Allá por 1977, la pizza no era un plato tan presente en restaurantes, casas y recuerdos de infancia como ocurre hoy en día. Francesco Chiavacci llegó desde Nápoles a Valencia para trabajar en una conocida fábrica de coches. Tras enamorarse de Benjamina Climent, decidió quedarse y formar una familia en la costa valenciana.

Vecchia Napoli fue el primer nombre de un pequeño restaurante de cocina tradicional napolitana que abrió la pareja en La Pobla de Farnals, junto a Alberto Improta y Nella Lombardo. Años más tarde, en 1982, el restaurante pasó a llamarse Nuova Napoli y cambió de ubicación al local actual en Avenida Neptuno número 25.

En él, la nueva generación amasa, hornea y cocina las recetas heredadas añadiéndoles un toque personal. El espacio cuenta con dos salas a pie de calle, una sala en el primer piso, y una terraza habilitada para la época de invierno y estival.
 

En la memoria de muchas familias están sus macarrones al horno y su lasaña. También, su calzone o tiramisú. Estos platos icónicos han estado en boca de abuelos, padres e hijos; clientes y trabajadores de una misma famiglia napoletana que comparten sabrosos recuerdos de gusto y tradición.

La carta incorpora entrantes, pastas, pizzas y postres nuevos cada mes. Así, los platos van renovando sin perder el espíritu de una salsa casera y una masa de pizza artesana cocinada en horno de leña.

Las pizzas son napolitanas y como tal, cuidan el cornicione - borde inflado y esponjoso de la pizza -. Son tiernas y delgadas en el centro, pero aireadas en los bordes. Los nombres de los platos no son fortuitos: Lasagna della Zia Nella (Lasaña de la tía Nella, láminas de pasta fresca con salsa boloñesa y bechamel antes servida en una cazuelita de barro y ahora, en plato dejando a la vista cada capa y su salsa); Tiramisú de la Benjamina (la receta tradicional y especialidad de la familia, un tiramisú como el que preparaba Benjamina) o Torrija del cugino Felix (Torrija del primo Félix, sustituye el pan por Panettone y se sirve junto a una bola de helado de sorbete de naranja).

Este es un restaurante familiar como pocos, tanto en lo referente a la gerencia como a la clientela. Pasear por el puerto, disfrutar de la playa y acabar comiendo una pizza napolitana o un plato de pasta es un plan delizioso.