El economista José María Gay de Liébana, conocido entre otras cosas por su ya clásico informe económico sobre el fútbol europeo, habla sin tapujos para Plaza de la situación del fútbol español
VALENCIA.Venta centralizada de los derechos de TV, deuda de los clubes con Hacienda, invasión de los fondos de inversión... Es el momento oportuno para consultar la opinión del más futbolero de los economistas, Josep María Gay de Liébana.
—¿En los últimos años, usted denunciaba que la Liga estaba a años luz de la Premier o de la Bundesliga. ¿Nota mejorías?
—Sí, la Liga mejora, se está vendiendo bien, incluso a nivel internacional. Es un producto apetecible al que se le puede sacar más partido con la centralización de los derechos de TV. Lo que pasa es que no veo los campos con aquella plenitud que querría. Los horarios siguen siendo raros, y los precios elevados. Es una liga muy cara, los clubes deberían hacer un esfuerzo rebajando el precio de las entradas y abonos. Un estadio a rebosar da alas al equipo, y mejora su impacto de comercialización.
—De verdad es tan importante que la venta de derechos de TV sea centralizada?
—Totalmente. Con la venta centralizada se puede incrementar en un 50% la facturación. Se podría vender los derechos en Japón o Estados Unidos, con más capacidad adquisitiva que China.También América Latina y Africa se han descuidado mucho también.
—Pero por ahora seguirá el desequilibrio entre Real Madrid, FC Barcelona y los demás equipos.
—Sí, pero vamos más hacia un fútbol de convergencia. Barça y Madrid seguirán saliendo ganando, pero los que hoy ingresan unos 20 millones pueden doblar esa cantidad y, con una buena gestión, liquidar su deuda por un lado y mejorar la plantilla para poder competir con los grandes. Así la liga no quedará tan desequilibrada.
—¿Qué opina de los fondos de inversión?
—Los veo mal. La parte positiva es que los clubes acceden a jugadores que no podrían fichar por la vía clásica, pero la negativa es la especulación excesiva: en un enfrentamiento, que haya jugadores pertenecientes a unos fondos determinados que pueden comprar el partido no me gusta. Nos estamos yendo hacia una excesiva capitalización y especulación del fútbol, convirtiendo al futbolista en un instrumento financiero.
"No se amortizan fichajes con camisetas. Dudo que se vendan muchas de Ronaldo fuera de la tienda del Real Madrid"
—¿Es el caso del Valencia de Peter Lim?
—Hay que dejar pasar unos meses para ver el resultado de la gestión de Peter Lim y de su amigo Jorge Mendes. Ahora mismo la gente no está muy contenta con este modelo, pues prefiere una gestión con menos fondo de inversión. El problema de este modelo es que te conviertes en un laboratorio, en el que te ponen a jugadores y entrenadores para experimentar… Vamos a ver qué resultados da esa unión Lim-Mendes-Nuno, pues van a hacer probaturas con futbolistas.
—Otra mejora de la Liga es la deuda con Hacienda, pues la LFP dice que se eliminará en el 2016...
—Los clubes han hecho un esfuerzo titánico para pisar el mundo real. Ya no gastan más de lo que ingresan, esperando un pelotazo recalificando algún terrenito o vendiendo a su estrella. De la misma forma que les criticaba tiempos atrás, destaco que ahora se está haciendo un buen trabajo. En esa buena labor han sido determinantes tanto la LFP como el CSD que estuvieron muy encima. Los clubes se han encontrado con tener que pagar deprisa y corriendo una deuda muy elevada con Hacienda. Se ha rebajado de manera muy drástica, de más de 600 millones a 317, pero dudo que se elimine totalmente el año que viene.
—Sin embargo, Javier Tebas no goza de mucha popularidad entre los aficionados…
—Javier Tebas se ha marcado una línea de actuación, levantando alguna que otra ampolla, pero ha sido muy consecuente y ha cogido el toro por los cuernos. Ha sido muy valiente, incluso testarudo, junto a Miguel Cardenal, con la centralización de los derechos de TV, porque era el camino a seguir. Esta mejoría hecha a lo largo de los últimos años se irá notando muy pronto.
—Ahora solo falta que los jugadores cumplan con Hacienda...
—Los chavales están enseguida en el ojo del huracán. Hay una cierta alegría en quererles imputar en temas fiscales. Lo que no puede ocurrir es que la hacienda brasileña y la española le pidan a Neymar más de lo que realmente ha ganado. Ha habido alguna inconsistencia por parte de las organizaciones tributarias. Al margen de que pueda haber irregularidad, como destaqué en su día en el caso Messi, hay que legislar seriamente. Algunos futbolistas, como cualquier ciudadano, pueden ser malos comtribuyentes, pero cuidado con las lagunas de la normativa fiscal, que provoca que uno lo vea de una manera, acogiéndose a lo que crea conveniente, pues es legítimo querer pagar menos impuestos. Hay un problema de regulación fiscal en España, no solo en el fútbol, sino en toda la sociedad.
—Por qué los clubes españoles no salen a bolsa como ocurre en otras ligas?
—Porque seguramente no son productos tan vendibles. En Italia hay tres clubes, Juve y Lazio que cotizan en bolsa, y en otros han entrado accionistas más privados. En Reino Unido ya no hay ninguno, donde hay muchos clubes que cotizan en bolsa es en Turquía o Holanda. Por nuestra manera de ser y el producto en sí, los clubes de fútbol no son apetecibles porque pierden dinero con frecuencia, y ganan poco dinero cuando ganan. En bolsa habría dos sensibilidades: la de los resultados deportivos que hace bajar la cotización con las derrotas, y que un descenso a segunda pueda hacer caer en picado los ingresos. Hemos visto como clubes históricos como el Zaragoza vieron como caían sus ingresos y tenían que arrastrar los gastos de una plantilla de primera.
—¿El problema real no es la transparencia que exige cotizar en bolsa?
—Vemos con casos como los de Benfica o Sporting que se exige una transparencia brutal. Es cierto que cuando te pones a leer todas las cuenta anuales de las empresas que cotizan en bolsa te llevas sorpresas, lo que pasa es que nadie lo hace, nadie profundiza. Esa transparencia en fútbol no se da, o no se quiere dar.
—Por ejemplo, acceder a las cuentas anuales de los clubes es una misión muy complicada.
—Efectivamente. El Barça no ha depositado las cuentas, yo las tengo porque las publica en su web, pero los demás clubes no. Las tienen que depositar en el registro mercantil, luego el Real Madrid, muchas cuentas no se ven, no se tienen. Una cosa es ver los datos económicos que se dan y otro ver las cuentas anuales. Tenemos un problema de falta de transparencia. Habría que animar a la Liga y al CSD a que den más salida a las cuentas anuales para tener las reglas del juego encima de la mesa.
—No cumplen una obligación legal…
—Fernando sabe las dificultades que hay para captar las cuentas anuales de clubes con nombre y prestigio… Muchas van muy retrasadas, sería bueno que los clubes depositaran puntualmente las cuentas anuales en el registro mercantil. Y los que no son sociedad anónima, que publiquen en su página web las cuentas.
—¿Que cinco equipos sean asociaciones es otra desigualdad importante?
—Sí. Aunque he de decir que, de los que son asociación, no hay ningún problema en conseguier las cuentas anuales del FC Barcelona y Athletic de Bilbao. Con otros hay más problemas. En los que son sociedades anónimas deportivas, hay de todo, desde los más transparentes hasta los más opacos.
"El problema del modelo de Lim-Mendes es que te conviertes en un laboratorio que experimenta con jugadores y entrenadores"
—La FIFPRO quiere acabar con los traspasos. ¿No sería contraproducente?
—Los traspasos son necesarios para la economía de los clubes. Es verdad que hemos llegado a un baile de traspasos que parece imparable, con una velocidad brutal y precios muy elevados. Sin embargo, hubo una época en la que había más estabilidad, en la que los jugadores se identificaban mucho más con el club. Antes un traspaso era un hecho relevante, pero ahora un equipo puede tener un once casi nuevo de un año a otro. Los traspasos, en cierto modo, contribuyen a una cierta estabilidad, permitiendo a los clubes obtener una plusvalía para cuadrar sus cuentas.
—¿Es eficaz el fair-play financiero?
—Se está avanzando mucho, pero queda un largo trecho. Al menos sirve para que haya un cierto catecismo a nivel financiero. Tiene que ser pulido, por ahora es una hoja de ruta.
—Cuál es el gran error del fútbol español?
—Sin duda, el bicefalismo Barça-Real Madrid. Es bueno tener a dos grandes clubes, pero se está haciendo a costa de no tener otros que puedan darle mucho juego. El Atlético ganó la Liga hace dos temporadas, y eso es bonito. El error económico que tanto denuncié está en vías de solucionarse, aunque siempre habrá algún club que las pasará canutas.
—Qué equipos de la Liga citaría como ejemplos a seguir?
—Por ejemplo, el Barça me gusta a nivel de gestión, aunque los títulos provoquen un desgaste en las cuentas por culpa de las primas. El Athletic funciona muy bien y el Villarreal también me gusta mucho, aunque fui crítico hace años porque tenían una baja capitalización que han ido arreglando. Otro equipo que tiene sus vaivenes es el Sevilla, pero tiene la habilidad de saber vender muy bien a sus jugadores. Estos son los que destacaría.
—De verdad se amortizan fichajes vendiendo camisetas como suele decir el Real Madrid?
—Para nada. ¿Cuántas camisetas se compran, a 90 euros la unidad? Los fichajes se amortizan via derechos de TV, marketing, patrocinios, giras… Además, a tu niño no le vas a comprar cada temporada una nueva camiseta cuando estamos haciendo un control de gastos importante debido a la crisis. Amortizar ese tipo de fichajes depende más bien de cómo tengas contratados los derechos de imagen del jugador, pero eso crea un dilema que provocó en su día la salida del Real Madrid de José Antonio Camacho: con tanta explotación de los derechos de imagen, difícilmente puedes juntar a los jugadores a la misma hora para entrenar si tienen que grabar anuncios.
—¿El nuevo estadio del Valencia es un problema o una solución?
—Es fundamental construirlo. Un club grande como el Valencia puede lograr una fuente de ingresos impresionante explotándolo. Fue un auténtico error que se paralizara su construcción. En ese momento el Valencia necesitaba una dinamización y tanto el club como los poderes público tenían que haber hecho todo los posible para construirlo.
—Cuál es la mayor mentira de las que denuncia en su último libro, Donde estamos?
—Hemos descubierto que el PIB era inferior al que creíamos. La gran mentira es que nos digan que todo va bien y que la deuda pública se vaya incrementando de una manera brutal..
(Publicado originalmente en el número de octubre de la revista Plaza ).