VALÈNCIA. El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Fulgencio, fue el encargado de anunciar este miércoles que el hasta ahora secretario autonómico de Obras públicas, Josep Vicent Boira, se convertirá en las próximas semanas en el nuevo comisionado de desarrollo del Corredor Mediterráneo, cargo dependiente de Adif y, por tanto, del Ministerio de Fomento.
Se conocía que el puesto, tal y como se hizo público días atrás, iría a parar a manos de un valenciano. Una petición que realizó el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, al responsable ministerial, José Luis Ábalos, en su visita institucional al Palau de la Generalitat la pasada semana, y que el dirigente, también de la Comunitat, aceptó de buen grado.
Una designación que, este mismo jueves, ya hacía correr distintas teorías entre las filas de PSPV y Compromís. Fuentes próximas a Puig señalaron que la propuesta corrió a cargo del propio jefe del Consell, pese a que Boira -independiente- figura como secretario autonómico bajo la cuota de la coalición valencianista.
En este sentido, el presidente de la Generalitat ha compartido con Boira a lo largo de la legislatura diferentes reuniones de trabajo y viajes institucionales que han desembocado en una buena relación personal y, sobre todo, en un convencimiento por parte de Puig de que el catedrático de Geografía Humana es uno de los altos cargos más preparados del Consell y un referente internacional en el campo de las infraestructuras.
Ahora bien, al margen de que la propuesta de Boira naciera de Puig, el nombramiento fue celebrado como propio desde Compromís. Sobre esto, fuentes de la coalición recalcaron su confianza en el todavía secretario autonómico para capitanear una etapa de mejora en las inversiones destinadas al Corredor Mediterráneo así como en su plazo de ejecución. Al mismo tiempo, mostraron su seguridad de que Boira no tendrá problema alguno en alzar la voz si la infraestructura no recibe la atención y los recursos suficientes para su desarrollo.
Curiosamente, y así lo analizaban algunos dirigentes de ambas formaciones del Botànic, la concesión por parte de Ábalos a que un valenciano -y más siendo Boira- se situara como comisionado del Corredor Mediterráneo podría tener un significado estratégico. Es decir, situar a un cargo 100% Botànic en este puesto puede servir de escudo al ministro de Fomento ante la siempre complicada gestión de una infraestructura que ha sido tan insistentemente reivindicada por los distintos gobiernos valencianos. Una tesis más defendida en las filas de Compromís que en el PSPV, donde se inclinaban más por una simple concesión de Ábalos a una solicitud del presidente Puig.
Sobre esto, dirigentes de Compromís si admitían con claridad la posibilidad de que situar a Boira -vinculado a esta formación- en el cargo podría conllevar un intento de amortiguar futuras críticas de la coalición valencianista hacia Fomento. Una situación que, desde esta fuerza política, creen que no se traducirá en una realidad paralela entre Madrid y València. "Es el mejor nombramiento que se podía hacer para ese puesto", señalaron desde la coalición, para recalcar su seguridad de que Boira cumplirá el papel asignado "a la perfección" para "la defensa de una infraestructura fundamental para los valencianos".
Una postura con la que, por otro lado, también coincidían las fuentes del PSPV consultadas por este diario, que se mostraban en total sintonía con el nombramiento. Así, a medio plazo se deberá observar si la labor de Boira como comisionado alcanza un cierto rango político cuando se produzca, por ejemplo, la próxima negociación de los Presupuestos Generales del Estado para 2019.
Su presencia, tal y como la han descrito desde PSPV y Compromís, será vital para que el Corredor Mediterráneo reciba un impulso en las cuentas de Pedro Sánchez. De no ser así, las críticas al Ministerio de Fomento pueden salir, ya no del Gobierno valenciano, sino del propio seno de Adif y, en concreto, del flamante comisionado designado este jueves.