La nueva portavoz de Ciudadanos en Les Corts, Mari Carmen Sánchez. Foto: EVA MAÑEZVALÈNCIA. Ciudadanos vive un nuevo período interno. Con una síndica en Les Corts que anunciaba un cambio de estrategia apenas unos días después de llegar al cargo, Mari Carmen Sánchez quiere huir de los fantasmas del pasado. Los debates sobre temas convulsos como el de identidad y lengua que en su día agitaron al partido naranja, "son batallas innecesarias" que se deben superar y no resucitar.
Con estas palabras pronunciadas en un desayuno informativo celebrado este miércoles, la nueva síndica se refería -preguntada por los periodistas- a la estrategia por la que ha apostado el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de València y voz orgánica de los naranjas en la Comunitat, Fernando Giner. Simbolizando el ala más regionalista del partido de Albert Rivera en la autonomía, el también miembro de la Ejecutiva nacional ha centrado su oposición al tripartito en estos dos temas -identidad y lengua-. Una táctica rechazada por los críticos de la formación naranja en Les Corts encabezados por el entonces portavoz, Alexis Marí, pero que sin embargo, sí secundaron el tridente dirigente de Emilio Argüeso, Juan Córdoba y Emigdio Tormo, que defendían durante la tramitación de la ley de señas de identidad que no se votara a favor de derogar la ley.
Así, este miércoles, Sánchez quiso pasar de puntillas sobre este tema y aseguraba que en Ciudadanos son "constitucionalistas", pero no han llegado a la política "para sacar la bandera española, Senyera o cuatribarrada", sino para centrarse en temas sociales como educación o sanidad. Y recriminaba: "Frente a aquellos que dicen que el valenciano y el catalán es la misma lengua… ¿no hay temas más importantes que este? Somos valencianos y cada uno siente el valencianismo como quiere y le apetece. Están generando polémicas donde no las había y que son estériles".
Pese a las declaraciones de la nueva portavoz, Ciudadanos se fracturó recientemente por dicha cuestión. Cuando el PP presentó una proposición No de Ley especial y de urgencia en febrero para pedir a la Cámara que defendiera que el valenciano "es el idioma oficial de la Comunitat Valenciana, distinto y autónomo de cualquier otra lengua y en concreto del catalán", el grupo naranja se dividía de nuevo y la dirección nacional intervenía para determinar el posicionamiento que debían adoptar. El partido entonces no se la quiso jugar. Descartaron saltarse lo dictaminado por Madrid. Con la patata caliente encima de la mesa, Ciudadanos apostó por evitar a toda costa que el debate lingüístico aflorase. Así, mantuvieron un perfil bajo presentando una enmienda de sustitución como fórmula alternativa que les permitiera salir del debate ilesos. Sin heridas aparentes.
Ahora bien, la cuestiones identitarias han creado más dolores de cabeza a Ciudadanos. Es más, se han dado enfrentamientos que, incluso, sirvieron como detonante para la salida de miembros la propia dirección nacional. El ejemplo más claro es el de la eurodiputada Carolina Punset. Así, mientras la exportavoz de los naranjas en Les Corts tildaba en las redes sociales de "trozo de tela" la Senyera y recordaba que entre los principios fundacionales del partido se encontraban "como propósito irrenunciable la desarticulación de cualquier tipo de nacionalismo, incluyendo el regionalismo no independentista", la dirección afín a Giner se desmarcaba de su entonces compañera. "Representa los mejores valores de la sociedad valenciana: la unión, el esfuerzo, el respeto y la lealtad nacional", reprochaba la formación naranja desde su cuenta oficial.
En este sentido, inquirida por si con estas declaraciones la nueva síndica se acercaba más al posicionamiento de la eurodiputada Punset, Sánchez apelaba al ADN del partido. "No es que piense como Carolina (Punset) y no como Fernando (Giner). Pienso como el partido. Cada comunidad tiene su propia identidad, la respetamos y la entendemos, pero no nos podemos enrocar en este tipo de polémicas en cada autonomía. Hay cosas más importantes que centrarse en nuestra idiosincrasia", cerraba para evitar más polémicas. Aunque, con su posicionamiento, mostraba distancia con la estrategia de Giner en el Ayuntamiento.
