VALÈNCIA. Hace más de 20 días que la provincia de Valencia se vio gravemente afectada por la catástrofe de la Dana. Una situación que provocó inundaciones en decenas de municipios, afectando a decenas de miles de ciudadanos y a más de 8.000 locales en los que hasta el 29 de octubre se ubicaban negocios. De hecho, uno de los indicadores que muestra los estragos en la zona damnificada es la caída del consumo, tanto a nivel presencial como electrónico, durante las primeras semanas tras el episodio.
Si un informe del centro de estudios de BBVA ya remarcaba una elevada caída del gasto en la zona cero de la Dana, este miércoles CaixaBank Research ha lanzado un estudio que revela que más del 90% de los comercios de los 15 municipios más afectados estuvieron inactivos durante los primeros días de temporal. Un porcentaje que fue disminuyendo de manera progresiva hasta situarse ligeramente por debajo el 70% el 9 de noviembre, último día del que se dispone de información.
Para la elaboración de este documento se han utilizado datos exclusivos de CaixaBank, calculados en base a los movimientos que han realizado los clientes a través de sus tarjetas bancarias, cajeros y terminales de pago. Como zona cero identifica a 15 localidades: Alaquàs, Albal, Aldaia, Algemesí, Benetússer, Beniparrell, Catarroja, Chiva, Llocnou de la Corona, Massanassa, Paiporta, Picanya, Sedaví y Utiel.
En esta línea, las cifras revelan que el mayor impacto a nivel comercial ocurrió en la conocida como zona cero, mientras que la afectación en los otros municipios damnificados fue más similar a la del resto de la provincia. Alrededor del 40% de las TPVs del resto de poblaciones afectadas estuvieron inactivas durante los primeros días, aunque a fecha de 9 de noviembre ya eran menos del 10%, un porcentaje cercano al de antes del temporal.
Una situación a la que se añadió la minoración del consumo respecto al promedio del 1 al 28 de octubre, tanto en la zona cero como en el resto de enclaves afectados. Datos que contrastan con el ligero repunte que experimentó el gasto a nivel nacional. En esta línea, el desembolso doméstico con tarjetas bancarias se desplomó más de un 80% en los 15 municipios más damnificados, mientras que en el conjunto de todas las poblaciones la caída fue del 27%. En la segunda semana tras el temporal, la bajada se había relajado al 73% y el 20%, respectivamente.
Las operaciones en los cajeros también descendieron en la zona cero, aunque repuntaron en el resto de poblaciones afectadas a un nivel similar que el del cómputo nacional. En cualquier caso, la caída también fue superior al 80% en la quincena de localidades con mayor afectación durante los primeros días, porcentaje que disminuyó al 65% en la segunda semana.
El gasto presencial de personas extranjeras en los más de 70 municipios damnificados cayó por encima del 50%, tanto en la primera como en la segunda semana. Un desplome que de nuevo fue especialmente significativo en la zona cero, con caídas de en torno al 90%. No obstante, este indicador también experimentó un descenso cercano al 20% durante este mismo periodo en el conjunto de España.
Si se pone el foco en los movimientos de las tarjetas emitidas por CaixaBank a residentes en la zona afectada, las cifras muestran una caída del consumo, especialmente a nivel electrónico y presencial, aunque también en retirada de dinero en el cajero. Respecto al comercio electrónico, los datos revelan un descenso del 50% y del 38% la zona cero durante la primera y la segunda semana tras el temporal, respectivamente. En el resto de localidades afectadas también se observa una caída de en torno al 20%.
Donde se ve una diferencia mayor entre las 15 localidades más damnificadas y el resto de municipios es en el gasto presencial. La zona cero seguía con descensos cercanos al 40% durante la segunda semana, mientras que los otros enclaves afectados ya mostraban signos de regreso a la normalidad, con un retroceso de apenas un 5%.
Todo ello en un tiempo en el que los reintegros en cajeros apenas mostraron una variación en el conjunto de localidades afectadas debido al repunte que experimentaron en los municipios menos damnificados. En este sentido, la subida del 10% en estos últimos permitió amortiguar las caídas de la zona cero, que superó el 40% durante los primeros días tras las inundaciones.