VALÈNCIA. Ford acelera sus planes de electrificación en Europa con el lanzamiento de siete nuevos modelos, que empezarán a producirse en sus plantas del Viejo Continente a partir de 2024. Una estrategia que incluye la fabricación de tres nuevos turismos y cuatro vehículos comerciales con los que la firma automovilística espera vender más de 600.000 coches eléctricos al año en Europa a partir de 2026. No obstante, sobre el futuro de Almussafes sigue reinando el silencio.
"Hoy no tenemos anuncios para Valencia", señalaba este lunes Stuart Rowley, director de Ford Europa, durante la presentación del plan 'Ford Europe: Spring 2022'. De esta forma, sigue sin concretarse el futuro de la factoría valenciana en los planes de la compañía. Sin embargo, era algo previsible ya que Ford todavía no ha decidido qué planta salvará: si Almussafes o la alemana de Saarlouis. Por tanto, mientras no se despeje esa incógnita, el porvenir de la planta de Valencia seguirá siendo una incógnita y las instalaciones valenciana se mantendrán al margen de cualquier decisión de la compañía.
Y es que cabe recordar que en este momento la fábrica valenciana se encuentra en plena batalla con la de Saarlouis para adjudicarse alguno de los dos vehículos eléctricos que Ford todavía tiene pendientes de adjudicar. La competición sigue vigente después de que ambas plantas presentaran a la compañía sus planes de ajustes para optar a la nueva carga de trabajo. Unas propuestas a las que se sumaron ofertas de apoyo por parte de las diferentes administraciones de cada país para demostrar las fortalezas y las competitividad de cada una.
Pero la decisión aún no está tomada. No será hasta el mes de junio cuando haya un anuncio oficial por parte de la central en Detroit y se comunique qué factoría gana la batalla. Porque la pugna entre ambas factoría implica la supervivencia de una de las instalaciones. La multinacional ya ha dejado claro que la que no se adjudique los nuevos vehículos tiene complicado su futuro, por lo que la decisión que se conocerá en verano determinará el porvenir de ambas factorías.
Por tanto, hasta que no llegue esa fecha, la multinacional no se pronunciará sobre Almussafes ni sobre una posible carga de trabajo, que dependerá de la que gane la partida. La factoría valenciana presentó un plan de ajustes con contención salarial y flexibilidad laboral para intentar convencer de su idoneidad, pero los alemanes han ido más allá con una oferta que incluye recortes para sus tres plantas en Alemania, lo que tendrá un impacto sobre 20.000 trabajadores frente a los cerca de 6.200 empleados valencianos. Sobre los detalles de la propuesta de Saarlouis no ha trascendido nada.
Lo que sí desveló este lunes Ford Europa es que en 2023 comenzará la producción en Colonia (Alemania) de un crossover de tamaño medio totalmente eléctrico al que se sumará un segundo modelo eléctricos un año después, es decir, en 2024. La producción prevista de vehículos eléctricos en Colonia se espera que sea de 1,2 millones de vehículos en seis años, con una inversión total en producto de 2.000 millones de dólares (1.824 millones de euros). Otro modelo será el Puma, que contará con una versión eléctrica producida en Craiova (Rumanía) a partir de 2024.
Mientras que de vehículos comerciales, la gama Transit incluirá cuatro nuevos modelos: la completamente renovada furgoneta Transit Custom de una tonelada y Tourneo Custom de uso mixto en 2023, que se producirán en Turquía; y la nueva generación de la furgoneta Transit Courier y la versátil Tourneo Courier que llegarán en 2024 desde Rumanía.
A principios del mes de marzo, el grupo Ford confirmó su objetivo de fabricar más de dos millones de vehículos eléctricos globalmente al año para 2026, lo que supondrá un tercio del volumen mundial de fabricación de la empresa y llegará al 50% para el año 2030. La multinacional prevé invertir 5.000 millones de dólares (4.500 millones de euros al cambio actual) este año en materia de movilidad eléctrica a nivel global.
Por otro lado, Ford también anunció que ha llegado a un acuerdo para la puesta en marcha de una nueva empresa conjunta para crear una planta de baterías en Turquía. La sociedad estaría localizada cerca de Ankara y producirá celdas de NMC con alto contenido en níquel para ensamblaje en módulos de baterías. Se prevé que la producción comience a mediados de la década con una capacidad anual aproximada en el rango de 30 a 45 gigavatios hora (GwH).
La inversión que los tres socios están planeando, incluyendo el apoyo del Gobierno turco, beneficiará directamente a los operadores de vehículos comerciales pequeños y grandes en toda Europa, reduciendo los costes de energía y de funcionamiento y proporcionando una contribución significativa a la reducción de dióxido de carbono (CO2).