VALÈNCIA. Uno de los objetivos de la Estrategia a Largo Plazo para una Economía Española Moderna, Competitiva y Climáticamente Neutra en 2050 (ELP 2050) elaborada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) es que el sistema energético esté basado fundamentalmente en energías renovables, representando un 97% en el consumo final. Y aunque España consiguió cubrir un 21,4% de su demanda energética con renovables el pasado 2020, superando con ello el objetivo del 20% establecido por la normativa europea todavía queda mucho por hacer.
Y en este contexto la solución pasa principalmente por dos vías: la tecnología y la innovación. Para conseguir el objetivo de un mix energético con menos emisiones de CO2 se necesitan herramientas que favorezcan el uso de energías de origen renovable y que faciliten la integración del almacenamiento energético, es en el desarrollo de nuevas tecnologías para las redes eléctricas donde se conseguirá dicho objetivo y se favorecerá la aparición de nuevas figuras como las comunidades energéticas locales, el agregador, la generación distribuida, la gestión de la demanda, los servicios de flexibilidad, entre otros muchos.
La digitalización energética nos permite disponer de los datos que es necesario sean analizados de manera que se les dote de valor y faciliten el desarrollo de las diferentes tecnologías que permitan la consecución de los objetivos tanto en la generación como en el consumo. ¿Qué se consigue con ello? Aprovechar al máximo los recursos energéticos distribuidos, reducir el coste de la energía que se consume y reducir costes por ineficiencias energéticas, con un mejor control del coste energético que se repercute a cada una de las unidades de venta de las empresas, así como de su huella de carbono.
Por su parte, las comunidades energéticas locales están posicionándose como un actor fundamental para el aprovechamiento de las energías renovables, tal y como se refleja en la Estrategia Valenciana de Cambio Climático que ha puesto en marcha el Consell para favorecer su expansión. Todo indica que en los próximos años se va a ver un despliegue de estas comunidades energéticas en las que se avanza hacia un modelo colaborativo entre la administración pública, la empresa privada y la comunidad municipal que genera energía de fuentes renovables, minimizando el impacto negativo al medio ambiente, y que además genera nuevas oportunidades de negocio local y permite que sus habitantes mejoren su de calidad de vida.
En este escenario nace el proyecto GAMMA, desarrollado por el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE), perteneciente a Redit, con la financiación de IVACE. GAMMA (Gestión digitalizada de la energía, autoconsumo, movilidad eléctrica y almacenamiento) une esas dos vías. Por un lado es un demostrador de la gestión digitalizada de la energía que tiene como objetivo permitir a las comunidades energéticas, empresas y usuarios un mayor aprovechamiento de sus propios recursos energéticos, así como analizar en tiempo real la eficiencia del sistema energético.
Este laboratorio piloto de digitalización energética, ubicado en la sede del ITE, en las instalaciones del Parque Tecnológico de Paterna, ha sido ideado como un entorno demostrativo y de validación en el que poder testear el conjunto de herramientas innovadoras en el marco de una comunidad energética. Así ITE ha integrado todas las herramientas y tecnologías de la industria 4.0 centralizadas en una única instalación, combinando la gestión energética inteligente con tecnologías facilitadoras (Data Analytics, tecnologías IoT, BigData), además de la puesta en marcha de un gemelo digital.
Por otro lado, GAMMA funciona como una comunidad energética ya que está abierto a la participación voluntaria de asociaciones, cooperativas, organizaciones sin ánimo de lucro, empresas y también administraciones locales, que pueden comprobar las ventajas de la digitalización de la energía en el control del consumo energético y de las ineficiencias del sistema. De hecho, una de las características de GAMMA es que su desarrollo ha sido posible gracias a la colaboración de empresas como Ibérica de Aparellajes, Nutai, Ampere Energy, Prosolux y Greenb2e, «lo que hace aún más efectivo este demostrador, pues responde a necesidades reales», explica Miguel Rivas, presidente del ITE, quien añade que GAMMA «permite dar viabilidad a las comunidades energéticas a través de un desarrollo tecnológico absolutamente innovador».
La generación de energía procedente de fuentes renovables, la distribución, el suministro, el consumo, la agregación, el almacenamiento de energía, la prestación de servicios de eficiencia energética o la prestación de puntos de recarga para vehículos eléctricos son alguna de sus principales actividades.
Para ello GAMMA se estructura en torno a dos áreas. Un área de monitorización y gestión en tiempo real de las variables energéticas para mejorar la planificación de los recursos y eliminar ineficiencias. Eso permite gestionar los recursos de forma óptima, remota y descentralizada favoreciendo el mantenimiento predictivo y la gestión de la demanda con el fin de mantener la estabilidad de la red, detectando puntos ineficientes y aportando soluciones a los mismos
La segunda área es el desarrollo un gemelo digital energético y eléctrico de las infraestructuras, pionero en el sector, capaz de replicar virtualmente los elementos más significativos que forman parte de la instalación, permitiendo predecir el efecto que pudiera derivarse de cambios en la política energética de la empresa o en la estructura de aprovisionamiento energético. «GAMMA se convierte en el entorno tecnológico perfecto para que las empresas desarrollen sus propias soluciones, impulsando un futuro sostenible y empodera al usuario final habilitando su participación activa en esta transición energética».
Las empresas y comunidades energéticas locales tienen en GAMMA un aliado para su gestión energética a través del mejor control del gasto y las ineficiencias, la reducción de la huella de carbono de productos y servicios, la mejora del aprovechamiento de los recursos propios y de los costes de consumo de red, la ayuda en la toma de decisiones, una oferta de soluciones de mayor calidad, o predecir el impacto que tendrá dicha solución y asegurar la viabilidad técnica de la misma sin necesitar instalar equipos físicos en la instalación del cliente gracias a la implantación de un gemelo digital energético entre otras ventajas. «Este nuevo laboratorio de digitalización energética plantea la energía como una nueva oportunidad empresarial fomentando el desarrollo industrial», comenta el presidente del ITE. Empresas de servicios, desarrolladoras de hardware, desarrolladoras de software y digitalización, ingeniería, empresas de movilidad sostenible, agregadores o distribuidoras eléctricas, industria electrointensiva, entre otras pueden verse beneficiadas de la aplicación de esta plataforma.
A ello se unen los beneficios del proyecto para la sociedad, tales como favorecer el uso de energías de origen renovable o la eficiencia energética de los procesos productivos, y por lo tanto la reducción general del consumo energético. Asimismo, permitirá ofrecer al consumidor final información sobre la huella de carbono del producto que compra, generará nuevos puestos de trabajo dedicados a la rama del desarrollo sostenible e impulsará el uso del almacenamiento energético ofreciendo una solución para la segunda vida de las baterías.