VALÈNCIA. 'Non Stop'. Así podrían resumirse los últimos meses para la valenciana Genia Bioenergy, filial de gases renovables del grupo Genia Global Energy. La compañía sigue promoviendo plantas de biometano por todo el territorio nacional con el foco puesto en ser líder en este sector a nivel nacional. El último de sus proyectos será una infraestructura de estas características en el municipio de Langa de Duero (Soria) con una inversión que rondará los 23 millones de euros.
Concretamente, esta planta permitirá la gestión de hasta 140.000 toneladas anuales de materia orgánica, como las deyecciones ganaderas y otros restos agrícolas, que pasarán de ser residuos a biometano. Tendrá una capacidad anual de 75 GWh/año de este gas renovables, que se inyectará en la red de transporte. Además, generará 60.000 toneladas anuales de enmiendas orgánicas para mejorar los cultivos y 50.000 toneladas para producir fertilizantes orgánicos líquidos de proximidad.
Por otro lado, el proyecto generará una decena de empleos directos de larga duración y unos 35 indirectos. Además, el tratamiento de los residuos orgánicos en esta planta supondrá un ahorro de emisiones a la atmósfera de más de 16.500 toneladas anuales de CO2 eq, por lo que contribuirá a reducir la huella ecológica de las actividades agroganaderas.
Por el momento, está en la fase previa a la tramitación de los permisos, cuya concesión puede demorarse alrededor de un año, antes de comenzar su construcción. El desarrollo cuenta con la colaboración de la cooperativa local Ribereña de Forrajes.
Al respecto, el CEO de Genia Bioenergy, Gabriel Butler, señala que la planta ofrecerá a las explotaciones ganaderas "una vía de reducir sus costes, cumplir la normativa europea y disminuir el tiempo dedicado a los trámites administrativos por la gestión del residuo, además de disponer de más espacio en sus instalaciones y reducir considerablemente las molestias de olores e insectos que provocan las actuales balsas".
De hecho, la cooperativa local Ribereña de Forrajes se ha sumado al proyecto porque precisamente le ofrece una alternativa sostenible económica y medioambientalmente para gestionar tanto deyecciones ganaderas como otros residuos agrícolas de difícil gestión, facilitando la gestión administrativa y reduciendo sus costes de gestión, además de proporcionarles productos agronómicos para los cultivos.
Lo cierto es que en los últimos meses la compañía ha pegado un acelerón en la puesta en marcha de nuevos desarrollos. Y ello después de que Repsol comprara el 40% de la valenciana, lo que le ha permitido contar con un fuerte respaldo financiero para el inicio de futuros proyectos sin tener que depender de fondos de inversión, según explicaban desde la compañía a este diario. Tanto es así que desde entonces ha anunciado una inversión de 15 millones en Cataluña para una planta de biometano y otra de 25 millones en Salamanca.
En este momento, Genia Bionergy tiene en marcha instalaciones para producir más de 2,8TWh/año, cerca del 30% de su objetivo para 2030, que es alcanzar los 10TWh/año. Y es que el objetivo de la compañía es convertirse en el primer productor independiente de biometano en España y Portugal, donde ya ha anunciado más de una docena de proyectos, de los que cuatro de ellos se ubican en Castilla y León.
Por el momento, la industria del biometano es emergente en España, aunque ya está generalizada en Europa, donde contribuye a resolver el problema que representan actualmente los residuos orgánicos para las administraciones, ya que aprovecha materia orgánica que de otra manera generaría emisiones a la atmósfera al degradarse en vertederos.
Según Butler, "esta tecnología contribuye al objetivo de descarbonización de la economía, reduce la dependencia energética del exterior y proporciona una respuesta sostenible a las directrices europeas sobre gestión de residuos, además de generar empleo y actividad económica ayudando a fijar población en el entorno rural". De ahí que poco a poco vayan saliendo nuevos proyectos al mercado y las administraciones estén apostando por este sector.