El vicesecretario de Organización no hace conjeturas sobre su futuro de cara al congreso del PSPV que debe celebrarse este año, aunque sí se manifiesta seguro sobre una cosa: "Ximo Puig liderará los cambios que deban producirse"
VALENCIA. Alfred Boix (Gandia, 1967), diputado y vicesecretario general del PSPV-PSOE, es el encargado de que la maquinaria orgánica de la formación socialista se mantenga engrasada y a pleno rendimiento. Una tarea nada fácil, y más en una organización compleja como es el PSPV, que ha atravesado una prolongada travesía en el desierto desde que en 1995 perdiera la Generalitat Valenciana.
Ahora, ya con su líder Ximo Puig en la Presidencia de la Generalitat, los problemas han sido otros, empezando por el propio vaciado de activos importantes en el edificio de Blanquerías para trasladarlos a la gestión en el Consell o el deseo de mejorar las prestaciones electorales del PSPV sin entrar en conflicto con los socios del Pacto del Botánico, Podemos y, especialmente, Compromís, aliado en el Consell.
Todas ellas cuestiones delicadas que, más tarde o más temprano, pasan por el escritorio de Alfred Boix, un dirigente apasionado de la política aunque poco amigo de los focos de la primera línea. Colaborador estrecho del presidente Puig, el responsable de Organización se desmarca de una competición por la visibilidad y recalca su obsesión por "hacer bien las cosas" y luego "la gente ya decidirá". En esta línea, prefiere eludir el debate sobre posibles estrategias para acumular votos: "Los votos son de las personas, no de los partidos", subraya.
De la misma manera, Boix no hace conjeturas sobre su futuro de cara al congreso del PSPV que debe celebrarse este año, aunque sí se manifiesta seguro sobre una cosa: "Ximo Puig liderará los cambios que deban producirse".
-El PP opina que el actual Consell es un gobierno provisional de una sola legislatura y desde los medios se detecta que la convivencia en estos meses no siempre es fácil. ¿Cómo se contesta a esto?
-Gestionando. En ocho meses que llevamos hemos hecho muchas cosas de las que sentirnos orgullosos. Por su parte, el PP tiene muchos problemas. Creo que bajan de casa mirando que no haya un coche de la UCO esperándoles. Están desesperados y saben que la gente no va a pasar por alto todo lo ocurrido. El Partido Popular ha abusado de su tiempo, ha vaciado el depósito de confianza de los ciudadanos de forma indecente. En definitiva, ha robado a los valencianos. Este periodo quedará para la historia como un espacio de tragedia para ellos. Entre otras cosas, hemos visto salir a un delegado del Gobierno detenido y ahora estamos viendo a nueve concejales del Ayuntamiento de Valencia imputados... Esta Comunitat no se merece esto y la gente ya ha despertado.
-Estratégicamente, ¿al PSPV le conviene maniobrar en su discurso para atraer los votos de centro que puede perder el PP por la desconfianza de la ciudadanía o más bien debe centrarse en intentar cambiar a la ciudadanía para que se acerque al PSPV?
-Los votos no son de los partidos, son de las personas. Una persona que ha votado durante años al PP puede perfectamente votar a otras formaciones políticas donde vea reflejado el anhelo de sus ilusiones. Confío en que la lección de realidad que hemos vivido contribuya a que no se vuelvan a repetir las escenas mencionadas antes.
-Pero el PSPV tiene que pensar en cómo mejorar electoralmente y más ahora que ostenta la Presidencia de la Generalitat. ¿Cómo planean hacerlo?
-Gracias a los valencianos estamos gobernando y nosotros tenemos la obligación de hacer las cosas que dijimos que íbamos a hacer y hacerlas bien. Luego la gente ya decidirá lo que tenga que decidir. Dicho de otra manera, estamos aquí para cumplir con nuestra obligación, no para ganar las próximas elecciones. Dijimos que lo íbamos a arreglar y estamos haciéndolo desde un espacio valencianista y socialdemócrata.
-El PSPV no ganó las elecciones aunque gobierna. ¿No detecta un pulso demasiado débil en el partido pese a la presidencia de Ximo Puig?
-El partido está orgulloso de que estemos cambiando las cosas. Recuerdo al principio de la legislatura cuando escuché por la radio algo tan bonito y tan simple a la vez como que la Sanidad volvería a ser universal en la Comunitat Valenciana. No hay ningún militante socialista que no sienta orgullo al escuchar eso. Estamos ganando derechos, recuperando lo que nos quitaron.
-¿Cómo se gestiona desde el partido el vacío postelectoral cuando se pasó buena parte del equipo que existía en Blanquerías al Consell? ¿Cómo se está trabajando para impulsar al PSPV y qué claves existen para darle visibilidad del presidente Puig?
-El partido debe ser una correa de transmisión de la acción de gobierno pero también tener una personalidad propia en la acción de gobierno. Desde el PSPV se trabajó el Acuerdo del Botánico, cabe recordar esto. En los primeros ocho meses hemos sido capaces de priorizar políticas en beneficio de esas necesidades de respuesta que tienen los ciudadanos. Eso que se dice de que 'sí se puede', no solo es que 'sí se puede', es que nosotros lo estamos haciendo. El partido tiene ese papel de espacio de reflexión donde seguir creando junto al Consell el espacio de respuestas que los valencianos necesitan. Estamos en un cambio de ciclo, de época, y hay que buscar respuestas distintas. Los partidos deben modernizarse para que los ciudadanos vean en ellos un instrumento útil. No nos puede absorber la gestión para pintar un mural de espaldas a los ciudadanos: los ciudadanos deben estar al lado para dibujar la recuperación y renacimiento de la Comunitat y cuidar esas cosas está dentro del papel del partido.
-El Bloc se ha decidido por una bicefalia de cara a su próximo congreso: el líder del partido no podrá tener un cargo institucional. ¿Cree que eso es imposible en el PSPV?
-Cada uno en su espacio busca los argumentos necesarios. Si el Bloc lo considera así ahora me parece muy respetable. En el PSPV no tiene por qué nunca salir adelante pero ahora no es el momento. Nosotros hemos sido capaces de abrir este partido a toda la ciudadanía con las primarias más grandes de este país: más de 60.000 personas yendo a votar. Además, aprobamos el primer documento de regeneración democrática... yo creo que el cambio que Ximo Puig le metió al partido desde su llegada ha sido fundamental. Se han dado en el PSPV pasos importantísimos en lo que ha significado la modernización y la apertura del partido que lamentablemente venía de dos décadas de derrotas. Gracias a todos esos esfuerzos podemos estar gobernando en la mayoría de la Comunitat Valenciana.
-Coaligados.
-Coaligados, claro que sí, así son los nuevos tiempos.
-Una de las cosas que preocupa en el partido, militancia incluida, es la rentabilidad política y la visibilidad del jefe del Consell teniendo como socia y vicepresidenta a Mónica Oltra, una dirigente con mucho 'punch' mediático. Usted, que conoce bien a Ximo Puig, ¿cómo cree quiere resolver esto?
-No sé a quién le puede preocupar pero, conociendo a Ximo, a nosotros no. Lo que nos preocupa es hacer las cosas bien, no la rentabilidad de imagen. No somos un escaparate de tiendas para que la gente entre a comprar productos, queremos que nos conozcan por nuestros hechos y por nuestra acción de gobierno. Esto no es una cuestión, con todo el respeto a todo el mundo, de pasearse por los platós o por los medios de comunicación incansablemente. La clave es el reconocimiento que los valencianos le harán a este nuevo tiempo que vivimos: esta es la única rentabilidad que busca Ximo Puig. Que los valencianos estén a gusto, conformes, con la acción de gobierno y luego que libremente dentro de cuatro años decidan.
-¿Por qué no se articula desde el PSPV algún mecanismo para, digamos, responder a Compromís de vez en cuando y mantener a raya el espacio del presidente?
-Es que no ha hecho falta. El nivel de responsabilidad que define este nuevo gobierno es muy alto. La misma que tiene el PSPV, la tienen nuestros aliados. Están manteniendo una gran ejemplaridad en la acción de gobierno: no sé si a alguien le molestará algo concreto, pero hasta el momento no hay nada de jaula de grillos como le gustaría al PP. Lo importante es que los valencianos son el centro de la acción de gobierno, no son Berni Ecclestone o Julio Iglesias, con todo el respeto para ellos.
-El trabajo que se hace en el área de Organización de un partido suele ser ajeno y desconocido para el ciudadano. ¿Por qué es tan duro o tan complicado este departamento?
-Bueno, depende de cómo se afronten los temas. A veces parece que los secretarios de Organización siempre deban tener mal genio o mal carácter y no tiene por qué ser así. Los partidos necesitan un espacio de alegría en su convivencia y en el PSPV hay un nivel de solidez y de responsabilidad muy alto, especialmente en los militantes, lo cual genera mucha satisfacción. No diré que a veces no te disgustas porque es un área en la que normalmente lo malo te toca a ti mientras a otros le tocan partes más agradables. No obstante, en general creo que los militantes saben que hemos conseguido generar un espacio de convivencia en el PSPV, y eso no es que haya sido cosa mía, ha sido cosa de todos.
-¿No se ha sentido solo alguna vez en este puesto? Especialmente en el último año con la migración de cargos al Consell...
-Ese momento que comenta en realidad fue un momento de satisfacción porque significó que volvíamos al Consell.
-¿Cree que de cara al futuro congreso del PSPV los sectores críticos del partido pueden pedir cambios en la dirección como en el área de Organización que usted lidera?
-Yo no sé que pedirán esos supuestos sectores críticos que usted menciona. Lo que puedo decir es que Ximo Puig liderará los cambios que puedan producirse. También digo otra cosa. Hay dos estadios de la autocrítica: la que contribuye al movimiento evolutivo y la que conduce a la destrucción final. Yo apuesto por la primera.
-¿Se ve cuatro años más de vicesecretario de Organización?
-Lo políticamente correcto sería decir que estoy a disposición del partido y todo eso pero es que ni siquiera me lo he planteado todavía. Hay tantas cosas que hacer en el día a día que yo me preocupo en lo que tengo que hacer hoy y mañana, lo de pasado mañana ya lo abordaré cuando toque. Respecto a la preocupación que otros puedan tener por mí yo se lo agradezco pero no me va a ocupar ni un minuto. Invito a todos a preocuparnos por la agenda de modernizar el partido.
-¿Cree que será un congreso tranquilo entonces?
-Un congreso tranquilo no tiene por qué ser aburrido. Debe ser una segunda vuelta del cambio que iniciamos en el 2012, el que nos ponga definitivamente en esa situación de conexión con los ciudadanos que es lo que a mí me preocupa, porque estamos cosiendo una Comunitat, recuperando el orgullo de ser de aquí y de lo que hacemos aquí. Eso es lo importante.
-Han puesto en marcha las jornadas sobre grandes ciudades. ¿Cómo mejorar en los grandes núcleos, por ejemplo en Valencia capital?
-El PSOE en general, no solo el nuestro, tiene un problema general de conexión con las clases urbanas y lo que queremos es entender y analizar la cuestión en profundidad para saber si es que no estamos dando las respuestas adecuadas que sí hemos sabido dar tal vez en municipios de menos de 50.000 habitantes. En cualquier caso, en primer lugar es esto, todavía no ha llegado el momento de hablar de personas.
-¿Cómo está llevando la situación de su compañero de partido y primo suyo, José Manuel Orengo?
-Pues casi con la misma tranquilidad que la vive él y con la misma incomodidad personal que la vive él. El tiempo a cada uno lo pone en su lugar y sobre esto, José Manuel es una persona totalmente sana por decirlo así en la gestión pública y privada.