A partir de septiembre el sistema universitario español, empujado por la covid-19, impulsará su transformación digital con la 'formación híbrida', modalidad docente que combina las clases presenciales con la educación a distancia.
El confinamiento que hemos vivido como respuesta a la crisis sanitaria global ocasionada por la covid-19 ha obligado a la comunidad educativa a cambiar las clases 100% presenciales por la educación 100% en remoto de un día para otro. Todo un reto para un sistema mayoritariamente presencial, más del 80% de los universitarios españoles están matriculados en universidades presenciales, la formación profesional es presencial en más de un 85% y el bachillerato presencial está cercano al 95%. Primaria y secundaria son prácticamente presenciales en su totalidad, ofreciéndose la formación a distancia para casos especiales. Estas circunstancias excepcionales han resaltado la capacidad del sistema para adaptarse a un escenario radicalmente diferente en un lapso brevísimo de tiempo, pero también han puesto de manifiesto las debilidades en lo que respecta a la necesaria transformación digital del sistema.
En el caso universitario, en julio se presentaron los resultados del estudio 'Situación y retos de las universidades españolas ante la transformación digital', elaborado por la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades Españolas y la Red de Fundaciones Universidad-Empresa. Según el estudio, la pandemia ha evidenciado que las universidades españolas “estaban parcialmente digitalizadas o habían experimentado algunos proyectos de transformación de cara al futuro, pero aún estaban muy lejos de haber completado, e incluso iniciado, su Transformación Digital”.
"los planes de contingencia buscan facilitar las clases presenciales, pero prevén la posibilidad de volver a un confinamiento que exija la formación en remoto"
Una vez concluido el curso académico 2019/20 comienzan a resultarnos familiares términos como telepresencialidad, teleconferencia, e-learning, formación on-line, clases síncronas (en directo)/asíncronas (en diferido), plataformas LMS. Detrás de todos ellos hay una componente tecnológica impresionante que requiere de inversión en infraestructuras y equipos digitales, pero no menos importante es la componente metodológica que reclama formación.
Sin tiempo para esperar a la articulación del Plan a 5 años 'Uni-Digital', una de las 48 medidas de la agenda España Digital 2025 presentada en julio por el Presidente del Gobierno, y que se centrará en “imprimir un impulso de los procesos de digitalización en la Educación Superior”, las universidades ya han preparado sus planes de contingencia para el curso que comienza en septiembre.
Haciendo uso de la autonomía universitaria y teniendo en consideración las recomendaciones de la administración pública, así como el cumplimiento de las medidas sanitarias, entre otras el requerimiento del metro y medio de distanciamiento físico, las universidades han contemplado distintos escenarios docentes de cara a la incierta evolución de la covid-19 para el curso próximo.
Todos los planes de contingencia buscan facilitar las clases presenciales en la medida de lo posible, pero también prevén la posibilidad de volver a un confinamiento que exija la formación en remoto. Y también consideran escenarios intermedios en los que una parte de los estudiantes, los que permita el aforo con la regla del metro y medio de distanciamiento social, estén en el aula y la otra parte asista en remoto simultáneamente (síncronamente) por videoconferencia. En este último caso el Ministerio de Universidades recomienda una rotación periódica entre el grupo de alumnos presenciales y el grupo en remoto.
En definitiva, en el próximo curso académico se combinarán de varias maneras las clases presenciales con la educación a distancia. En el contexto educativo es habitual referirse a tal modalidad de aprendizaje como formación o modalidad “híbrida”. Las universidades, en sus planes de contingencia, además de modalidad híbrida han utilizado términos como docencia bimodal, doble presencialidad, modelo mixto, semipresencial. Y al menos dos universidades han previsto la modalidad HyFlex (híbrida-flexible) que combina clases presenciales con clases a distancia síncronas y asíncronas.
La pandemia ha provocado la tormenta perfecta en el sistema educativo para acelerar la necesaria digitalización de sus procesos. Nos encontramos frente a un nuevo reto no menor. La transformación digital en el proceso de aprendizaje va mucho más allá de disponer de infraestructuras TIC y de dispositivos digitales. Afecta directamente a elementos clave del proceso formativo: metodologías, actividades, recursos de aprendizaje, seguimiento del estudiante y sistema de evaluación. No es lo mismo motivar a un estudiante en una clase presencial que conseguirlo con la “red” de por medio. Es tiempo de abordar la complejidad de los cambios tecnológicos y de innovar para mejorar la experiencia de aprendizaje de los estudiantes.
Lo bueno es que la formación híbrida no es algo nuevo, con lo cual podemos encontrar mucha literatura especializada para no tener que reinventar la rueda. A modo de ejemplo, el término HyFlex se acuñó hace más de una década por el Dr. Brian Beatty, profesor de la Universidad estatal de San Francisco. El profesor Beatty editó en 2019 un libro electrónico de acceso libre sobre su experiencia y la de otros profesores y estudiantes con la modalidad HyFlex que muy oportunamente pudiera convertirse en un libro de lectura y consulta para este verano…y más allá.
Enrique Fernández del Río es responsable de Relaciones Internacionales y Desarrollo Corporativo de Barreira Arte + Diseño.