VALÈNCIA. Curtida políticamente en las Juventudes Comunistas, Esther Sanz (València, 1985) pasó de hacer campaña por Esquerra Unida del País Valencià (EUPV) en las autonómicas de 2015 a convertirse en una referente en Podemos del sector de Pablo Iglesias en la Comunitat Valenciana. Diplomada en Trabajo Social, ahora ocupa el séptimo puesto de la candidatura Unidas Podemos Cambiar Europa al Parlamento Europeo, cuyas elecciones se celebrarán el próximo 26 de mayo. Valencia Plaza le pregunta sobre las deficiencias del proyecto comunitario, la crisis de la naranja, cómo hacer lobby por los intereses valencianos en Bruselas, o el auge de la extrema derecha.
-¿Cómo se explica el auge de la extrema derecha en Europa?
-El auge de la extrema derecha es un problema real, grave y hay que analizarlo acudiendo a las causas. ¿Cuáles son? La primera, la deriva neoliberal que ha tenido la Unión Europea, especialmente en la última década cuando salva a la banca, aplica medidas de ajuste muy estrictas; el austericidio, como le llamamos nosotras. El fascismo se alimenta de todo esto: del miedo, la inseguridad, la precariedad, etcétera. Ahora el PSOE dice que probablemente se han pasado recortando derechos sociales que quizá eso ha alimentado el auge de la ultraderecha, o Margallo (PP) dijo hace dos años que se habían pasado cuatro pueblos con las políticas de austeridad. Afirman eso pero luego no se comprometen a dar un giro progresista en Europa y dejar de apretar el botón de los recortes.
-Desigualdades norte-sur, retos impositivos por la globalización, deslocalizaciones, retos comerciales… ¿Se pueden resolver todos estos retos con una Unión Europea cuestionada por la extrema derecha y por algunos sectores izquierdistas?
-Se deben resolver si no queremos que siga cuestionándose la Unión Europea y frenar a la extrema derecha. Respecto a la desigualdad Norte-Sur, nosotras siempre decimos que la UE ni ha sido Unión, ni ha sido Europea. Tenemos países a dos velocidades: Alemania, con un tipo de economía de alto valor añadido que concentra la industria, y en España una economía de sol y playa, sobre todo desde la crisis que ha derivado en una desindustrializacón. Los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de hecho, dicen que hemos destruido casi 500.000 empleos en los sectores industriales. Todo eso debe cambiar porque Europa es uno de los continentes más ricos y, a la vez, de los más desiguales. Hay un 24% de europeos en riesgo de pobreza y más del 30% de la riqueza se concentra en un 1% de poderosos.
-¿Cómo se compagina una visión europeísta crítica en Podemos con socios franceses que apuestan por salirse de tratados europeos?
-Francia Insumisa no quiere abandonar el euro, pero lo que decimos y dicen es que hay que democratizar el euro e instituciones como el Banco Central Europeo (BCE) y la elección de de altos cargos de las diferentes instituciones de la Unión Europea e implantar mecanismos de fiscalización ciudadana y democrática. ¿Cómo puede ser que esté dedicándose a comprar la deuda de los países para luego enriquecer a la banca privada? El BCE no puede estar al servicio de la banca privada. Todo el mundo sabe que hay mucha opacidad y en parte por eso la gente siente la UE tan lejos, porque no nos enteramos muy bien de cómo funciona. Por otro lado también los lobbies tienen allí sus mecanismos legales de presión.
-Esteban González Pons decía en una entrevista en Valencia Plaza que no había ningún lobby valenciano en Bruselas. ¿Qué opina al respecto?
-En esta campaña hay algunos partidos que usan la palabra lobby como un eslogan. Los representantes políticos no somos lobbies como tal, somos representantes del pueblo elegidos democráticamente en las elecciones. Obviamente vamos a defender lo que nosotros entendemos como intereses de los valencianos o del conjunto de España. Pero es fundamental no solo hablar de intereses valencianos, sino de los de la gente sencilla, que no son los mismos que los de las multinacionales y grandes empresas.
-¿Por qué en países como Francia las clases más depauperadas se inclinan por formaciones de ultraderecha?
-Las fuerzas de ultraderecha se alimentan del miedo. Yo soy trabajadora social y veo que la línea que divide una vida precaria de la pobreza o exclusión es muy fina. El miedo a caer en ese espacio es lo que hace que la gente se decante por una opción política u otra. El mecanismo de la ultraderecha es utilizar un relato simple de enfrentar al último contra el penúltimo. La teoría de "tú, que tienes riesgo de ser pobre o tú que eres muy precaria tienes que enfrentarte al que está peor que tú porque viene a quitarte lo tuyo". ¿Cómo se le vence a la ultraderecha? Blindando derechos sociales y el feminismo que también hace frente a la extrema derecha.
-¿De qué forma va a defender usted y su grupo en particular los intereses valencianos en Bruselas?
-Hay varios temas que abordar en Bruselas. El primero, la naranja. No solo se tiene que ver con la naranja en sí, sino con la agricultura en general, con la Política Agraria Común (PAC). La PAC no pueden recortarla ni subvencionar a millonarios como la familia Cañete o la familia de Alba, que son los que concentran el grueso de las ayudas directas. De hecho, esto es sobre lo que se quejan los agricultores valencianos, manchegos y cualquiera. Tiene que ser justa y blindar precios mínimos en el campo porque es la única manera de garantizar que nuestros agricultores tengan unos ingresos decentes y no tengan que vender por debajo de coste. Además también serviría para evitar la despoblación porque podrán vivir de ello. Nosotros también decimos que tiene que haber política comercial de la Unión Europea pero planteándonos a quien beneficia. Con voluntad política se pueden cambiar tratados de libre comercio. Y también hay un cuestionamiento de esta política comercial desde el punto de vista ecologista; igual no tiene mucho sentido exportar productos a no sé dónde y traer los mismos de otra parte del mundo teniendo en cuenta el impacto ecológico que eso tiene. Independientemente de la ideología que tengan, esto no se puede seguir haciendo así porque nos hemos topado con los límites físicos del planeta.
-¿Además de la naranja sobre qué otros temas que afecten a los intereses valencianos buscará tejer alianzas en Europa?
-Además de la naranja también está el tema del Corredor Mediterráneo, que no sólo es una infraestructura estratégica en términos económicos sino también una oportunidad para cambiar el modelo de infraestructuras y de movilidad del PP y del PSOE, que ha sido centralista y radial en el que todo pasa por Madrid. Somos el segundo país del mundo en líneas de alta velocidad, sólo nos supera China, y sin embargo bajamos al puesto 12 en uso de esas líneas. Otro dato que demuestra que nuestro modelo de movilidad construido por los distintos gobiernos de España no es el adecuado es que la Unión Europea dice que el transporte de mercancías por trenes es más barato, ecológico y eficiente. En España el transporte de mercancías por tren está por debajo del 5%, mientras que el resto es por carretera. La media europea está en torno a un 12% y un 18%. El Corredor Mediterráneo es una infraestructura estratégica no sólo para el País Valencià, también para Andalucía, Cataluña y todo el Mediterráneo. Los Presupuestos Generales del Estado antes de aprobarse en el Congreso los Diputados tienen que pasar por Bruselas, que cuestiona cada euro de gasto social en los presupuestos y luego tenemos un billón de euros escondido en paraísos fiscales en Europa, lo equivalente a todo el PIB español. Europa se ha convertido una especie de paraíso fiscal para los ricos y precariedad absoluta para la gente normal.
-¿Cómo pretenden resolver la crisis migratoria?
-Hoy me he levantado alarmada de ver alguna serie de afirmaciones que hizo ayer en el debate de TVE el señor (Josep) Borrell que muestran que o miente o no se entera de lo que está pasando. Adoptó una actitud paternalista como también lo hizo Inmaculada (Rodríguez Piñero), que al final lo único que transmiten es yo están ahí para que todo se mantenga como está. Borrell tiene un problema con el tratado de la vergüenza de Turquía porque no sabe que este nombre no se lo inventa Unidas Podemos, lo llaman así las ONGs que trabajan por los derechos humanos. No sabemos lo que está pasando con la millonada de dinero que se le da a Turquía para enviar a las personas migrantes allí para evitar que vayan a Grecia, cuando Turquía está bastante denunciada por países vecinos por violación constante de derechos humanos. No se sabe muy bien cómo se está gestionando el dinero que se le está dando a Erdogan. Que Borrell se haga el loco y diga que desconoce por qué le llamamos así, hace pensar que miente o no se entera. A lo mejor de estar tantos años en las instituciones viviendo de la política ha hecho que no tenga interlocución con la sociedad civil y con las ONG que están defendiendo los derechos humanos.
-¿Pero qué medidas concretas plantean para resolver esta crisis ustedes?
-Un salvamento marítimo común de la Unión Europea como el español; vías legales y seguras. La gente no va a dejar de emigrar porque pongamos cuchillas en las vallas o porque se les devuelva a Turquía, huyen de guerras. Lo que hay que hacer es que Europa se responsabilice. Estamos siendo cómplices de guerras. Es hora de plantearse que hay que cuestionar también la política exterior e ir hacia una política exterior feminista que no tiene nada que ver con la que se está haciendo ahora mismo. No podemos tener el Mediterráneo convertido en un cementerio, en una fosa común.
-¿Qué le diría a ese más de 80% de españoles, según el CIS, que sienten las elecciones europeas demasiado lejanas?
-Es totalmente comprensible que la gente sienta a Europa muy alejada y no es un motivo geográfico, sino simplemente que la forma de funcionar las instituciones europeas no es la correcta. Hay que democratizar mucho Europa. No puede ser que el Parlamento Europeo, que es la única institución elegida por los pueblos de Europa no tenga iniciativa legislativa. Si la gente percibe que no tiene la capacidad que realmente tiene un parlamento normal, habrá que democratizarlo. También tenemos que tener control fiscalización de los cargos europeos en todas las instituciones empezando por el BCE. Y después la actitud de los políticos ha sido de retiro dorado al servicio de grandes lobbies. Si como político no te acercas a la gente, te terminan viendo como un burócrata encerrado en un despacho. Todo esto son las causas de porqué las sentimos alejadas y comprendo que la gente lo sienta así. Pero a esto hay que darle la vuelta y llenar el Parlamento Europeo de gente que no vamos a comportarnos como burócratas.