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El número de consellerias, las tasas y la promoción institucional ralentizan la cocción del Botànic II

8/06/2019 - 

VALÈNCIA. Este viernes tuvo lugar la cuarta cita de negociación entre los partidos que integrarán el Botànic II. Una cita en la que estaba previsto que se cerrara la arquitectura del nuevo Ejecutivo valenciano, el 'cómo'. Esto es, número de consellerias, reparto de competencias y diseño del mestizaje. 

No obstante, sorpresa, nada de esto terminó de ocurrir. Y la duración del encuentro fue un buen síntoma de cómo fue el desarrollo del mismo. Nada más y nada menos que nueve horas de reunión, en diversas fases, salas y con distintos protagonistas, en la que se convirtió en la más larga de las citas que han tenido a lo largo de la semana. 

En torno a las 15.00 horas, PSPV, Compromís y Unides Podem-EUPV iniciaron la negociación de manera inversa al resto de ocasiones: hablando de la estructura del Gobierno. La jornada anterior se había planteado la posibilidad de formar un Consell con 12 (según lo planteado por la formación morada) ó 14 consellerias (lo ideado por Compromís) -13 y 15 contando al president de la Generalitat-, y la intención era cerrar el número total al inicio para poder continuar debatiendo otros aspectos. 

Sin embargo, éste fue el primer escollo. Unides Podem-EUPV mostró sus reticencias a que se produjera tal aumento de consellerias a su juicio desorbitado como el que Compromís había planteado el día anterior -de alcanzar la quincena supondría un incremento del 50% respecto al mandato anterior-, ya que consideran que se proyectaría una "mala imagen de cara al ciudadano", explicaron fuentes de la negociación a Valencia Plaza.
Micó (Compromís), Estañ (Podem) y Mata (PSPV) en una de las reuniones de esta semana. Foto: KIKE TABERNER

Aquí se produce un enredo dentro de la negociación que consiste en sacar o meter al presidente Puig en el número total de carteras. Los socialistas reclaman que si se vacía de competencias el Palau, debe existir una conselleria que las aglutine por lo que, reclaman, al presidente debe contabilizársele de forma externa. Un ardid encaminado a generar una concesión -el vaciado de competencias de Presidencia que reclaman Compromís y Podem- para conseguir el deseo del PSPV-PSOE: tener un miembro más en el Ejecutivo que la suma de Compromís y Unides Podem-EUPV y no tener que utilizar nunca el voto de calidad de Ximo Puig para deshacer un empate en el Consell, algo que tuvo que ocurrir en la legislatura saliente para adelantar las elecciones.

Ahora bien, los socios del PSPV-PSOE ven la jugada y se muestran reticentes a esa mayoría absoluta de los socialistas. Mientras, Compromís juega fuerte para no perder una conselleria de las cinco que ha disfrutado en esta legislatura y Unides Podem-EUPV pelea para ostentar dos pero, al mismo tiempo, rechaza de plano que existan 15 miembros del Consell. Una posición que perjudica a la coalición valencianista y que fue, este mismo viernes, motivo de fricción entre ambas fuerzas. La otra solución, siete consellerias -incluido Puig- para el PSPV, cinco para Compromís y dos para Unides Podem-EUPV es, a su vez, rechazada por los socialistas porque quieren la mencionada mayoría en el Gobierno valenciano.

Tasas y promoción institucional

Bloquedas las distintas partes, trató de avanzarse en las cuestiones programáticas. Aquí también se encontraron los protagonistas con varios puntos de tensión en los últimos ejes a abordar. Según fuentes de la negociación, uno de los puntos de momento sin solución perteneciente al eje de Calidad Democrática fue, tal y como auguró este diario, el reparto de la publicidad institucional, en el que Compromís ha mostrado especialmente su desacuerdo. Una cuestión para la que no se halló resolución final y que se emplazó a posteriores encuentros.

Por otro lado, se hizo una primera toma de contacto ya entrada la noche en el último eje, el correspondiente a la fiscalidad. Aquí el PSPV apuesta por debatir cada una de las tasas que principalmente reclaman Unides Podem-EUPV dentro de las áreas a las que correspondan. Una estrategia de la que desconfían en la formación morada por lo que las negociaciones deberán prolongarse tras diferentes retoques y planteamientos en el documento inicial.

En este sentido, las fuentes consultadas admiten que las principales problemáticas residen en la tasa turística, los impuestos 'verdes', el gravamen para las viviendas vacías y la tasa a las bebidas azucaradas.

Así pues, tras los tímidos avances de esta jornada maratoniana, a las distintas fuerzas implicadas en la negociación les espera un fin de semana duro en el que deberán intensificarse las reuniones para avanzar de cara a la semana que viene en el que la fecha límite se sitúa en el miércoles 12, día elegido para el pleno de investidura de Ximo Puig.

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