VALENCIA. Siete años consecutivos de pérdidas y descenso de actividad han situado a Feria Valencia al borde del colapso. El balance de la entidad de 2015 refleja el nivel de deterioro previo al pacto con el Ayuntamiento y la Generalitat para su rescate, que implica asumir toda su deuda y ceder la gestión a una firma mixta de mayoría privada. El retraso para sacar adelante ese plan, marcado por el cambio de signo político en las administraciones y la investigación abierta en la Fiscalía sobre la gestión anterior, ha provocado que Feria Valencia llegue muy tocada a la orilla, según admite en sus cuentas anuales.
La consecuencia de varios ejercicios acumulados de números rojos se evidencia en la desaparición de todas las reservas. Los 4,6 millones de euros que figuraban en el balance del ejercicio anterior se transforman en 2015 en reservas negativas por importe de 1,16 millones al compensar los 5,8 millones de pérdidas de 2014. El fondo de maniobra -capacidad de pago a corto plazo- empeora de 3,5 millones de euros en negativo a -5 millones, mientras que los fondos propios caen por debajo del medio millón de euros negativo.
Las medidas de ajuste que los nuevos gestores han introducido en los últimos años han servido para reconducir la situación, pero no corregirla por completo. El año pasado, las pérdidas aún fueron de 2,58 millones de euros, muy por debajo de los 5,80 del ejercicio anterior o de los 9,2 de 2013. El resultado de explotación mejoró un 80% respecto al de 2014 gracias al ahorro en personal, pero se situó en 460.000 euros negativos.
De hecho, el informe de gestión destaca como uno de los principales logros del ejercicio la reducción del 20% en los costes de plantilla tras aplicar su último ERE. De los 7,34 millones de euros que costaba la plantilla de Feria Valencia antes de la última ronda de despidos, se ha pasado a 119 empleados con un coste de 5,89 millones.
La facturación fue muy similar a la del año anterior, casi 16,4 millones de euros, de los cuales 10,3 estuvieron directamente relacionados con la actividad ferial y el resto con eventos y otros ingresos. Cevisama, con 5 millones de euros, junto a las ediciones celebradas en Madrid de Fimi y Día Mágico, con 1,7 millones, fueron las que más aportaron. Hábitat, la antigua Feria del Mueble, sumó 1,2 millones de euros.
En el último ejercicio, el comité ejecutivo y la dirección general han actualizado las proyecciones de tesorería para el periodo 2012-20. Las últimas medidas de ajuste han reducido paulatinamente las tensiones de tesorería y disminuido el déficit de explotación. Como muestra, en las cuentas se recuerda que los gastos de estructura y los de personal de Feria Valencia se han recortado un 73% y 64%, respectivamente, en comparación con 2009.
Pese a ello, los responsables del recinto no prevén generar "excedentes líquidos" al menos hasta de 2018. Las cuentas, formuladas antes de que el patronato acordase el plan que implica asumir los casi 600 millones de euros de Feria Valencia, aseguran que pese a la mejoría que se vislumbra a medio plazo el recinto solo podría hacerse cargo de "una parte" de esas deudas. Un informe de la Intervención de la Generalitat estimó que la factura para las arcas públicas podría superar los mil millones de euros.
En 2015, tal y como ocurre desde 2009, la Generalitat se ha hecho cargo de la devolución de los créditos que sirvieron pagar las dos fases del plan de ampliación y modernización. En concreto, la administración autonómica aportó en 2015 algo más de 31 millones y en 2016 rozará los 32, pero los imprevistos en la tramitación del presupuesto de la Generalitat en Les Corts han ocasionado algunos sobresaltos en los meses recientes.
De hecho, según recoge el apartado de hechos posteriores al cierre del ejercicio, el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) ha tenido que prestar 15,83 millones de euros a Feria Valencia para evitar el impago por parte de la Feria de un vencimiento del 15 de marzo de este mismo año de un crédito de 160 millones otorgado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
El IVF tuvo que movilizar esos recursos con urgencia porque, a pesar de que las subvenciones nominativas para Feria Valencia estaban en el presupuesto de la Generalitat para 2016, en el trámite parlamentario se aprobaron enmiendas que modificaron el contenido de las líneas de subvención, cuyo beneficiario pasó de ser Feria Valencia (nominativo) a Ferias Muestrario de la Comunitat Valenciana (línea genérica). El origen del problema fue un error del grupo parlamentario de Podemos en la votación de enmiendas presentadas por Ciudadanos.
Más allá del sobresalto que supuso haber rozado el default con un crédito del BEI, la transacción no tendrá mayores consecuencias sobre las cuentas de la Generalitat, ya que el contrato de préstamo otorgado por el IVF obliga a reembolsarle los fondos en el momento en que Feria Valencia perciba de la Generalitat ese importe. Además, el pleno del Consell aprobó recientemente un decreto ley para arreglar este entuerto.
Pero este no ha sido el único susto que Feria Valencia se ha llevado con la tramitación de los presupuestos de la Generalitat. Otra de las enmiendas cambió el destino de un millón de euros de la línea nominativa a favor de Feria Valencia "a una línea nominativa a favor de otro beneficiario" (IFA Alicante). En este caso, aunque se tramita una modificación, las consecuencias son limitadas porque se trata de una cantidad que se compensa con la bajada de los tipos de interés, según se explica en las cuentas.
Por otro lado, Feria Valencia volvió a beneficiarse en 2015 -ya lo hizo en 2014- de dinero procedente del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) para poder pagar tanto a proveedores como atender vencimientos de deuda financiera. El recinto recuerda que cumple los requisitos para acogerse a este mecanismo de liquidez extraordinario porque desde 2013 está considerada como "unidad institucional pública dependiente de la Comunidad Valenciana y, por tanto, dentro del sector de administraciones públicas a efectos de contabilidad nacional".
Así, en 2015 la Generalitat destinó a Feria Valencia una partida del FLA de 5,61 millones de euros para hacer frente a deudas vencidas con proveedores entre abril y diciembre. A ella se suma otra partida para atender los vencimientos de determinados préstamos, -principal e intereses-, por importe de 1,17 millones para pagar vencimientos de un crédito concedido en su día por Banco de Valencia (actualmente CaixaBank).
Las cuentas de 2015 son las terceras que la entidad ferial ha presentado en el registro en sus casi cien años de historia. Sus anteriores responsables siempre se mostraron reticentes a ser fiscalizados por la Sindicatura de Comptes alegando su naturaleza privada. Como en las últimas presentadas, el auditor incluye en las cuentas de 2015 un párrafo de énfasis en el que recuerda cómo la Generalitat se hace cargo desde 2009 de la devolución de la deuda y asegura que, la generación prevista de beneficios a largo plazo no le permitiría a Feria Valencia hacerse cargo por sí sola de ese pasivo.
El recinto ferial tiene constituidas provisiones por importe de casi 4 millones de euros por la deuda que arrastran con ella los clientes de ferias (1,74 millones) y eventos (1,66 millones). En este apartado destaca no obstante la cuenta pendiente con Teyoland, el inversor al que Feria Valencia le alquiló uno de sus pabellones para que instalara una tienda de muebles y decoración pero que acabó cerrando pocos meses después. Hoy aún debe 884.109 euros a Feria Valencia por las rentas impagadas.