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entrevista elena cebrián, consellera de medio ambiente

"Los residuos son nuestro principal problema ambiental y la ciudadanía vive de espaldas a ello"

La responsable de Medio Ambiente apela a la concienciación: "Hay que reutilizar más, reciclar y generar menos residuos" y llama la atención sobre la "fuente de empleo" que implica la gestión de basuras. Por otro lado, admite que en Europa la "crisis reputacional" valenciana hace que se mire "con lupa" a la Comunitat

14/03/2016 - 

VALENCIA. Una de las sorpresas para los medios de comunicación en los nombramientos del Consell tras el Pacto del Botánico fue el de Elena Cebrián (Valencia, 1970). Una carambola paritaria en el diseño del Ejecutivo hizo que, en cuestión de horas, el puesto que le había ofrecido Verds-Equo como directora general se elevara hasta consellera. Sin embargo, el currículum de esta ingeniera agrónoma independiente bastó para entender de inmediato que el aumento de oferta estaba más que justificado.

Así, Cebrián se convirtió en la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural. Un departamento diverso y complicado que, además, no suele gozar de la repercusión mediática de otras áreas pese a que maneja cuestiones fundamentales que van desde la gestión de residuos hasta la evaluación de impacto medioambiental para cualquier gran proyecto, pasando por el cuidado del campo valenciano o las políticas sobre recursos hídricos.

-¿Con qué problemas se ha encontrado en la gestión de residuos? 
-Quiero hacer hincapié en que estamos hablando de una de las mayores preocupaciones ambientales de nuestra sociedad aunque a menudo como ciudadanos vivimos de espaldas a ello. Se nos olvida la cantidad de basura que generamos y toda la gestión que hay detrás. Dicho esto, nos hemos encontrado en situaciones muy complicadas en algunas zonas determinadas, con problemas tremendos de gestión por no hablar de los asuntos de corrupción que están en los tribunales, dado que al parecer algunos han jugado a hacer negocio con algo que atenta contra la salud pública. Entre los cambios políticos y los problemas heredados hemos tenido que hacer un esfuerzo por sentar a todo el mundo, constituir consorcios, asumir cosas urgentes... un trabajo tremendo por parte del secretario autonómico que se ha dejado la piel.

-¿En qué situación se encuentran las infraestructuras para la gestión de residuos?
-Nos hemos encontrado problemas importantes: zonas donde no hay una planta, otras donde están obsoletas, algunas donde se ha superado la capacidad... todo ello unido a los problemas financieros existentes que impiden la inversión necesaria en este ámbito. Al mismo tiempo, la necesidad de solucionar estos problemas y promocionar aquellas medidas que incidan en una mayor concienciación que contribuya a reducir desde el origen. Reutilizar más, reciclar y generar menos residuos en definitiva.

-¿Hay algún proyecto para construir una planta o rehabilitar alguna de las existentes?
-Estamos estudiándolo y trabajando en la planificación de infraestructuras todavía.

-¿Y quizá se estudia o se plantea algún tipo de colaboración público-privado para acometer nuevas infraestructuras?
-En casos como el de Orihuela la colaboración público-privada ha sido lamentable. La gestión privada de residuos tiende peligrosamente, permitidme la ironía, hacia Sicilia. Pongámoslo en contexto: los ciudadanos pagamos una tasa de basuras y el consorcio tiene la misión de gestionar esos ingresos y hacer que se construyan las plantas necesarias. Nuestro modelo es que se saque un contrato público y se construyan por empresas, incluida Vaersa, que está dentro del paraguas de la Administración. Y otras las han ejecutado empresas privadas, que ha habido casos correctos y honestos y otros que no. Por otro lado, el reto de esta gestión tiene una parte de oportunidad socioeconómica tremenda. Es un nicho de empleo importantísimo: gestión inteligente de residuos, reciclaje, la tecnología que conlleva, las plantas, su diseño... es una fuente de empleo muy interesante para los próximos años.

-Hay un proyecto que es el de Puerto Mediterráneo que está pendiente de la evaluación ambiental de esta conselleria. ¿Cuándo se espera que se resuelva este asunto?
-A corto plazo no. Dentro del procedimiento, la primera parte se tramita desde Infraestructuras y ahora ha entrado en la conselleria. Es un proyecto amplio y tendrá que someterse al estudio correspondiente.

-Al hilo de lo que está ocurriendo en otros ámbitos de la Generalitat, su conselleria se ha enfrentado a multas de la Unión Europea. ¿Cuál es el montante de las sanciones referentes al Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA)?
-Ya se ha procedido al pago de la multa de seis millones de euros que recibimos el año pasado. Ahora estamos haciendo los ajustes con Hacienda de nuestros exiguos presupuestos. El año pasado nos dijeron que se prevé otra corrección financiera de 10 millones de euros para este ejercicio. Es una devolución de ayudas: aunque físicamente no se devuelven sino que se descuenta y lo tiene que poner la Generalitat. La razón: hay una parte que se debe a la interpretación de la normativa comunitaria pero el 80% es por deficiencia de los controles porque falta personal. Tenemos que presentar en verano a la comisión europea un plan de actuación para reforzar controles, reforzar estructuras... y yo digo, ¿con qué gente? ¿con qué dinero?

-¿Tan mal se hacían las cosas en la Comunitat Valenciana o es que en Europa nos tienen en cuarentena?
-Estuve hace un mes en Bruselas en una visita a la dirección general de Agricultura y me dijeron que la Comunitat Valenciana está en niveles de riesgo de ayudas de la PAC muy preocupantes. Para complicar el panorama, tenemos de verdad una crisis reputacional: allí me lo dijeron, todo lo que llega de aquí son casos de corrupción y hacen que nos miren más con lupa.

-Respecto a estas multas, ¿se les puede pedir responsabilidad a los beneficiarios?
-Depende del tipo de infracción que se haya detectado. Si la responsabilidad es de la Administración no puedes reclamarlo mientras que, si se demuestra que en el procedimiento que el agricultor ha tenido responsabilidad, sí se le podría pedir un reintegro. No obstante, fundamentalmente es una deficiencia en la estructura administrativa.

-¿Qué tipo de proyectos se van a priorizar en los programas de desarrollo rural?
-Cada región elabora un programa con una parte de financiación europea, otra estatal y otra autonómica. Destacaría varios bloques: las medidas clásicas como la modernización de explotaciones, de regadíos, incorporación de jóvenes a la actividad agraria, también algunas agroambientales donde se encuentra por ejemplo el cultivo de arroz en l'Albufera, una ayuda en los carrizales de Alicante... Otro de los bloques para nosotros más importante es el destinado a mejoras forestales y espacios protegidos. También quiero hacer hincapié en la producción ecológica que se había dejado de lado y sin apenas apoyo institucional en los últimos años.

-¿Cómo calificaría la situación de la agricultura valenciana?
-Creo que es un momento con muchas oportunidades. Tenemos fortalezas de productos diversificados, de calidad, de buena imagen en los mercados, también de innovación que debemos aprovechar pero también es cierto que ha sufrido cierto abandono y sigue teniendo problemas estructurales como el pequeño tamaño físico y económico de las explotaciones, el envejecimiento de los profesionales agrarios... Debemos recuperar la ilusión por el sector. Nuestra labor es hacer un trabajo importante de refuerzo de las estructuras de producción y comercialización.

-¿Qué se puede hacer para que los márgenes no sean tan estrechos para los agricultores?
-Este es un problema global del sector. Se pueden hacer algunas cosas: reforzar la capacidad productiva del sector, que sus estructuras sean más acordes a la realidad actual de los mercados y más interrelacionados con otros sectores de la economía y con más innovación. Hay que darle una vuelta también al mundo cooperativo para ver cómo pueden trabajar, organizarse y aunarse mejor. De todas formas, hay que admitir una realidad: las grandes cadenas de distribución agroalimentaria son muy fuertes, las de nuestro país y las extranjeras, y tienen una enorme capacidad de negociación y un gran poder de mercado. En la Comunitat Valenciana hay una empresa que todos conocemos que tiene un 60% de cuota. Estas cosas hacen que la relación comercial, contractual y económica esté desequilibrada. ¿Qué se puede hacer? No mucho. La máxima de la política de la competencia europea y nacional dice que tener poder de mercado no es ilegal, lo ilegal es abusar de él. Así que en ese límite es donde la ley debe actuar. Pero es difícil. Una de las cosas que sí que se está haciendo en coordinación con la Conselleria de Economía que tiene las competencias de Comercio es abrir expedientes informativos: solicitar a las grandes cadenas de distribución alimentaria los precios a los que han adquirido las frutas, las verduras... saber lo que hay en definitiva. Es un paso. Además hemos constituido una mesa aquí en la conselleria con los distribuidores para hacer una labor de diálogo con las grandes empresas porque también son las que están tirando de un sector agroalimentario fuerte, exportador y dinámico. Ese papel hay que reconocerlo y el objetivo es luchar y avanzar en el mismo sentido.

-Una de sus áreas de responsabilidad, que se incluye en el nombre de la conselleria, es Cambio Climático. ¿Qué se puede hacer desde el ámbito autonómico?
-Para empezar fue un logro simbólico que la propia conselleria lleve en su nombre el Cambio Climático. Es una cuestión que surgió del Pacto del Botánico y hay que ponerla en valor. Esto se tiene que ver de manera transversal: se trata de que consigamos trasladar a todos los miembros del Consell que tengan en cuenta el cambio climático. La colaboración más directa es con el área de Economía porque no puede haber una estrategia sobre esto sino va acompañado del departamento de energía. Aquí también hay una parte de competencia estatal y de regulación que deja mucho que desear. A ver si con todo el impulso internacional que se está dando y si además hay un cambio de gobierno, puedan ponerse de verdad las bases para una política energética hacia las renovables. También es importante la coordinación con la Conselleria de Infraestructuras con lo que estamos manteniendo un intenso contacto con ellos. Además, se ha reactivado la comisión interdepartamental de cambio climático donde hay representantes de varias consellerias. Y luego por nuestra parte, ya hicimos una actuación simbólica importante con otras comunidades autónomas del Mediterráneo, dado que tenemos la misma problemática. Por último, acometer la mejor defensa que hagamos de nuestros espacios naturales empezando por las marjales, los bosques como sumideros, la protección del suelo... todo eso es lucha contra el cambio climático.

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