Fernando Giner y Mari Carmen Sánchez... corazón partido

VALÈNCIA. Después de que la dirección nacional de Ciudadanos relegara a Alexis Marí como portavoz del grupo naranja en Les Corts, nuevas piezas del puzzle del partido debían ser encajadas. La portavoz Mari Carmen Sánchez se ha debido adaptar a su nuevo papel de oposición al Consell de Ximo Puig y de portavoz de su partido en Les Corts. Pero no solo con otras fuerzas políticas de la Cámara valenciana ha tenido que buscar su espacio. Sánchez también ha debido definirse dentro de la propia formación.

Para dar un impulso a este cometido, el pasado miércoles celebraba un desayuno informativo con distintos medios de comunicación. Un encuentro en el que definía la línea estratégica que llevaría a cabo el partido con ella al frente. Pero no todo salió según lo planeado; no siempre llueve a gusto de todos. 

Si bien la nueva síndica lanzaba una idea reseñable por el contexto –el partido trabaja en un pacto antitransfuguismo cuando el goteo de bajas en Ciudadanos está siendo considerable desde que cambiaran los estatutos de las siglas naranjas en el cónclave nacional–, hubo otras cuestiones que deslizó. Aspectos que no eran nada baladí.

Situada en el ala favorable al aparato, en aquella cita la nueva síndica hizo un marcaje al discurso regionalista de Fernando Giner. Apuntó que el partido debe superar "batallas innecesarias" porque en Ciudadanos tienen "el corazón partido entre la bandera española, la Senyera y la europea" –en referencia al logo del partido–, y advertía de que hay "cosas más importantes que centrarse en nuestra idiosincrasia". 

Una cuestión que desagradó al actual portavoz autonómico. De hecho, fuentes del partido consultadas por Valencia Plaza señalan que a la mañana siguiente se produjo una conversación de tono elevado entre ambos en la que el portavoz autonómico le trasladó su malestar por estas declaraciones e incluso fuentes de su entorno se desplazaron a Les Corts para abordar el tema.

Pero no solo a cuenta de aquel titular se recrudecía su relación y se producía tal desencuentro entre ambos. Que Sánchez marcara distancias y definiera el papel que cada uno tiene en la Comunitat Valenciana –a Giner lo encorsetó en su papel orgánico y encargado de trasladar las decisiones de Madrid a la autonomía por hallarse en la Ejecutiva, para acometer ella la política autonómica a desarrollar en Les Corts–, tampoco sentó bien al líder autonómico. La nueva etapa de Ciudadanos no empieza con buen pie.