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Vorasenda: un inspirador proyecto agroecológico en L´Horta Nord de València

El valenciano Xavi Luján reconectó con su origen y raíces en 2009 cuando creó en su Carpesa natal este singular espacio multidisciplinar abierto a la interacción: fue recuperando campos que pertenecían a su familia y ahora Vorasenda es la demostración de que otra agricultura más social es posible, enfocada como matriz de cultura, de biodiversidad y vertebradora del territorio.

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Sorprende encontrar un proyecto como Vorasenda en L´Horta Nord de València, una zona agrícola y fértil que, más allá de su enfoque productivo innato, quizá está necesitada de más espacios con alma y con un enfoque social donde surjan ideas, historias y vivencias, donde las personas puedan conectar con el territorio. El ingeniero técnico forestal y de montes Xavi Luján supo ver la agricultura como una manera de relacionarse con la naturaleza, con el paisaje y con ese espacio nativo que hacía tiempo que no habitaba. Nacido en Carpesa, ahora dirige aquí este proyecto consolidado en el panorama agrario valenciano, que desde los inicios se articulaba a través de la agricultura agroecológica y la venta directa.

Estudió Ingeniería Técnica Forestal en Gandía, Ingeniería de Montes en Lleida, hizo un Erasmus en Alemania y otro en Argentina, donde se involucró en la problemática de la soja y la deforestación. Y después de una década fuera de casa, cuando volvió a su pueblo entró en crisis. “Empecé a leer muchísimo para encontrarle el sentido a la vida. Y como en aquella época estaban en voga los huertos de autoconsumo, unos amigos cogieron un trocito de campo, por lo que empecé a dedicarme a la agricultura de forma autodidacta”, explica a Guía Hedonista. Cuando llegó a los márgenes, a esta pedanía de València donde nació, se dio cuenta de sus posibilidades: “entendí que yo era puramente agrícola pero también conectaba con la cultura urbana: eso forma parte de mi ADN, soy nativo de ambos procesos”, reflexiona.

 

En ese primer momento no pudo recuperar los campos de su familia porque estaban arrendados, pero poco a poco fue rescatándolos. Su abuelo y su tío eran agricultores. “Mi familia era agrícola en un pueblo agrícola, pero no había una conexión real con la agricultura en sí y mucho menos con la regenerativa”, nos cuenta. Donde antiguamente plantaban patatas, cebollas, sandías, calabazas, chufa o palmeras, él supo ver otra forma de cultivar el territorio para obtener también frutos intangibles. “El primer terreno que recuperé fue El Pelut, luego el de Vorasenda y luego La Tellería. Después empecé a alquilar para ampliar superficie y a rescatar campos familiares de segunda línea”. Ahora tiene una hectárea y media con diversidad de cultivos: desde un campo con siete variedades de cítricos hasta otro de frutales de hueso o incluso uno destinado a árboles, como un jardín de bosque biodiverso. De estos terrenos obtiene producción pero sobre todo los cultiva para conseguir interacción. Así se introdujo en el movimiento agroecológico aportándole una mirada más social: “se desplegó ante mí la posibilidad de tocar todos los puntos que me emocionaban”.

 

En 2010 comenzó a vender cajas con las frutas y verduras de temporada que produce, con la idea de crecer poco a poco. “No con un enfoque empresarial sino bastante anticapitalista: quería crear un modelo social basado en la cocreación, más saludable y con un tipo de clientela concreto para ser más incisivo. Ahora tenemos el cliente eventual, ya que el espacio está abierto a todo el mundo, y desde 2015 el de la agricultura sostenida por la comunidad que paga una cuota mensual, lo que nos da estabilidad”, explica. Actualmente tiene 150 asociados que pagan 20 euros al mes y que obtienen un 5% de descuento en sus compras.

 

Todos los jueves (9:30 a 14h. y 17 a 19:30h.) y sábados (9:30 a 14h.) abren la tienda donde realizan venta directa. En esta época hay pimiento, tomate, albahaca, bachoques, berenjenas, calabacines, pepinos, lechugas, cebollas tiernas, albaricoque y ciruela… y está a punto de llegar la pera sanjuanera. Éste es un espacio diseñado para poder pasar la mañana, charlar con amigos o familia y tomar algo. L´Alter de Vorasenda es una plataforma divulgativa que promueve la biodiversidad, la polinización social y diversos procesos que refuerzan el proceso agrario. Xavi tiene claro que si llena el espacio agrícola de personas y de vida, su proyecto se va a fortalecer.

 

 

Kike Taberner​​​​​​

 

Foto: @mikewaterphoto

Su apuesta no solamente pasa por la coherencia en el contenido, sino también en el continente: todos los elementos del espacio están creados con bioconstrucción. La caseta agrícola es una construcción de una planta hecha con barro, madera de pino rojo, techos verdes con raïm de pastor y placas solares. El resto son elementos desmontables fabricados con madera que proporcionan sombra, como una parra virgen. También ha construido un baño seco desmontable hecho con madera de haya y cuyos residuos composta en una línea de compostaje que luego vuelven al ciclo del propio campo. Crean compost de máxima calidad y, de esta forma, no generan residuo. Los desechos de la venta se van directamente a la zona de compostaje que se junta con los derechos del baño o son para las aves de corral, por lo que cierra el círculo a la perfección. La sostenibilidad era esto.

 

Pero no ha sido fácil llegar hasta aquí. “La agricultura suele ser un espacio en el que hay mucho desamparo, mucha distancia entre los consumidores y los productores. Y es muy difícil convertirte en un profesional solvente en este sector, porque la agricultura y la alimentación están sometidas a un modelo de creencias que es ancestral. El modelo tiene tantos puntos de fuga que es imposible que te salgan las cuentas”, reflexiona Xavi Luján. Nos habla de la complejidad de los procesos económicos, de la relación con los trabajadores, con la maquinaria o de la gestión de los cultivos. De 2020 a 2022 quebró… y se reinventó. En este proceso, agradece a su entorno el apoyo constante. “Si me he mantenido a flote es porque la ayuda de mi familia ha sido inestimable: hace falta estructura familiar y que alguien te provea para luego ser singular e incisivo en lo social”, reflexiona. Fue entonces cuando comenzó a pensar en un modelo híbrido, en un cruce de energías entre lo urbano y lo agrícola, enmarcado en la biodiversidad y la sintropía.

 

Foto: @mikewaterphoto

“Para que la agricultura siga siendo agricultura y reconstructora de los procesos, estoy empezando a asumir que el arte o la educación también son herramientas válidas. La agricultura es un lugar perfecto de confluencia de disciplinas”, reflexiona. Xavi Luján es un filósofo agrícola, una de esas pocas personas que se cuestionan los modelos productivos establecidos y la manera hermética que tiene a veces el sistema de interpretar el sector primario. Por eso lo último en L´Alter de Vorasenda es una mirada hacia el agroturismo responsable, la educación, la relación con la música o el arte a través de un programa cultural mensual. Aquí organizan teambuildings para empresas, sesiones educativas, ponencias o conciertos. Xavi Luján es un melómano empedernido y se nota. Hace poco estuvimos en un taller de cocina silvestre con Amanda Bataller de Gastrobotánicas. Este mes de junio han impartido otro de elaboración de biofertilizantes y tienen programado uno infantil de lectura y sostenibilidad con Elvira Calle, que presentará su novela “La giganta Arabela”. También un concierto de Whatever Jazz Band, con opción de cena. Vorasenda es realmente una plataforma dentro de l´Horta Nort que acoge, que arropa, que escucha, que reflexiona, que emociona. Esta parcela agrícola híbrida combina la producción y el vínculo social para demostrarnos que otra agricultura más consciente, humana y coherente es posible.

 

 

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