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#FALLESUNESCO / OPINIÓN

Fallas, música y patrimonio

1/12/2016 - 

VALENCIA. La Fiesta de las Fallas supone el sistema cultural más extendido de la ciudad de Valencia y de otras ciudades donde esta tradición supone su celebración principal. Según nos dice Villavieja en una publicación del SARC de la Diputación de Valencia de hace unos años ,todo sistema cultural debe tener en sostenido equilibrio las tres patas que lo soportan: tradición o conservadurismo, innovación y nueva entrada de miembros al mismo.

El conservadurismo es imprescindible en todo sistema cultural, si no hay quien asigne un valor fuerte y representativo a lo que se ha hecho hasta entonces, es que nada de lo hecho vale y todo puede ser cambiado. Todo pasa a ser volátil. La tradición desaparece y el elemento cultural se mueve en errática trayectoria.

Pero si el conservadurismo es necesario, y de eso en las fallas hay a raudales, no lo es menos la innovación. Sin innovadores, los sistemas culturales se congelan y se convierten en cuadros estáticos reflejo del momento en que murieron. No es que la fiesta fallera sea precisamente un ejemplo de liderazgo en los procesos innovadores de nuestra sociedad, pero  parece suficiente lo que hay, a razón de la buena salud del momento fallero que vivimos.

La entrada de nuevos miembros está garantizada por la tradición de vestir a niños y niñas con sus primeros atuendos de la fiesta y, antes de lo que los reglamentos dicen, ponerles en la mano “coets”, “bombetes” o “xinos”. No quisiera valorar aquí si el equilibrio de estos tres pilares es satisfactorio, o si el trípode cojea. Ilustres tiene la fiesta que lo harán mejor que nosotros y a ellos les dejo la tarea. Mi intención es la de reflejar algunos elementos que seguro que reforzarán, respectivamente, cualquiera de esos tres pilares, con lo que,equilibrios al margen, seguro que la fiesta gana en peso, novedad y juventud. 

TRADICIÓN: si usted quiere conservar la fiesta bien conservada, póngale lo que hay que poner y evite el deplorable espectáculo que se da en ocasiones cuando falleros y falleras pasean sin música por la calle. A estas alturas igual da ya con una banda de música que con un grupo de dolçainers i tabaleters o de cornetes i tambors. Por supuesto, si es una banda mejor. Pero no ponga a cuatro músicos, ponga unos pocos más. Que la música suene bien, agradable a oídos del público, lujoso para quien desfila o pasea. Contrate a una sociedad musical, que le entregue una factura con IVA, no a 20 músicos que se reparten lo que les dan sin más impuestos -o sea cobrando en negro-, y que esa sociedad musical lleve a su banda al completo o a una buena porción de la misma: 40, 60… cuantos más mejor, luzca música como hacen los moros y cristianos. 

La sociedad musical compensa -en la mayoría de los casos- los gastos de esos músicos por desplazarse y tocar, y deja para el fondo social parte de lo cobrado como forma de mantener la sociedad, pagar al director, profesorado, alquileres, gastos de funcionamiento… o sea, contribuyamos desde las Fallas al mantenimiento del otro gran sistema cultural, esta vez de nuestra Comunitat Valenciana: las sociedades musicales. De lo contrario, si la declaración de BIC de las Fallas dice únicamente de la música que suele acompañar a las actividades falleras, sin entrar en más, o el lugar ocupado por las sociedades musicales en el universo fallero es el que es y así lo refleja el expediente aprobado ahora por la UNESCO, pues mal vamos.

INNOVACIÓN: Un repertorio de música fallera, concursos de composición de música relacionada con la fiesta, mayor valoración en los premios de esa música que acompaña a las comisiones, premios incluso para las mejores bandas, más relevancia de la música en los “llibrets”; queda tanto por hacer, por innovar… 

ENTRADA DE NUEVOS MIEMBROS: recuerdo cuando íbamos a tocar a la falla de pequeños, recuerdo que mis primeros petardos fueron en la primera despertà que toqué con los falleros, tenía 8 o 9 años y ya iba yo con mis platos en la banda, ellos eran los especialistas, ellos me metieron el gusanillo, ya no he podido dejarlo, cada mes de marzo anhelo volver a notar el olor de la pólvora ,explosiones y música, ruido y sinfonía, falleros y músicos, falleras y músicas,cada mes de marzo vuelvo a ser un niño.

Es más lo que nos une que lo que nos separa: Tradición, innovación y permanencia. En equilibrio. Nuestras felicitaciones a ese inmenso colectivo. Desde la primer aindustria cultural de la Comunitat a la primera industria cultural del Cap i Casal. ¡¡Enhorabuena!!

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Pedro Rodríguez, presidente de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV)

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