ESCAPADAS

ESCAPADAS HEDONISTAS

El renacer de Miami Beach

El paraíso del art déco y las palmeras vive su segunda juventud y hasta allí nos vamos a descubrirla...

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Siempre he tenido una debilidad por Miami. No sé, será que me recuerda a veces a ¿Valencia? Por las palmeras y el buen tiempo, claro. Hay algo que me fascina, ese mix de cultura estadounidense pasada por un prisma muy hispano. De toda la ciudad, lo que me roba el cuore, una y otra vez, es South Beach. Sus fachadas art déco de colores pastel, esas palmeras inclinadas sobre Ocean Drive y el aire retro-glamouroso...

Por eso, y aunque intento ir una vez al año, en mi última visita el pasado verano, me encontré con un Miami Beach 2.0. Los famosos se hacen liftings para rejuvenecer ¿no? Pues algo parecido está pasando aquí. La esencia vintage sigue ahí -desde los neones de los letreros hasta el famoso estilo MiMo (Miami Modern) de mitad de siglo-, pero ahora el barrio vive un auténtico renacer. Que también le hacía falta, porque el glamour si no se conserva, termina siendo trashy.

La ola que viene trae nuevos hoteles de cinco estrellas, restaurantes de chefs de renombre y renovaciones millonarias están transformando South Beach y elevando la propuesta, para ser considerada como destino de lujo. Eso sí, sin borrarle la sonrisa a su alma ni caer en lo que les sucede a muchas ciudades. Por suerte, Miami, sigue siendo Miami.

 

Cuando los hoteles suben el nivel 

El cambio se siente sobre todo en Collins Avenue, el histórico corredor hotelero de South Beach. Aquí varios hoteles legendarios están resurgiendo con fuerza. De hecho, tras una renovación de, atención, 100 millones de dólares, el hotel The Shelborne by Proper encabeza esta nueva ola de cambios que promete transformar completamente la zona para 2027. No es el único: clásicos como The Raleigh o Delano, que en su día marcaron la época dorada del distrito, también están planificando dar un nuevo aire al lugar. La misión común no es otra que elevar el nivel de sofisticación sin perder eso que tanto nos gusta: las casetas de colores en la playa, los patinadores recorriendo el paseo marítimo y esa vibra que solo tienen ciudades como esta.

 

Volvamos al hotel que ha marcado un poco la delantera: The Shelborne by Proper. Inaugurado originalmente en 1941, en su día fue el epicentro del glamour tropical modernista. Entre sus muros han dormido leyendas como Frank Sinatra, Marilyn Monroe o The Beatles. Todos querían formar parte de ello. Con el tiempo perdió algo de brillo, pero hoy, aquel mítico de Miami Beach ha renacido y a mí, personalmente, me ha fascinado.

La renovación ha respetado elementos arquitectónicos emblemáticos como la fachada art déco original o la mítica plataforma-trampolín de los años 50 junto a la piscina. Lo mejor de todo es que lo han integrado con un mix de resort de estética retro y detalles mid-century que, es cierto que encarna la esencia de un nuevo Miami alejado del neón barato y el brillo cutre.

Y claro, esa vuelta a la vida ha sido en clave de diseño, lo que ha propiciado que entre a formar parte del sello Design Hotels. En las habitaciones, completamente modernizadas, no faltan muebles de diseño y unas vistas hacia la playa que te hacen no querer separarte nunca de la ventana. ¿Amanecer con vistas a esa línea infinita de palmeras? Por supuesto y muchas veces.

 

 

Los espacios comunes no quedan atrás. De la codiciada piscina al beach club con hamacas privadas en plena playa, pasando por el lobby bar, donde tomar un cóctel -me tienta un Manhattan infusionado en coco-, o el restaurante que va a ser punta de lanza. Justo esta semana ha abierto Pauline, su restaurante insignia, dirigido por el chef Abram Bissell (ex Eleven Madison Park), donde se sirven platos como un lobster sancocho o un chuletón de pez espada trinchado en la mesa.

Lo mejor es que este renacer de Miami Beach solo acaba de empezar. En los próximos años llegarán proyectos tan ambiciosos como Aman Miami Beach, que convertirá el antiguo hotel Versailles en un santuario minimalista, o Rosewood The Raleigh, que recuperará su piscina en forma de flor de lis y su legendario Martini Bar. También abrirá aquí el primer Bulgari Hotel de Estados Unidos. Incluso el mítico Shore Club, renacerá bajo la marca Auberge Resorts. Queda mucho y muy bueno por ver.

 

De comer (y gozar de verdad)

Se nota que me gustan los hoteles, ¿no? Pues casi más que eso me gusta comer. En esta nueva etapa de Miami Beach no solo se duerme bien, también se come de lujo. En los últimos años la ciudad entera se ha convertido en un imán gastronómico que ha atraído a chefs de todas partes. Véase por ejemplo el desembarco que planea Dani García con Leña.

Lo cierto es que aquí se lleva mucho el “see to be seen”, el ver y ser visto de toda la vida, vamos.  Para ello hay lugares ideales como el renovado Queen Miami Beach, el antiguo Paris Theater convertido en un supper club dorado y barroco, que te parecerá pasar un rato en una de las fastuosas fiestas de El Gran Gatsby. También hay que pasar por Stubborn Seed, el restaurante del chef Jeremy Ford (ganador de Top Chef), donde preparan platos con ingredientes de su propia granja y toques viajeros. Y si logras reservar en Carbone, uno de los más deseados y cotizados de la zona, la cena versará en clave italoamericano de esas que se recuerdan.

 

  • - Queen Miami Beach
 
  • - Stubborn Seed
 
  • - Azabu Miami

 

Me gusta que aunque se lleve un poco el show, no se descuida la cocina. Otro de los lugares que más me sorprendió fue Azabu Miami Beach, la sucursal del mismo restaurante en la capital japonesa. Entras y dejas atrás el ruido de South Beach para aterrizar en un pequeño Tokio de luces bajitas y servicio pausado. El comedor principal gira en torno al sushi de buenísima calidad y la parrilla robata, donde asan brochetas, mariscos y carnes al carbón binchotán. Pero lo mejor se esconde tras una puerta corredera. Allí tienen The Den, un diminuto sushi bar con solo 18 asientos y estrella Michelin. ¿El plan? Un menú omakase de los que no se olvidan con nigiris de atún madurado, vieira apenas marcada o una anguila memorable.

 

  • - Omakase The Den

 

Qué os diré, que a mí me han conquistado. Y si esta zona me gustaba, ahora lo hace mucho más. La edad dorada de Miami Beach acaba de empezar otra vez y no puede ser más fabulosa.

 

 

 

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