que puedan quedar vacíos tras esta reorganización, puesto que pretendemos volver a crecer de forma sostenible, de acuerdo con las necesidades del entorno", informan.
Según explican, hay inmuebles en los centros tienen "una alta concentración de personal e infraestructuras". "Poco menos que estamos 'amontonados', con lo que esta redistribución de espacios sin duda va a mejorar nuestra productividad", cuentan, si bien añaden que todas las posibilidades están sobre la mesa.
"En cualquier caso, y tras este proceso de reorganización, no descartamos totalmente la posibilidad de prescindir de alguno de los edificios de que disponemos actualmente, para reducir al menos los costes inherentes al mismo", agregan.
Respecto a la plantilla, los dirigentes subrayan que "la intención no es reducir personal". El éxito del nuevo Instituto no está basado en una reducción de nuestros recursos humanos, sino en un incremento de nuestra capacidad de negocio, potenciando nuestras actividades actuales de I+D+i y servicios avanzados, complementando y ampliando nuestra oferta, y dirigiéndonos de forma conjunta a un mercado más amplio. El personal es nuestro mayor activo y debemos cuidarlo", aseguran.
Sin embargo, desde el nuevo instituto reconocen que "seguramente al principio habrá que hacer algún mínimo ajuste". "Pero queremos esperar al cierre económico de este ejercicio, así como sobre todo a que transcurra el primer año de funcionamiento, para ver cómo evoluciona nuestra oferta y sobre todo la demanda de las empresas y el entorno económico; así como para comprobar la apuesta de la administraciones públicas por la I+D+i y por las empresas, para cuantificar con mayor acierto la plantilla necesaria en esta nueva etapa", añaden.
Preguntados por los resultados previstos tras la fusión, los dirigentes indican que a corto plazo se espera lograr "un pequeño incremento de los ingresos por facturación a empresas, especialmente pymes de la Comunidad Valenciana, así como un pequeño incremento de los gastos, ocasionado por la puesta en marcha del nuevo Instituto". "Las previsiones a medio y largo plazo se mantienen, confiando alcanzar en unos años un incremento neto máximo de un 30% mediante la reducción de gastos e incremento de ingresos", apuntan.
Los dos centros aplauden que el Ivace les haya concedido un préstamo "en condiciones muy favorables" para acometer la fusión, por un importe total de 1,12 millones para cada uno de los que ya se han desembolsado una parte.
No obstante, las firmas tienen más peticiones para la administración autonómica. "Debemos realizar cuanto antes un plan de inversiones que nos permita renovar parte del equipamiento existente, así como abordar nuevas líneas de investigación, innovación y servicios avanzados. Para ello vamos a necesitar el apoyo de la administración pública, como sucede en otros países europeos", afirman.
No es la única petición al Consell. "Nos gustaría que, en la medida de lo posible, el Ivace revisara el sistema de indicadores que utiliza para asignar fondos públicos a los institutos tecnológicos, de modo que fuera un poco más acorde a la realidad actual de nuestras empresas", afirman.
"Aunque la consecución de fondos europeos y nacionales tiene un innegable valor, creemos que las autonomías deben acercar también los programas europeos, a la realidad de la industria y la economía regional. En nuestro caso se trata mayoritariamente de microempresas, pequeñas y medianas empresas, para las que esos programas europeos no están pensados", concluyen ambos presidentes.