Y pensé: a El Palmar se vuelve, por supuesto. Y también pensé: pero ¿quién se va de El Palmar? A El Palmar, lo sabemos, se va para esto: para comer paellas como las del Restaurante Bon Aire, para que l’Albufera llegue, con todos sus sabores, hasta la mesa.
La paella de carranc blau (de l’Albufera) que preparan aquí es de las buenas, buenas, y no porque todavía haya pocos sitios donde poder pedirla, la razón tiene que ver con el sabor que Raúl Magraner y el equipo de cocina del Bon Aire le sacan al cangrejo azul. Cierto es que se trata de una especie con poca carne, pero también lo es que su caparazón y jugos dan muchos aromas y sabor al fumet y al arroz.
Esta paella de carranc blau lleva, además, coliflor, ajos tiernos y gamba pelada, y está elaborada con arroz de cosecha propia con DO València.
Esta paella sorprende, no importa las veces que la comamos, va camino de ser un plato de los que se van a quedar para siempre, infinito. Seguramente también se deba a que, en Bon Aire, saben que el arroz es necesario para comprender mejor la vida.