VALÈNCIA. La pandemia del coronavirus ha afectado intensamente a las empresas de transporte público. La bajada en el número de viajeros ha golpeado directamente a las arcas de las compañías y esto también ha afectado a Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), quien ha reducido drásticamente el número de usuarios desde el mes de marzo.
Según señalaba este lunes el conseller de Obras Públicas, Política Territorial y Movilidad, Arcadi España, los primeros meses de pandemia han acarreado una "brutal pérdida" de ingresos en FGV que ronda los 8 millones de euros pero poco a poco "se va recuperando".
"Pasamos del 100% de ocupación a 16.000-17.000 personas diarias", señalaba, a la vez que reconocía el alivio que supone el colchón de 40,9 millones del Gobierno de España, que se repartirá entre FGV y concesiones de transporte.
Según señalaba España, vendrá bien el "colchón" de 40,9 millones de euros en ayudas al transporte público que recibirá la Comunitat Valenciana de los 800 millones que el Gobierno central repartirá entre las distintas regiones para el transporte par superar la crisis de la Covid-19.
En relación a este paquete de ayudas, muy criticado por el Ayuntamiento de València, que denuncia que se quedará fuera, el conseller apelaba "sensibilidad" al Ejecutivo central con los consistorios que también tienen sus servicios de transporte público y también han sufrido una caída de usuarios, remarcaba.
En este sentido, preguntado sobre los motivos que han llevado a no canalizar estas ayudas a través de la Autoridad del Transporte Metropolitano, el conseller argumentaba un criterio técnico". Según explicaba, "Madrid y Barcelona tienen mayor integración tarifaria y más títulos coordinados entre ellos", por lo que resulta "más fácil" la recepción a través de las autoridades del transporte metropolitanas".
En todo caso, explicaba que "de esa cantidad se prorratea y se quita la parte que sería para la EMT" de allí con lo que "el resultado es el mismo, el instrumento diferente". Cabe recordar que, en la EMT, la declaración del estado de alarma obligó a la empresa a reducir su servicio de autobuses a la mitad y experimentar una caída de usuarios de hasta el 90%. De hecho, entre los meses de abril y marzo los ingresos cayeron 6 millones de euros respecto a lo proyectado por las cuentas de 2020.